Capítulo 14

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Sonrió. Mostraba una blanca sonrisa, que resaltaba con su labial color carmín.

La señora sostenía un trapo, lo estaba apretando, ilusionándose con la idea de tener inquilinos, así tendría dinero extra para pagar algunos gastos que todavía no había podido cubrir.

Sebastian volteó a ver a _(t/n)_, quien estaba tan asombrada como él de ver a la segunda mesera.

--- Eh... así es, ¿sabe dónde hay algún hotel?

Juntó sus labios y comenzó a pensar. Consecuentemente negó con su cabeza.

La pareja se desanimó al saber su respuesta.

--- Pero, conozco un buen lugar en el que se pueden quedar. Les servirían desayuno, comida y cena. Todo por una muy buena cantidad de dinero

--- Oh, eh gracias, pero solo queremos dormir un poco. Nos iríamos en la mañana

--- En ese caso, les prestaría una habitación para hacer todo lo que les plazca -le guiñó un ojo a _(t/n)_

No dijo nada, solo bebió la taza de café con leche.

--- ¿Y? ¿Qué dicen?

Bucky volteó a ver a su compañera. Todavía pensando en su bienestar, no quería que pasara un día más con disgusto.

--- ¿Dijo que serviría la cena?

Pagaron la comida y salieron de la cafetería. Seguirían a Elisa -nombre de la mesera- en su furgoneta, ella llevaba una también, por lo que les mostraría el camino. Tardaron unos veinte minutos hasta que llegaron a su casa, era la única en todo el inhóspito lugar.

Estacionaron los vehículos y bajaron del suyo con las maletas. La chica aprovecharía para darse un baño, necesitaba refrescarse.

--- ¿Vive sola, señora Elisa?

--- Por favor, solo dime Ely -seguidamente abrió la puerta de la vivienda

Estaba compuesta por dos pisos, era bastante ancha y por lo tanto muy grande.

Entraron después de ella. Observando el decorado rustico de la sala principal.

--- Vivo con mis ocho hermanas, pero tres de ellas se fueron de viaje hace un par de días, con mi hermano menor

--- Entonces... -bajó su mochila- ...¿dónde están las otras cinco hermanas?

--- Deben estar arriba, pero no se preocupen, somos muy silenciosas

La chica miró a su "guardaespaldas", estaba viendo cada detalle de la casa, desde la pelusa de la alfombra hasta las ventanas. Mantenía un semblante serio.

El silencio invadía la casa o las demás eran muy silenciosas o tal vez no había nadie en ese momento.

Dejó su bolsa sobre el primer sofá que vio y los dirigió hacia arriba.

--- ¿Les muestro su habitación?

Los condujo hasta una de las puertas de que mostraba esa planta, las demás estaban cerradas.

Era un cuarto individual, mas la cama era matrimonial -agradecía por eso-. Había un armario y una ventana que daba hacia la zona donde las camionetas estaban aparcadas.

--- Dejaré que se instalen, si necesitan algo, pueden llamar a cualquiera de nosotras -dicho esto, cerró la puerta dejándolos solos

Enseguida _(t/n)_ corrió hacia la cama y se lanzó en ella, acostándose boca abajo.

Sebastian movió su cuello hasta que tronó. Suspiró y se sentó a orillas de la cama, dándole la espalda a su compañera. Se quitó el cubrebocas.

Se recargó sobre sus brazos y le sonrió.

--- Me agrada este lugar

--- No te acostumbres, saldremos en la mañana. Recuerdalo: Nueva...

En ese momento fue interrumpido por Elisa, abriendo la puerta del cuarto escandalosamente. Ahora vestía unos pantalones y una blusa blanca holgada, además de que tenía una diadema rosa que combinaba con unas zapatillas del mismo color.

--- ¡Hola a todos! -saludó de forma cantarina

Reeves se levantó de la cama, con una reacción crédula ante la situación; él se mostró serio, sin decir o hacer nada.

--- Uy tortolitos, espero no haberlos interrumpido en una situación... comprometedora -rió por eso-. Elisa habló a mi puerta, dijo que se quedarían por hoy

--- Así es... ¿tiene gemelas...?

--- ¡Santo cielo caramelito! Por supuesto que no. A comparación de Elisa, yo tengo mucho más... porte -sonrió de oreja a oreja

Giró su cabeza hacia Bucky, sin comprender muy bien lo que sucedía. Pero él, vamos, ya estaba acostumbrado.

Se levantó de la cama y fue con ella, le ofreció su mano.

--- Buenas tardes, señorita...

--- Mathilda -completó

--- ...Mathilda. Mi nombre es Sebastian y el de ella es Cameron -mintió

Aunque Cameron se quedó callada, le había advertido desde un inicio que no dirían sus verdaderas identidades.

Luego reflexionó lo que dijo. No revelarían sus verdaderas identidades... si él se presentó con su nombre real... significaba que estaba mintiendo. Le estaba mintiendo.

Se enojó por eso.

--- ¡Pueden quedarse el tiempo que quieran! ¡Hoy serviremos espagueti! Habrá postre, ¿les gusta la tarta de chocolate?

--- Uh... nos fascina -sonrió

--- ¡Eso quería escuchar! Y bueno, bueno. Ya no los interrumpiremos. Pueden pasear con libertad en la casa, por favor, traten de no meterse en las alcobas de mis hermanas, son algo "privadas" con sus cosas

--- Gracias, señorita Mathilda

--- ¡Hombre educado! ¡Muy bien! Punto para Cameron -le guiñó el ojo

Finalmente se despidió y se retiró de la habitación. Sebastian no tardó en ponerle seguro a la puerta, una vez que se aseguró de que no estaba del otro lado, volteó hacia ella.

--- Trastorno de personalidad -se detuvo-. ¿Qué sucede?

Apretó los puños, enfurecida.

--- ¿Sebastian?

A pesar de su enojo, era consciente de que la loca podía oírlos. Él no tardó en tragar en seco dándose cuenta de su error.

--- No es lo que crees _(t/n)_ -se acercó a ella

--- ¿No? ¿Y qué es? -se alejó de él

--- Bueno, sí es lo que crees. Mentí, pero puedo darte una explicación

--- Te escucharé, pero no ahora

Negó con su cabeza, furibunda, le quitó el seguro a la puerta, estaba por salir con Elisa o Mathilda o cualquiera de ellas.

--- ¿Y cuando lo harás?

--- ¡Después! -azotó la puerta detrás de sí

Te veo [Bucky Barnes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora