Sonriente siente los besos húmedos en su cuello, sabe que si no lo detiene, terminarán teniendo sexo en la cocina.
—Déjame preparar algo... —susurró al sentir como el miembro del rizado crecía, dando roces con su trasero, una sensación placentera la recorre, pero tiene que parar —. Por favor —ruega, mientras trata de concentrarse en que las tostadas no se quemen.
Escucha el bufido del rizado, pero no detiene lo que hace, sigue perdido marcando la piel de la pelirroja.
¿Quién lo diría?.
Llevan apenas una noche y ya quieren darse placer mutuo toda la vida.
¿Qué cosas no?.
—Por favor... Falta al trabajo hoy —súplica al detener sus besos.
—¿Para tener sexo todo el día? —contestó dándose la vuelta para encarar al chico de rizos.
—Para darte duro todo el día —corrigió.
—Jodete Banner —reprochó posando sus manos en el pecho del joven empresario.
—Eso no decías anoche —sonrió.
Bruce notó la molestia reflejada en el rostro de la pelirroja, sonrió más al sentir las manos de la joven jugar con los botones de su camisa.
—¿Quieres que me quedé? —murmuró con voz suave.
—Oh... —soltó al sentir sus manos bajando la cremallera de su pantalón, y sentir el roce de sus dedos en la tela de sus boxers que dejaba sobresaltar el bulto que quería sobre salir de ello.
—¿Te gusta? —su voz tornó grave.
—S-si —apenas pudo hablar.
—Es una lástima que estés ocupado y yo tenga que ir al trabajo, oh y las tostadas se queman.
Dicho esto, dejó prácticamente solo al rizado, ella alejándose con una sonrisa triunfante y él, pues digamos que tiene un pendiente con su amiguito.
—¿Y ahora que hago contigo? —preguntó mirando el bulto en sus pantalones.
~×~
Siente sus ojos picar, pero tiene que mantenerse fuerte, por Peter, que lo está observando estos momentos.
Trata de mantener la calma y regular su respiración, pero es imposible.
»Pensaba proponerte matrimonio, un compromiso entre los dos y así darnos una vida.
Una vida que ya no sucederá.«
Aquellas palabras entran como cuchillos en su alma y balas en su corazón.
Se siente la peor basura que puede existir.
En toda su puta vida solo un ser que lo amaba, y era Bruce.
¿Y que hizo él?
Solo usarlo para llenar un vacío difícil de alcanzar.
Jugó con sus sentimientos, y los apostó para obtener como ganancia el placer.
Bruce siempre decía la verdad en cada te amo.
Y él mentía en cada estoy cansado.
Lo buscaba para sus deseos.
Lo ignoraba cuando el rizado se ponía sentimental y le susurraba sus sentimientos.Todo como un vaivén de emociones, como un mar de desamores y un camino de desgracias. Perfectas combinaciones para formar recuerdos de una vida que no pidió.
ESTÁS LEYENDO
Una difícil decisión ©
De TodoUno lo ama y el otro lo desea por la tentación En colaboración con Marijo_LR