—Auch —se quejó.
—No seas llorón —farfullo la pelirroja aplicándole la pomada en los golpes que se encontraban en su rostro.
Después de unos empujones, puños e insultos, había terminado la pelea. Claro, que todo fue presenciado por el pequeño Peter, quién veía asustado la escena.
Luego, Natasha y Tony se metieron, reaccionando cinco minutos tarde. La joven sujetando a su amigo y el castaño al chico de rizos.
Aunque los golpes que Steve le dio al rizado fueron leves, eso no quita que no duela.
Su labio partido, unos rasguños, y su brazo algo morado, pero para Bruce no es nada. Al contrario, se atrevió a decir que el rubio golpea como mujer.
—No soy un llorón —refutó.
—Pues lo pareces, ya deja de quejarte —dijo la joven aplicándole la pomada en el labio partido.
El joven observa atentamente a la pelirroja, que por cierto, después de la pelea se vistió y se ofreció para curarlo.
La mira atento, le encanta ver esos ojos esmeraldas concentrados y sus labios entre abiertos. Su hermosa piel reflejada por la luz del sol, algunos mechones rojizos cubriendo su rostro la hacen ver, atractiva.Sin duda, aquella joven es hermosa, ¿Qué hermosa? Sexy es la palabra correcta que describe completamente a Romanoff. Y Bruce lo tiene presente cada día.
Aunque aún no han aclarado nada, las circunstancias parecen indicar que sólo es diversión, sólo sexo, porque después de lo que pasó con Tony, se niega a volver abrir su corazón, al menos, por el momento.
—Listo —sonríe orgullosa.
—Gracias —le devuelve la sonrisa.
—No tienes que agradecer, soy yo la que te debo dar las gracias por no demandar a Steve por agresión, disculpa en serio, no se que le pasa —exclamó honesta.
—No te preocupes, además, golpea como nena —se burló.
—No en serio, él no es agresivo, últimamente lo veo estresado, ya hablaré con él después —habló mientras dejaba la pomada en la mesita de noche del rizado y se volvía a sentar al lado del chico.
—Cierto, ¿dónde se fue?.
—No lo sé, solo lo vi retirarse votando humo hasta por donde no debía.
Rió un poco junto a la joven, la miró un momento antes de tomar su mano para después apretarla levemente.
Observó como la pelirroja se mordía el labio levemente mientras lo miraba, tratando de reprimir una risa.
—¿Qué?.
—Nada, solo es que no le encuentro sentido a algo —sonrió.
—¿Qué cosa? —habló confundido.
—Aún no me puedo explicar qué al verte en estas condiciones...
—¿Qué condiciones? —preguntó algo desesperado.
—Tus rizos alborotados, tu labio levemente partido, tu mirada inocente y tu camisa desordenada te hacen ver... Sexy.
Soltó una risa al ver el tierno color carmesí pintando en las mejillas del joven empresario.
—Oh cariño, te besaría pero por obvias razones no puedo —dijo la joven coqueta.
—Mis labios no es el único lugar que puedes besar —Soltó el rizado en un tono un tanto inocente.
Sonrió triunfante al devolverle la moneda a la joven, ahora ella está sonrojada.
—Créeme que lo haría, pero, hay visitas —le guiño antes de darle un beso gasto —. Será para la próxima.
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Una difícil decisión ©
DiversosUno lo ama y el otro lo desea por la tentación En colaboración con Marijo_LR