Capítulo 2

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2 años después

Sus cuerpos chocan entre sí, los jadeos son cada vez más intensos en cada empuje, sus deseos crecen en cada susurro, y las mentiras crecen en cada palabra.

Claro está que, esto sinceramente no es un amor, es un juego, que apenas está dando inicio.

Un par de empujes más, y ambos chicos se desmoronan entre las sábanas. Igualando sus respiraciones y tratando de encajar sus pensamientos.

—Oye... La... La próxima se más rápido —musitó el castaño.

—C-claro —jadea el rizado, apoyando su peso en un codo para poder apreciar a su compañero, mirándolo con ojos brillantes y si puzle latiendo inocentemente, ajeno a las mentiras.

—¿Qué? —pregunta el chico de ojos cafés.

—Solo veo lo lindo que eres —suspira el chico de rizos.

—Ah —se limite a responder, girando dándole la espalda al rizado.

Suelta un suspiro y se queda ahí, contemplando la espalda de su amigo, o pareja, quién sabe, solo sabe que iniciaron esto, pero, jamás hablaron de una relación.

Aunque para el chico de rizos, es amor, y para el otro... Bueno, sin palabras.

—¡Papá! —los gritos de una dulce voz, hace que ambos se sobresalten, comparten una que otra mirada cómplice, y Bruce se dispone a levantarse.

Se pone unos shorts, junto a su camisa arrugada y camina fuera de la habitación. Buscando con la mirada al pequeño de sus ojos.

—¿Pet? —habla sin ver al pequeño.

—¡Encuentrame! —la dulce voz del retoño  hace calmar a Bruce, que rápidamente se da cuenta que provienen de la sala.

Camina por el pasillo, decorado por el tapiz plomizo de las paredes y fotos de Tony y el pequeño Peter, o como le suele llamar, Pet.

Pero ninguna foto de él.

Algo extrañado, ya que varias veces se fueron a secciones de fotografía juntos, pero ninguna foto de él colgada, ni siquiera una pequeña en la mesita de noche de la habitación de Stark. Algo que aunque lo niegue, le duele.

—¡No me vas a encontrar! — el grito del pequeño hace que Bruce dibuje una sonrisa y se disponga a buscarlo a la sala.

—¡Pet! Sal de donde estés —anuncia buscándolo con la mirada.

Se detiene al observar sus pequeños pies detrás de las cortinas del ventanal, a pasos callados, abre la cortina de golpe asustando al pequeño.

—¡Te encontré! — le deposita un beso en la mejilla, lo carga en sus brazos y se van juntos a la cocina.

—¿Donde está papá Tony? —dice el pequeño haciendo un puchero.

—Papá Tony está descansando, ahora, ¿por qué no me dices que quieres desayunar? — dice sentando lo en la barra de la cocina para disponerse a buscar que prepararle a su engreído.

—¡Huevos! —grita emocionado.

—Muy bien serán huevos —dice buscando en la nevera, saca en embase, y su mirada se posa en el reloj de la pared. 7:37 am.

—¡Mierda llegaré tarde! —musita al recordar que tenía una entrevista importante.

~×~

—¡Date prisa si no quieres que te parta el trasero! —chilla la pelirroja al ver la lentitud en la conduce su amigo.

Una difícil decisión © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora