Epílogo

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La había perdido y con ello, todo.

Se encontraba en una celda de contención de máxima seguridad, aunque él lo veía más como un cubo. Como si no fuera suficiente estar dentro de la "jaula" con las extremidades inmóviles, había un guardia en cada esquina fuera de esta vigilando. Cual animal salvaje en cautiverio.

No sabía de qué forma, pero lo habían atrapado. El único recuerdo en su mente era... una casa, compartida con dos sujetos más y uno de ellos era Steve Rogers, más conocido como el Capitán América, el primer vengador. El otro sujeto de identidad dudosa había salido volando, literalmente. Una vez que estuvo solo, no tuvo mucho tiempo para escapar, pues un escuadrón de agentes rodearon su casa. ¿Por qué estaba con esos sujetos? ¿Habían llamado a la policía? ¿Por qué? Y lo más importante... ¿para qué lo querían? No había hecho nada malo (según recordaba).

En cuánto lo bajaron del camión, fue llevado a otra sala. A su alrededor podía ver como las personas con traje y armas lo observaban, como si estuvieran decepcionados o siendo insultados ¿cuál era su problema?

Y de pronto, se detuvo. Los agentes obedecieron la orden de Everett K. Ross, quería verlo, en otras palabras humillarlo, antes de su sesión con el psicólogo, previo a su interrogatorio.

Caminó lentamente hacia él, Bucky apenas lo miró de reojo. En realidad era un tipo al que le daba poca importancia, como otros más.

--- Dime Barnes, ¿te divertiste? -lo desafió

No comprendía a qué se refería, sin embargo tampoco iba a mentirle, pues no quería arriesgarse a recibir una carga eléctrica (en caso de que su prisión estuviera enlazada a un detector de mentiras).

Chistó la lengua contra su paladar en repetidas ocasiones, en modo de desaprobación.

--- Bien, no importa. Hablarás después, llévenlo a la sala D-23

Y tal cual fue llevado hacia allá, logrando ver por última vez que Steve Rogers ingresaba al edificio acompañado del otro sujeto.

Steve lo miró perplejo, impotente, no podía hacer nada por su amigo.

En cambio, él había olvidado su relación, otra vez. Sin embargo, no podía evitar el sentimiento de sentirse... defraudado.

Una vez que estuvo solo en el D-23, esperó a la visita del "médico". No tardó más de cinco minutos en llegar; castaño, con lentes, vestía un chaqueta negra, debajo de esta podía verse apenas una camisa azul, pantalones marrones, sus zapatos azabache estaban algo desgastados y llevaba consigo un portafolio. En cuanto vio a Bucky, le sonrió y se sentó en la mesa que estaba delante de su celda.

Dejó sus cosas sobre la mesa y comenzó a sacar todo lo que usaría: plumas, una carpeta -seguramente con sus documentos- una tableta y una pequeña libreta donde haría sus anotaciones.

Se presentó ante él como el doctor Broussard, pero en el fondo... no le creía. ¿Por qué? Sabía que lo había visto antes, la cuestión era ¿dónde? y de nuevo ¿por qué?

Luego de charlar un rato, la energía se fue; justo en el momento en el que reveló tener en su posesión la libreta roja, esa maldita libreta que nunca podría olvidar, pesé a las memorias y lagunas mentales que tuviese, siempre sería una parte de él.

Comenzó a hiperventilar y con mayor razón, si no salía de ahí, sería controlado otra vez y si no, podría desmayarse a causa de la falta de aire, pues al no haber electricidad no había manera de que le suministraran oxígeno, tenía poco.

Intentó liberar primero sus miembros superiores sin mucho éxito, aunque no había manera de concentrarse con todo el monólogo del "doc". Hasta que algo llamó su atención.

--- ...gracias a _(t/n)_ Reeves

Se detuvo, estaba temblando. Conocía ese nombre, sabía que había estado con esa persona, en algún lugar... quizá en sus sueños... su corazón comenzó a palpitar rápidamente, como si solo escuchar su nombre le devolviese... vida. Eso era lo que era y ni siquiera la conocía, o bueno, no recordaba su rostro y mucho menos su voz.

--- ¿Qué...?

--- Sí, si no fuera por ella, jamás habría dado con Karpov ni contigo, fue de gran ayuda

Buscando en su tableta dio con una foto de ella (la chica estaba sonriendo frente a la cámara), misma que le enseñó a Barnes y esta a su vez le ayudó a recordar -al menos por un rato- quién era; aunque no de una forma agradable, pues al solo mostrarle la imagen, recibió un golpe de recuerdos, como si le hubieran pegado con un bate en la cabeza.

Empezó a marearse, estaba anonadado.

Zemo trajo consigo el dispositivo y también observó la foto, consecuentemente dirigió su vista al soldado y le sonrió de lado.

--- ¿Ahora la recuerdas?

--- Infeliz... ¡¿dónde está?! ¡¿qué le haz hecho?!

--- Al parecer, mi paciente está curado... -dicho esto se levantó de su lugar con la libreta en mano, no sin antes guardando la tableta en su portafolio- ...tú tranquilo, Bucky. Ella está bien

--- ¡¿Dónde?!

--- Está con su amiga, me parece que se llama Rose... no te preocupes, le enviaré tus saludos

Y esto ayudó a que se liberara, en el segundo intento había triunfado. Ahora solo era cuestión de romper el cristal antibalas, ir con él y estrangularlo. Pero entonces... comenzó la activación del código rojo.

Con la libreta en una mano y una linterna en la otra, comenzó a llamar al Soldado del Invierno, diciendo cada una de las palabras mientras caminaba alrededor de su celda.

Bucky entonces comenzó a golpear el cristal con todas sus fuerzas, tratando de hacer caso omiso a cada una de las palabras que salían de su asquerosa boca. Estaba perdido, lo sabía, quedaba poco para que otra persona lo controlase y de nuevo... sería un asesino, volvería a ser la marioneta de HYDRA... pero no, debía hacer el intento por salir, por ella... tenía que intentarlo.

--- ...devyat'... vozvrashcheniye domoy...

Estaba agitado, sacudió su cabeza y aprovechó el poco tiempo que le quedaba. Y de pronto, escuchó un crujido y a su vez, las ultimas palabras recitadas por Zemo.

Y justo antes de romper el cristal y tomar su identidad como el asesino de élite, le suplicó en un susurro:

--- Por favor, no te acerques a _(t/n)_

--- ...gruzovoy vagon!

Terminada la activación, Bucky Barnes desapareció y en su lugar, el Soldado del Invierno había logrado escapar, listo para obedecer.

Te veo [Bucky Barnes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora