𝓒omenzó a cantarla con ganas. Le gustaba mucho esa canción. Estaba en su cuarto de nuevo. Cerró los ojos y comenzó a ir al ritmo, pero no demasiado ruidoso como para que el resto de los hermanos la escucharan.
Bought a hundred dollar bottle of champagne like me?
Just to pour that motherfucker down the drain like me?
Would you use your water bill to dry the stain like me?—Aly, tenemos que hablar.
Abrió uno de sus ojos, viendo a las lindas perlas verdes de Ayato encima suyo. Escucho que la lluvia caía desde afuera.
You can't wake up, this is not a dream
You're part of a machine, you are not a human being
With your face all made up, living on a screen
Low on self esteem, so you run on gasolineAlyssa detuvo la música y se reincorporó, centímetros del rostro de Ayato. Le gustaba estar así con él.
—¿Qué pasa?
Ayato se veía más triste de lo normal. Como si dudara en contarle lo que estaba pasando por su mente.
Esquivaba su mirada.
—Quiero confesarte algo.
—¿Y... Que es lo que me quieres decir?
—Yo...
El chico no se veía para nada bien. Como si estuviera a punto de desmoronarse allí mismo. Parecía que había tenido una noche complicada después de que hablasen. Ella tomó su mano y entrelazó sus dedos, para que se sintiera más seguro de confesarle.
—Maté a mi madre.
Tiempo atrás, esa noticia le hubiera sorprendido, pero inesperadamente, esta vez no, por lo contrario, quería apoyarlo para que le dijera todo lo que ocurrió, porque por lo que sabía, Kanato también estaba impreso dentro del crimen.
La pregunta era ¿Por qué?
—¿Qué ocurrió?
Ayato miró a las sábanas, algo confundido en su interior, presionó la mano con la de ella con fuerza.
—No puedo decírtelo.
Se levantó con intenciones de irse, pero Alyssa fue más rápida haciéndose delante de él, abrazándolo. Él a primeras se sorprendió, sin entender el porqué lo había hecho, luego, le correspondió de a poco.
—No tienes porqué contármelo. Pero si te sientes mal, no dudes en decírmelo.
—No—suspiró, alejándola—. Te lo diré.
La agarró de la muñeca y la arrastró de nuevo a la cama, ambos se sentaron juntos.
—Cordelia. Ese es su nombre— se relajó—. Mi madre nunca nos quiso tener, por lo que simplemente nos usó, en especial a mi. No entiendo porqué siempre era solo a mi y no a Laito o Kanato... Al ser el mayor de mis hermanos, mi madre siempre me encerraba y me decía que debía estudiar, me presionaba diciéndome que debía ser mejor que todos ¡Mejor que cualquiera! de esta manera podría ser un heredero digno, sucesor del "Rey de los Vampiros". Me crió a base de insultos y castigos, interrumpía cada vez que intentaba salir a jugar con mis hermanos... No tenía libertad de esa perra— miró al cielo, para continuar narrando—. Una vez no quise hacerle caso y me tiro al lago, sabiendo que no sabía nadar.
Alyssa estaba sorprendida, nunca supo que alguien podía ser tan cruel como esa bruja ¿cómo se le ocurre tratar a su propio hijo de tal manera? ¿¡Cómo lo tira al agua sin que sepa nadar!?
—Nunca conocí el amor filial por su culpa. No tengo idea de lo que significa tener una madre o un padre. Odiaba tanto a esa perra que terminé...— respiro hondo, midiendo sus palabras—. Una noche me acerqué a ella y comencé a beber toda su sangre. Era deliciosa, no puedo negarlo— una leve sonrisa apareció en su rostro, pero se fue al instante—. Ella, asustada, huyó. Quería jugar con ella hasta que muriera del miedo, así que empecé a acecharla, pero me aburrí. A las horas, descubrí que estaba muerta.
—Ayato...
—Lo peor, es que no me siento culpable. Maté a mi madre y ha sido el mejor logro que he cometido hasta hoy. Pero aún así... Yo...
Miro al techo, cerrando sus ojos. Ella tomó su mano y la colocó encima de su regazo.
—Creo que lo que hiciste fue justificable, te trató horrible...
Ayato no pudo evitar soltar una leve risilla, volvió a mirarla. Sabía que se lo decía por apoyarlo, un asesinato así no era justificable.
—Gracias por escucharme. Me he quitado un peso muerto de encima.
—No hay problema, sabes que estoy aquí para lo que necesites.
Ayato alzó una ceja, sonriendo ladeado. Ella captó la indirecta.
—Excepto eso. Nada de sangre.
—Lo sé, bromeo— se giró para verla, no entiende porqué siempre la ve más hermosa—. Hay otra cosa que me gustaría decirte.
—¿Mataste a tu padre también?— Ayato soltó una leve carcajada.
—No, aún no. Pero pronto mataré a ese viejo. Esta vez, lo digo en serio. Tengo otra cosa por decirte.
—¿Y qué es?
—Yo... Por Drácula, creo que esto es más difícil que confesar que un asesinato.
—¿Hiciste magia negra?
—No, no es eso.
Se quedaron mirando fijamente, tras unos segundos, ella levantó una ceja esperando que le dijera.
—Alyssa. Me gustas. Me gustas muchísimo. Al principio no sabía cómo decírtelo porque sentía que era un sentimiento pasajero, pero ya llevas más de un mes y medio aquí y siento que no podría vivir sin ti... Sé que lo que digo suena estúpido, yo tampoco lo entiendo, y yo... Agh, a estas horas me pongo más idiota. Olvídalo, me voy.
Ella estaba paralizada. No podía creer lo que Ayato le estaba diciendo ¿No era un sentimiento pasajero, debería alegrarse? Claramente, estaba sorprendida por su abierta declaración. No lo dejaría ir así.
—Ayato, no te vayas.
—¿Eh?—Ore-sama volteó, frunciendo el ceño—. ¿N-No quieres que me vaya?
—No... También tengo que aceptar que siento cosas por ti— los ojos del pelirrojo brillaron con devoción—, pero no estoy segura, un día me tratas como un objeto y al rato me dices que me amas, no te entiendo...
—Ore-sama recapacitó lo que dijiste hace un rato... Y la verdad es que no quiero perderte. Eres diferente a las visitas que hemos traído, diferente a Chichinashi... Creo que me volvería loco si no te llego a encontrar algún día...—rió nervioso—. Es por eso que he decidido contarte todo esto, para que entiendas que no eres tan inferior a su majestad. Creo... Creo que me estoy saliendo del tema ya, lo siento, tengo que irme.
—¡Espe...!
El pelirrojo desapareció. Se transportó al otro lado del pasillo, tenía una sonrisa de oreja a oreja. Se sintió tan emocionado por la correspondencia que se le hizo difícil disimular en frente de su amada. Comenzó a moverse de felicidad y quería gritar. No lo hizo. Se calmó y se fue. Ahora tenía la esperanza de que su reina también sentía cosas por él.
Mientras, Alyssa comenzaba a arrepentirse de la decisión que había tomado: la de escapar esa misma mañana.

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music player | diabolik lovers.
Fanfiction𝕷a mansión Sakamaki fue un revuelto desde la llegada de Yui Komoi. Después de lo que ocurrió con Ritcher, cada uno se hallaba más distanciado que nunca. Sin embargo, ahora las cosas se pondrán aún peor con la visita de una nueva mujer cuya identi...