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#26: doll's house.

   𝓐l estar aún temprano, la pelinegra decidió ir por último, al jardín, reflexionando si irse o no. Se arrepentía un poco ahora que conocía mejor a los hermanos. Ayato y Laito se portaban de tal manera por culpa de su madre, quien obligó a Ayato a superar a todos fuera como fuera, por lo que era comprensible su actitud egoísta y superior. Mientras, Laito fue tratado como un juguete sexual desde niño, lo que le abrió puertas a la perversidad y sadismo.

   Tenía que pensarse las cosas de nuevo. Es cierto que todavía no se acostumbraba, pero ya le llevaba el ritmo a los Sakamaki, sabía cómo era cada uno y cómo debía comportarse para que no la mataran.

   Tomo una de las flores, era morada.

     —Alyssa.

     —Kanato-kun.

   Alyssa volteo, seria. Desde lo que había pasado con las novias, siempre que estaba a solas con Kanato se dirigía a él de manera formal, como si no lo conociera.

     —La noche está hermosa.

     —Sí, bastante ¿Qué haces en el jardín a esta hora?

     —Lo mismo me preguntó yo. Miraba por mi ventana cuando me pareció ver a una hermosa muñeca en el jardín. Vine, y aquí te encontrabas. Te ves tan hermosa como una muñeca esta noche.

     —Gracias...— Kanato se le acercó, observando lo que tocaba.

     —Una flor morada... Es el mismo color que mi cabello, y el de mi hermosa madre también.

   "Todos están hablando de su madre..." reflexionaba Alyssa ¿Por qué...?

     —Hoy es su cumpleaños— prosiguió el tierno peli púrpura, como si hubiera leído sus pensamientos—. Fui el único que le llevo flores a su tumba, que desconsiderados son mis hermanos.

     —No lo creo. Me han contado hoy acerca de ella. Estoy segura que si la recuerdan.

     —Por supuesto, vive dentro de Yui después de todo.

   Espera, qué.

     —¿Eh?

     —Cuando mi madre falleció, cayó de una gran altura. Cuando la encontré, llevaba un hueco en el corazón... Tiempo después, nos dimos cuenta que nuestro tío lo robó y lo incrustó en una humana: Yui. Es por eso que ella es "especial" logramos detener el despertar de mi madre, nadie deseaba traerla de vuelta.

     —Así que.. Yui-san tiene el corazón de su madre...

     —Sí, en parte. Aunque es extraño, puedo resumírtelo así.

     —Vale...

   "Así que Yui no es tan inservible después de todo, tiene el corazón de un vampiro. Eso no la hace del todo humana, pero si en su mayoría" intuyó Alyssa.

     —Mi madre estaba muy fría cuando la hallé, me dio mucho pesar verla en ese estado, así que aprovechando que llevaba un candelabro conmigo y la queme— Kanato apretó con más fuerza su peluche—. Ahora vive para siempre conmigo.

     —Vaya... Así que todos ustedes terminaron involucrados.

     —Efectivamente, eres muy inteligente Alyssa-chan. Yo... Aún la extraño. Quisiera cantarle en estos momentos.

     —Puedes hacerlo. Puedo oírte, si deseas.

     —Tienes razón, puedo cantarle... Sería un buen regalo de cumpleaños— sonrió como niño pequeño—. Nee, Alyssa-chan ¿Que te gustaría que le cantase?

     —Mmmm... Dejame pensarlo... Creo que le encantaría Setsudan Botou Kai.

    —¡Por supuesto!

   Kanato comenzó a cantar allí mismo. Su voz era melodiosa, bonita, sin duda parecía un canario.

   Al terminar, ella le sonrió.

     —Cantas hermoso, Kanato.

    —Muchas gracias Alyssa-chan. Mi madre me pedía que le cantara cada día. Me llamaba "canario".

     —Bien— Alyssa se sacudió el pantalón negro—. Ya esta tarde, iré a dormir.

     —Espera Alyssa-chan, Teddy y yo queríamos pedirte disculpas por lo de las novias. No teníamos intención de estrangularte.

   "Vaya, pues pareció lo contrario" pensó.

     —Está bien, te perdono, Kanato. Pero no vuelvas a hacerlo— el chico asintió.

     —¿Sabes? Creemos que sin duda eres una muñequita, tienes ojos grandes, un pelo oscuro muy lindo, y un cuerpo perfecto— sonrió cerrando sus ojos cúal niño—. De aquí en adelante Teddy y yo te llamaremos Muñeca en vez de híbrida.

   Alyssa la miró sorprendida para después formar una sonrisa reconfortante en su rostro.

    —Me encanta ese pronombre, Kanato.

    —Me alegra que te guste— sonrió—. He sentido que estos días Alyssa-san ha estado muy alejada de mi ¿Tiene eso un motivo? He descubierto que Teddy esta más triste cuando no estás, así que me gustaría remediarlo.

    —¿Teddy se coloca triste?— sonrio—. ¿Me permites hablar con él?

     —Mmm... Está bien. Pero solo unos minutos. No quiero que Teddy tenga más amigos que yo.

     —No te preocupes, no me demoraré— se acercó al peli púrpura, mirando al oso de peluche que había en sus manos—. Nee, Teddy, no tienes porqué sentirte triste cuando no estoy cerca, sabes que tienes a Kanato-kun a tu lado y él te aprecia mucho, así que si te sientes triste puedes conversarlo con él.

     —Teddy dice que está agradecido.

     —No hay problema. Me iré a la cama, descansa Kanato-kun.

     —Antes de que te vayas— sonrió—. Dame un beso de buenas noches.

   Alyssa se giró, pensándolo. Parecía que no estaba de broma. Camino hacia él. Kanato cerró los ojos con impaciencia.

   Alyssa le dio un dulce beso en la mejilla, cosa que no se esperaba para nada.

     —Buenas noches, dulce canario.

   Alyssa desapareció, dejando a Kanato engatusado con su dulzura.

   Ahora sabía por completo la muerte de Cordelia. Había sido cruel, pero justa para alguien como ella. Alyssa no prendió la luz de su habitación y comenzó a empacar las cosas que se llevaría donde los Mukami, incluyendo su indispensable poción.

   "Pero... No quiero irme..."

   Aún indecisa, cerró el morral lleno de cosas y lo escondió bajo la cama. Se despertaría casi al amanecer, mientras todos dormían, para poder irse de allí, o, a lo mejor, no lo haría.

   Algo frustrado consigo misma, se metió entre las cobijas después de cambiarse. Estaban calienticas.

   Mientras que cerraba los ojos, sintió como si alguien se hubiera acostado detrás suyo. Volteó a ver de quien se trataba.

   Era Ayato.

     —¿Aya...?

     —No me mires— habló en tono bajo.

     —Pero...

     —Shhhh...

   Ayato pasó uno de sus brazos como si la abrazara por la espalda, de manera que no podía voltear a verlo. Alyssa se sorprendió ante aquel acto ¿Por qué actuaba así?

     —Solo... No me desobedezcas— susurró dolido en su oído. Alyssa no podía lograr verlo, pero estaba segura, que muy en el fondo, Ayato se encontraba triste.

   No dijo una palabra más. Se acomodó entre sus cálidos brazos y durmió.

   Él sonrió sin ganas y cerró los ojos también.