𝑪𝒂𝒓𝒕𝒂 23. ✉

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Jueves, 19 de diciembre, 2019.

Eres el amor de mi vida, conoces mis defectos, conoces mis temores, mis gustos, mis fobias, mis metas, mis sueños...

Conocemos tanto el uno del otro que es aún inexplicable la manera tan peculiar que tenemos para comunicarnos y entendernos, eres todo aquello que me hace sentir segura, querida, confiada y amada. Pasamos por tanto, tienes razón, pero eso jamás nos detuvo para estar juntos, ni tu ni yo entendemos la razón que nos regresa al mismo lugar de siempre, en el mismo donde guardamos el amor que nos tenemos. Tú dijiste que querías creer que es el destino el que nos unió y tal vez lo fue, quizá está escrito en algún lugar que tú y yo estamos juntos y que debemos estarlo. Irónicamente consideramos a un libro que ambos leímos nuestra profecía, nos describe a los dos y a nuestra historia con sucesos tan similares que amamos a los personajes en el instante que entendimos la trama y lo que los personajes sentían entre ellos. 

Fuimos un secreto a voces, un deseo vuelto una suplica, una plegaria que nos decíamos para solo tal vez estar unidos; existían muchas razones por las que quedarme siempre pareció una buena opción, debo admitir que millones de veces pensamos en rendirnos y dejarnos caer, pero eso en realidad jamás iba a pasar.

Regresabas a mi sin que yo te lo pidiera, te quedaste aún cuando tú mismo dijiste que no habría nada entre nosotros. Esas noches en las que bebíamos, jugábamos y bailamos, momentos tan mágicos en las que no podíamos evitar besarnos (imagíname riéndo escribiendo esto) te acercbas a mi rostro siempre que podias, incluso estando sobrio y cuerdo lo hacias, no se diga cuando ambos ya estabamos perdidos en otro mundo. Amaba asistir a esas fiestas, era tu territorio y podias hacer lo que quisieras, eras tu mismo, tan libre, contento, audaz, poderoso, alguien con experiencia.

Nunca me cansaré de escucharte, vale muchísimo la pena hacerlo, mereces toda la felicidad del mundo y si yo pudiera dártela lo haría sin dudar. Te adoro con toda mi alma, jamás creí poder amar a alguien con tanta intensidad como te amo a ti, me inspiras siempre a escribir, te pienso en todo momento, cualquier cosa me recuerda a ti, incluso mi propia música lo hace.

Me enseñaste muchas cosas, me atreví a mucho por ti, mi inocencia te atrajo y es algo que de verdad me cuesta imaginar. Nunca pensé que ese fuera un buen atributo y no sabes lo mucho que adoro que me ames tal y como soy. Tú mi bello ángel eres lo mejor que pude haber encontrado, eres todo aquello que me vuelve feliz y me hace querer cada vez más y más. Eres un amor como persona, muy pocos gozan de tu confianza, apoyo y sinceridad.

Adoro tu personalidad y lo especial que eres con la sociedad, no es fácil agradarte y mucho menos gustarte, pero cielos... ni siquiera lo tan igualmente distintos que éramos te importó, quisiste llegar a mí y estabas decidido a hacerlo. Tardaste mucho y de odié por ello, pero las mejores cosas siempre tardan en llegar y contigo definitivamente lo comprobé.

Te amo ángel, no sabes cuánto te extraño.

Con amor, paloma...  

L.

𝑽𝒆𝒊𝒏𝒕𝒊𝒄𝒖𝒂𝒕𝒓𝒐 𝒄𝒂𝒓𝒕𝒂𝒔, 𝒏𝒐𝒗𝒆𝒏𝒕𝒂 𝒑𝒐𝒆𝒎𝒂𝒔.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora