Capítulo 23

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—¿Cuando nos volvemos a ver? —pregunta sin despegar sus labios de su cuello.

—La otra semana quizás, estos días ando ocupada —dice removiendo-se en sus brazos.

—Ok, debo admitir que fue una gran noche, creo que va a valer la pena esperar —admite apretando su agarre.

—Bruce, ya me tengo que ir —musita despacio.

—Vale, mientras te cambias y levantas a Peter, yo me baño para después dejarlos.

Sin decir más, Natasha sale de sus brazos y se cambia rápidamente para luego salir de la habitación.

Mientras él la observa, sereno, hambriento, y ajeno a las emociones.

Se desprende de las sábanas para luego salir de la cama y dirigirse al baño.

Al salir de la ducha, con una toalla envuelta en él, busca su ropa para cambiarse. Entre sus cajones encuentra una foto de él con Peter, una que no había visto antes.

Donde sale él y Peter manchados de arina en el día que los tres prepararon el pastel para el cumpleaños del pequeño.

“Mi par favorito.
Los amo tres millones.”

~×~

—Ya estoy listo joven Nat —musita el pequeño sonriente.

—Listo Peter, solo falta tu padre y nos vamos —le contesta jocosa.

—Joven Nat.

—Dime cariño.

—¿Tú y mi papá están juntos?.

—Solo somos amigos Pet —anuncia la pelirroja algo incómoda.

—¿Y por qué juntaban sus labios ayer en el cine? Mi papá Tony dice que se saluda en la mejilla, no en la boca, que eso lo hacen las parejas.

—No Peter, no nos besamos, tu padre tenía algo en la cara.

—En el rostro, no en la boca.

—¿A qué se deben tus comentarios?.

—No lo sé, no será que mis papás hacen eso también.

—¿Bruce y Tony se besaban en la boca? —preguntó asombrada.

El pequeño solo se encogió de hombros, dándole dudas a la pelirroja.

—Listo chicos ¿nos vamos? —anunció su llegada un sexy rizado.

—Bruce, Peter dice cosas raras —dice entre risas, tratando de no sonar intranquila.

—¿Cómo qué?.

—Qué tú y Stark... —hace una pausa. No, eso es imposible, quizás Peter confundió las cosas ya que apenas es un niño, además, agradece que no los haya escuchado ayer en la noche —. Nada, olvídalo.

—Ok, preparo algo rápido y nos vamos.

—No gracias, si no me apresuro, llegaré tarde. Adiós Peter —le da un beso en la mejilla al pequeño castaño —. Adiós Bruce —le da un rápido pico.

—Adiós linda.

¿Por qué los peores momentos llegan en el momento menos indicado?.

Antes de que Romanoff saliera del departamento, llegaba el gran Tony Stark, quién al verla, cambió su semblante de alegre a enojado.

—Stark —saluda.

—Romanoff —contesta.

Y sin más, desaparece rápidamente, con la intención de ya no sentir incomodidades.

Una difícil decisión © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora