Capitulo 24: Castell Girl

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Poco después de despedirse salió junto a su hermano y Marcel en busca de Davina, quien sabe a dónde. La lobita se había ido a buscar supuestamente algo a la casa vieja, por lo que prácticamente me había quedado sola con mi hermanita. Sin pensarlo dos veces busqué que ponerme ya que había anochecido y no iba a quedarme encerrada aquí sola aburrida, menos ahora que podía hacer lo que quisiera sin tener encima una patrulla de vampiros.

— ¿A dónde vas? —preguntó Chloe al entrar como siempre sin tocar a mi habitación.

—Hay fiesta afuera, y me aburro aquí, ¿quieres venir? —le pregunté rezando porque dijera que no, y como si me hubiera leído la mente negó como si nada.

—Ve tú, no es seguro para mí estar en las calles—explicó sin yo entenderle mucho—. Los lobos no son bien recibidos aun por aquí, así que…—asentí dándole a saber que entendía lo que decía—. ¿Por cierto piensas salir así? —preguntó de la nada cambiándome el tema, pero negué rápidamente, solo llevaba unos pantalones gastados junto con una blusa, y aunque no fuera mucho de arreglarme, por alguna razón no me sentía a gusto saliendo así.

—No, en cuanto te vayas me ducho y me cambio— respondí sin pensar por lo que ella sonrió antes de asentir e irse.

Rápidamente me duché y pensé en que ponerme, algo que raramente hacia. Primero se me ocurrió ponerme un vestido, pero al instante recordé que no tenia, por lo que solamente busqué una falda negra que había olvidado que tenia, una blusa roja, mis botas negras y por supuesto mi chaqueta, ya que seguro iba a hacer frio afuera.

Sin dudarlo más, salí de la casa, guiándome por la música hasta la fiesta. Al llegar era más de lo que imaginaba. Las calles estaban abarrotadas de personas, bailando, hablando, bebiendo, era definitivamente una verdadera fiesta, lástima que apenas cumplí diecisiete hace poco, un año más y puedo ir a cualquier bar a beber, aun así creo que puedo hacer algo con dinero.

Caminé en busca de algún lugar con algo de beber y con suerte de comer también, que me pudieran atender sin hacer preguntas.

—Una cerveza— intenté pedir al barman del primer bar al que entré, solo necesitaba beber algo para relajarme no emborracharme. El barman me miró extrañado, por lo que deposité un billete de cincuenta en la barra y me sonrió con complicidad para luego traerme una botella de cerveza.

— ¿Qué haces aquí? —preguntó una voz conocida a mis espaldas antes de que pudiera darle un sorbo a mi bebida.

—Ir a las fiesta de las Castell no se qué— dije sonriendo antes de darle un trago profundo a la botella.

—No deberías estar aquí, las cosas no están muy fuera, y puede que tú solo las empeorará estando aquí fuera— le miré extrañada.

—Primero, soy libre de hacer lo que me venga en ganas y segundo, ¿de cuándo aquí te importa lo que me pasé?— le pregunté de brazos cruzados mientras ella sonreí muy falsamente.

—No me interesa realmente, lo hago por mis hermanos, así que es hora de volver— ordenó pero me quedé como si no fuera conmigo, dándole otro trago a la botella, y por primera vez desde que me habló se fijó en esta—. ¿Eso es alcohol? —preguntó ella algo alarmada.

—El terminó correcto es cerveza per…— no me dejó siquiera terminar y ya me había quitado la botella—. ¿Qué mierda haces? —pregunté enfadada.

—Eres menor de edad, se supone que no debes beber, vamos te llevaré a casa— dijo ella algo molesta.

— ¿Cuántas veces tengo que repetirte lo mismo?, me quedo aquí, puedo hacer lo que…— no me había dejado ni siquiera terminar cuando me sacó de repente con su velocidad vampírica del bar.

Alaric's Daugther |Elijah Mikaelson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora