Capítulo 12

320 35 10
                                    

—Visión dime que no perdí la reunión con los directivos —musita el joven de rizos apresurado llegando apenas a el edificio.

—No señor, en unos minutos comienza —le contesta el amable rubio que se acomodó distraídamente sus lentes.

—Gracias.

—Señor —lo vuelve a llamar.

—¿Si?.

—Tiene algo de chocolate en la corbata —le avisa.

Bruce agacha la mirada para comprobar que tiene la mancha de chocolate en su corbata favorita.

—Oh, gracias Vis.

—Y una señorita lo está esperando en su oficina.

~×~

Sus ojos examinaron el lugar, apreciando cada cuadro colgado en el, y también admirando el moderno escritorio que tiene el joven de rizos.

Todo ordenado, los documentos o papeles importantes se encuentran guardados en las repisas, su portátil en su escritorio junto a una fotografía de un niño castaño.

Se acerca al escritorio, tomando la foto en manos.

Apreciando la viva imagen de la felicidad al ver al pequeño con una sonrisa en la foto. No es necesario conocerlo para saber que se trata de alguien importante para el rizado.

El sonido de la puerta hace que deje la fotografía al instante, recibiendo con una sonrisa a quién ya sabe de su identidad.

—Oh uh... No sabía que esperabas —musita Bruce, mirándola algo nervioso.

—Hola, Bruce —le sonríe.

Se acerca con pasos coquetos a él, acercándose lo suficiente para invadir su espacio personal, se inclina y deposita un suave beso en la mejilla del rizado.

Se incorpora un poco, pero no alejándose en ningún momento.

Observando los oscuros marrones ojos del empresario, donde brota una pequeña chispa que le da curiosidad.

—Bruce... —lo llama en susurro en un tono coqueto, cerca de su rostro.

—¿Humm? —musita sin hacer un movimiento, quedándose intacto ante cualquier acción echa por la pelirroja.

Sus manos recorren su pecho, cogiendo su corbata e inclinando lo más cerca a ella, a escasos centímetros de que sus alientos choquen y se combinen.

—Acaso... ¿Ese es chocolate? —sonríe burlona al soltar la corbata rápidamente.

Provocando un bufido por el rizado.

Si algo le gusta, es provocar a los hombres.

—Oh... Si. Comí un poco de camino al trabajo —masculla sacándose la prenda ensuciada.

Natasha suelta una risilla al ver la torpeza con la que Bruce se despoja de la prenda.

—Por cierto, que sorpresa verte aquí. ¿Qué se te ofrece? —pregunta sentándose en su silla detrás del escritorio, como todo jefe de una importante empresa.

—Bueno, digamos que alguien está en los titulares de los mejores periódicos y en las páginas informativas más virales de internet —dice dejando el periódico en el escritorio.

—¡¿En serio?! —toma el periódico y lo lee con detenimiento.

Debe admitir que la joven periodista hizo un buen trabajo.

La redacción esta impecable, junto al argumento que está increíble, y en cada punto no solo esta sus opiniones, también algunos puntos de vista estupendos.

Una difícil decisión © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora