—Nat —musitó al verla en la puerta de su departamento —. Y-yo.
Con sólo ver su presencia, su corazón ya había empezado acelerar, con las emociones a flote en el mar de sentimientos.
—Cállate —farfullo —. Solo quiero que me respondas algo.
Estaba decidida, si la respuesta que le daba es la que piensa, todo terminaría, y solo quedaría como un recuerdo en el cajón del olvido.
La mira intrigado, no sabe que preguntará, pero, cualquiera que sea la pregunta debe responderla inteligentemente o perderá a la única fuente que le serviría para olvidar los recuerdos de que obtuvo con Tony.
El rizado sólo asiente, no sabe que pueda pasar, pero, la mirada de enojo de la pelirroja le da cierto miedo, pero debe mostrarse tranquilo ante cualquier palabra o movimiento echo por la joven.
—¿Eres casado o estás comprometido? —Soltó con voz profunda, rogando con la mirada que sea la respuesta que tanto anhela, y aunque no lo crea, tiene miedo a que la respuesta sea un si.
Él la mira con asombro, todas las preguntas pasaron por su cabeza, menos esa.
Y la comprende, tiene el derecho de preguntarle eso, ya que aquella escena en la oficina haría confundir a cualquiera.
Suelta un suspiro y la mira a los ojos, grabando en su memoria cada expresión de su hermoso rostro.
—No —respondió con sinceridad en sus ojos, esperando cualquier comentario o reacción.
Su mirada era neutra, entonces el miedo dejó de fluir en su corazón.
Sin desconectar sus miradas, se abalanzó ante el chico y lo besó sin control alguno, dejando que sus cuerpos reaccionen por sí solos dejándose llevar por el momento.
~×~
—Te odio —musitó dándole un corto beso al joven de rizos quien la mira con ternura —. ¿Qué?.
—Me gustas más cuando te enojas —declara apretando el agarre que tiene alrededor de su cuerpo desnudo.
—¿Te gusto? —interroga. Ve que el rizado se le queda mirando unos segundos, o quizás minutos, pero no responde, siente que cago el momento.
Antes de disculparse por malograr el placentero momento que tenían, el rizado habló.
—Se puede decir que sí —responde sonriente, transmitiendo tranquilidad a la pelirroja.
Natasha se acomoda en su pecho, jugando con la capa los bellos que tiene, en eso, nota un tatuaje en el lado izquierdo, justo en el corazón.
—¿Te amo 3000? —pregunta al leer las letras impresas en la piel de su amante.
El rizado asiente vagamente, sintiendo la olas de recuerdos golpear su mente.
Al ver que la pelirroja no tiene intenciones de hacer otra pregunta referente al tatuaje en su pecho, decide hablar.
—Me lo hice hace unos años atrás —confiesa con melancolía, recordando el día donde él y Tony se hicieron el tatuaje juntos, desde la llegada de Peter, se le hizo muy habitual que les dijera te quiero 3000, que luego pasó a te amo 3000.
Entonces ambos jóvenes empresarios decidieron tatuarse, como signo de unión, como el sello de su amor, como la insignia de una familia.
—No lo había notado en nuestro primer encuentro —la joven rompe su viaje de recuerdos, quién ahora parece estar más interesada sobre los detalles de la tinta en su piel.
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Una difícil decisión ©
De TodoUno lo ama y el otro lo desea por la tentación En colaboración con Marijo_LR