Capítulo 18

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La había atrapado.

Había intentado escapar por la ventana, pero en el ultimo segundo entró en el cuarto y fue tras ella. Incluso tenía la idea de saltar sin más, pero no lo logró, lo pensó demasiado tarde.

La agarró del brazo izquierdo y la devolvió adentro. Una vez que estuvo en el suelo, no tuvo compasión en darle un par de golpes en la cara hasta que quedó aturdida.

Su vista cada vez se hacía más borrosa y poco a poco se tornaba de un color rojizo. Debía escapar antes de que la asesinara o al menos hasta que Bucky llegara, tenía que retrasarlo, tenía fe en él. Estaba segura de que llegaría.

La tomó de las piernas y la arrastró hasta el segundo piso, donde estaba su cuarto o más bien, un taller donde hacía sus creaciones, donde elaboraba todos los regalos a sus hermanas.

--- A Rosa no le gusta que asesine a pequeños animales indefensos... Carlota pidió que fuera original... Mathilda está orgullosa de todo lo que cazo... Susy quiere una muñeca nueva para jugar... y Lucy no quiere que haya alguien más bonita que ella... tú les bastarás a mis hermanas... contigo estarán satisfechas... serás el siguiente trofeo...

Trataba de patearlo, pero su vista la confundía, miraba a dos de ellos, le era imposible distinguir al verdadero.

Por el camino agarró el barandal y algunos muebles para que evitara que la llevara hasta la habitación, pero siempre que intentaba detenerlo, él le daba un pisotón en la mano que se sostenía o simplemente pateaba sus dedos, incluso llegó a doblar el meñique.

Una vez que llegaron a la ultima habitación, la cargó y la depositó en la cama, donde la amarró con cuerdas y cinturones que ocupaba.

A duras penas podía ver todos los instrumentos y materiales filosos colgados en su pared. Las ventanas tenían tablas de madera que las cubrían.

Ahora solo podía ver el foco que se encontraba arriba, en medio de la habitación. Comenzaba a creer que pasara lo que pasara, seguiría viendo esa luz, ya saben, el final del camino.

Pero no, Bucky tenía que llegar, tenía que hacerlo. Era su única esperanza. Confiaba en él.

Apretó los puños y comenzó a gritar una vez que su vista se aclaró.

--- ¡Ayúdenme! ¡Estoy en el ultimo piso! ¡Ayuda!

--- Los animales a los que trato, no hacen mucho ruido como tú. Cállate

La parte buena, era que aún conservaba el cuchillo que había logrado ocultar. Lo malo, era que sus muñecas estaban inmóviles y por lo tanto, el arma era inútil.

--- ¡Sáquenme de aquí! ¡Ultimo piso! ¡Ayuda!

 --- No te preocupes, tu cabeza se verá preciosa colgada en la pared. Aunque debo utilizarla antes para mí -dicho esto, se vio su entrepierna-. No te preocupes... es parte de la rutina

Vomitaría en ese momento, pero no quería ahogarse en su propio vomito. Ocupaba a los animales para satisfacer sus necesidades sexuales.

--- ¡Demente! ¡Suéltame puto pervertido!

--- Qué molesta eres

Se dio la vuelta y tomó un par de vendas, la primera la utilizó para cubrir su boca, mientras que la otra la utilizaba para taparle los ojos.

Seguidamente con su mano izquierda, sujetó su cuello, estaba indeciso si estrangularla antes o matarla mientras todavía respiraba. Después de pensarlo, optó por la segunda opción. En cambio _(t/n)_ se asfixiaba.

--- Solo dolerá... un... segundo...

Posicionó la cierra justo al lado de su mano. Sintió como la parte filosa comenzaba a cortar su piel, incluso sintió que un par de gotas de sangre rodaban por ambos lados.

--- Agh... agh... -les costaba respirar

Y en un ultimo intentó, se quitó la venda con la lengua y lo llamó.

--- ¡Bucky! 

Abrió la puerta con una patada. Logró llamar la atención de Martín y por ende, salvando a _(t/n)_.

Después de esto, escuchó las quejas del tipo, un par de disparos y luego... una ventana romperse, lo había arrojado con tal fuerza que incluso llegó a romper la madera. Impresionante.

Estaba agitada, no podía ver nada y quería saber qué estaba sucediendo. Sin mencionar el hecho de estar alterada por un pequeño corte en el cuello.

Empezó a moverse de un lado a otro, creyó que con el movimiento podría deslizarse de las ataduras y poder escapar, sin embargo no pudo salir de dicha situación hasta que el hombre fue por ella y comenzó a desatarla. Lo ultimo que desató fue la venda que cubría sus ojos.

Lo miraba borroso, por culpa del trapo y de la iluminación; pero poco a poco iniciaba a distinguir su figura, cada borde de su rostro, el contorno de sus ojos y el color de los mismos, el detalle de su barba y las delgadas y perfectas líneas a las que denominada labios. Su expresión demostraba preocupación, mas su mirada representaba odio.

--- ¿Estás bien? -pasó delicadamente su pulgar por el corte- ¿Te hizo algo más?

Negó con su cabeza, no tenía palabras para contar lo sucedido y mucho menos para agradecerle.

Sollozó. Bajó la cabeza hasta que tocó el pecho de él. Consecuentemente juntó las manos en busca de refugio. Bucky no dijo nada, solo la rodeó lentamente con sus brazos y la apegó más hacia sí mismo.

Lloró desconsoladamente. El incidente con Edward tal vez la había puesto en shock, pero lo que acaba de vivir la había aterrado.

--- Ya está todo bien... -meció su cuerpo despacio, tratando de tranquilizarla- shhh... ya está... aquí estoy _(t/n)_, puedes estar tranquila... -susurró

Una vez que calló su llanto, revisó su cuello. Había llegado a tiempo, no había atravesado el musculo y mucho menos había tocado alguna vena o arteria.

Tenía el equipo para atenderla en la camioneta. Solo debían buscar a la mujer y sacarla del vehículo, lo peor ya había pasado.

Con ayuda del soldado, salieron de la casa, tomados de las manos. Cuando llegaron al exterior se toparon con la mujer, había estacionado la camioneta donde estaba la otra. Para sorpresa de todos, estaba esperando a la pareja. Esta vez era Alexa, Bucky lo notaba por su mirada.

Le entregó las llaves y posteriormente le pidió el arma. Pero no cedió.

--- Entonces matame tú, por favor

La chica miró hacia otra parte, estaba por observar el cadáver de Martín, pero el castaño alcanzó a cubrirle los ojos con la mano.

Y con todas sus fuerzas, le disparó.

Bajó el arma y los condujo hasta la camioneta. Le pidió a su amiga que se recostara en la parte de atrás, no podría ver a través de las ventanas -no quería horrorizarla con tal escena-, él iría por las maletas y conducirían hasta Luisiana.

Cuando entró de nuevo en el vehículo la atendió, trató la herida con alcohol y la tapó con gasas. Después pasó al asiento del copiloto no sin antes darle una manta. Volteó a verla.

--- Descansa, _(t/n)_

Te veo [Bucky Barnes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora