𝑽𝒆𝒊𝒏𝒕𝒊𝒄𝒖𝒂𝒕𝒓𝒐 𝒄𝒂𝒓𝒕𝒂𝒔, 𝒏𝒐𝒗𝒆𝒏𝒕𝒂 𝒑𝒐𝒆𝒎𝒂𝒔.

𝟓𝟖. 𝐇𝐈𝐋𝐎 𝐑𝐎𝐉𝐎

Me dejaste de importar
y aún así por tí mis lágrimas caen,
dejé de extrañarte
y aún así mi pecho duele.

¿Por qué me duele dejarte ir?
Si yo "ya no te quiero"
¿Por qué sigo sufriendo?
Si yo "ya no sentía algo por ti".

No solo se trató de un cuento de amor,
fue algo real de los dos,
una canción difícil de olvidar
que la letra aprendí a memorizar.

No me dejaste de importar
porque sigo llorando en la oscuridad,
te sigo extrañando
porque mi corazón sin ti planea estallar.

Duele dejarte ir
porque te sigo queriendo,
estoy sufriendo
porque por ti me estoy muriendo.

Te dejo ir con una condición,
te dejo ir si decides no caer mientras vuelas,
ángel no caigas por ninguna razón
no vayas por aquella persona que antes eras.

No quiero soltar tu mano
pero nuestro hilo rojo nos está lastimando,
dejemos de forcejear, volveremos porque estamos destinados,
destinados a estar juntos cada vez más enamorados.

Nunca sabremos si es lo correcto
hasta que un día simplemente lo intentamos,
si resulta que eso nos lleva al olvido
que ese hilo sea prueba de que una vez nos amamos.

Recuérdame inocente, ilusa y terca
que yo te recordaré tan seductor, misterioso y rudo.
Amemos nuestros recuerdos juntos
ya qué fuimos y seremos un par de enamorados juntos.

No significa que sea el fin,
las historias a veces tienen secuelas,
si con la nuestra no sucede así
estaré contigo siempre que pueda.