Importante : Solo decirles que habrán dos finales alternativos.
Así que ustedes decidirán el que les agrade.
Sin más que decir, disfrútenlo ;)
~×~
Un año y seis meses después.
—Brucie...
El rizado sólo respondió con un jadeo, sintiendo el sudor desplazarse por su sien y puede escuchar lo irregular de su respiración.
—Vamos Brucie, solo un poco más —alienta el castaño.
Como puede, continúa en lo que hace, dando su mayor esfuerzo.
—Ya casi...
Bruce coge las pocas energías después de unas largas horas de trabajo y se encamina a terminar.
Da unos pasos más y termina su ejercicio de fisioterapia que claramente el castaño lo obliga a hacer. Con ayuda de Tony, logra sentarse en su silla de ruedas y recibir un poco de descanso.
Ya había pasado un buen tiempo desde el accidente de Bruce, y como lo mencionó el médico, las fracturas que obtuvo fueron graves. Por ende, apenas el rizado pisó la calle, Tony no perdió el tiempo y lo llevaba a sus terapias casi todos los días.
Las fisioterapias estaban funcionando exitosamente, pero aún así, el rizado necesitaba ayuda de amuletas o de su silla de ruedas.
—¿Ya nos podemos ir a casa? —preguntó con un puchero el rizado.
—Por supuesto —contestó sonriente.
Empujó su silla de ruedas, desplazando al rizado, se encaminaron hacía la salida.
—Por cierto, Tony, jamás me contaste el porque me consideraron muerto —dijo con una notoria chispa de curiosidad.
El castaño soltó un resoplido mientras ayudaba al rizado a subirse a su auto.
—¿Por qué esa pregunta?.
—Curiosidad.
—Bueno, es una molesta historia —rechisto.
Lo acomodó en su asiento y le puso el cinturón de seguridad. Luego rodeo el auto para guardar la silla en el maletero.
—Es una historia que quiero escuchar —musitó suave, que al castaño le fue difícil resistir.
Cuando terminó, se sentó en su lugar de conductor, y al asegurarse de que todo este bien y asegurado, empezó a encender el auto para conducir.
—Cuando el doctor nos había dado la noticia de que estabas estable, todos estuvimos alegres y aliviados, pero...
—Pero... —lo alentó a continuar.
—Mientras celebrábamos tu estabilidad, de un momento a otro, un motón de doctores y enfermeras corrían hacía la sala de emergencias, donde estabas tú —hizo una pausa para frenar en el semáforo que estaba en rojo.
—¿Y que pasó?.
—Dijeron que sufriste múltiples hemorragias internas, entonces nos asustamos —habló sin quitar su mirada del frente —. Luego de un rato una enfermera salió para decirnos que habías muerto.
—¿En serio? —lo miró sorprendido. En ningún momento desde que salió del hospital y desde su terapias, nadie le mencionó la confusión que se dio, sin embargo, fue Peter quién se lo mencionó y por eso de su curiosidad.
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Una difícil decisión ©
AcakUno lo ama y el otro lo desea por la tentación En colaboración con Marijo_LR