Capítulo 21

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Nota: Chic@s, lamentamos traerles tarde los capítulos. Hubo un problema en wattpad que eliminó nuestra historia, pero ya está resuelto.

Ahora le recompesamos con un maratón, que los disfruten ;).

—Peter, por favor, no estés así —se agacha hasta quedar a la misma altura que el pequeño.

—No me digas nada —hace un puchero sin querer levantar la mirada y ver al rizado.

—Lamento que haya sido brusco contigo la semana pasada, perdóname, te prometo que no volverá a pasar —acuna la cara del niño obligándolo a mirarlo.

—Me prometiste quedarte cuando tendría miedo, me prometiste que volverías con papá Tony a casa conmigo, no mientas más por favor —chilló.

—No Peter, por favor, no me hagas sentir más culpable de que estés así —rogó el rizado sintiendo punzadas en su corazón.

Obviamente no es nada lindo ver al ser que te ama verdaderamente con el corazón triste, y peor si tú eres el responsable de su desánimo.

—Lamento llegar tarde —la voz de la pelirroja hace que ambos salgan del mundo de sus pensamientos en el que estaban sumergidos.

—¡Natasha! —exclama alegre el pequeño castaño, quién corre en dirección de la joven.

—Hola pequeño —saluda sonriente, dándole un suave beso en su mejilla.

—Hola Nat —saluda el rizado acercándose a ella.

—¿Qué tal Bruce?.

—Peter, ¿por qué mejor no vas a ver que promociones hay para la película? —le señala la cartelera.

El pequeño no tarda en correr en donde le indicó su padre.

Asegurándose del que el niño esté distraído, Bruce toma a Natasha de la cintura para capturar sus labios antes de que Peter los vea.

—Te extrañé toda esta semana —susurra entre el beso.

—Yo también —musita, sonriendo sobre sus labios.

Cuando el oxígeno empezó a faltar, se separaron, joder, desde lejos se notaba la necesidad que los atrapa.

Y parece que no les importa estar en público, ya que incluso les alcanza para otro beso más.

—Mi jefe no me ha dejado ni respirar, esta semana, últimamente a estado lloviendo noticias sobre accidentes, espectáculos, deporte y entre otras que cosas —habla conforme se dirigen al cajero para comprar las palomitas.

—¿Acaso tu jefe tiene idea de que tienes vida propia? No siempre estarás pendiente al trabajo —farfulla haciendo la fila.

—Lo sé, pero cuando eres de economía media, digamos que de eso dependes —suspira.

—¿Puedes coger?.

—¿Qué?. Por el echo que este trabajando la mayor parte del día no significa que no tenga energías para una noche —responde ofendida.

—¿De qué hablas? Te estoy preguntando si puedes coger alguna promoción de palomitas mientras entrego las entradas —responde tratando de ocultar su sonrisa.

—No te hagas el gracioso Banner, hay una clara diferencia entre coger y escoger —farfulla apenas llegan a la caja de compra.

—¿Cuál es esa diferencia? —pregunta pícaro.

—Muy buenas tardes, ¿que promoción desean coger? —habla la empleada sonriente.

A Bruce se le escapa una risa al ver el sonrojo en el rostro de la pelirroja.

Una difícil decisión © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora