#30: shit.

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    𝓛a linda chica despertó, se sentía débil pero tenía suficiente fuerza como para levantarse. Odiaba a Ruki en aquel momento. Detestaba a todos los Mukami, se sentía traicionada. 

   Escucho voces por el pasillo. Revisó su puerta y estaba abierta, así que decidió bajar a ver de qué se trataba.

   Tras seguir el sonido, bajó a lo que parecía una cocina, se encontró con los hermanos peleando... Por un camarón.

     —¡Dámelo!— sollozaba Kou.

     —¡No! ¿Acaso no conoces la palabra "igualdad"?¡Desgraciado, te has comido todos!

     —¡Los mas rápido ganan!— Kou intentó arrebatarle el camarón a Yuma, pero era tan alto que no alcanzaba a quitárselo de sus garras.

     —Oye Azusa ¿no lo quieres? No has comido nada, prefiero dártelo a ti en vez de al gordo de Kou.

     —¡No estoy gordo!— gritaba el rubio cual niño pequeño, rendido, se sentó.

     —Sí me lo quieres dar, lo aceptaré.

     —No es "si me lo quieres dar" es "¡Dámelo!"— le enseñaba Yuma—. Si lo dices así de tranquilo, nadie te lo querrá dar.

     —Entonces, lo quiero.

    —Toma.

   Yuma le dejó el camarón en su plato. Otra voz entró a la sala.

     —No me hagan repetirlo, no hagan tanto escándalo mientras que comen.

     —¡Vaya! Todavía quedan.

   Ruki traía en sus manos unos camarones recién hechos, al parecer era él quien servía la comida. Kou no espero y quitó el camarón del primer plato. Tan solo ver a Ruki me hirvió a la sangre, ¿Cómo se atrevía?¿A que se refería con esa tontería de que tendría que encontrar a un Adán?

     —¿¡TÚ NO APRENDES VERDAD!? NO PUEDES AGARRAR EL CAMARÓN TAN RAPIDO, ¡ES-PE-RA!— le regañaba Yuma con tenedor en mano—. Tu también Azusa, tienes que agarrar antes de que el gordo de Kou se coma todo.

   Alyssa soltó una risilla, no se pudo aguantar. Fue divertido verlos pelear por un simple camarón.

     —Eva, llegaste... Tu también tienes que comer— dijo el de las vendas.

   Todos voltearon a ver a Alyssa, ella maldijo en sus adentros por revelar su posición por aquella risilla indiscreta. En realidad, estaba muerta del hambre, no recordaba la última vez que había comido algo, así que suspiró y fue a sentarse al lado del rubio.

     —Cuidado Alyssa. Ese gordo que tienes ahí al lado puede engañarte en cuanto menos te lo esperas.

     —¡QUE NO ESTOY GORDO!

   Alyssa rió para luego agarrar la comida que se tragaría. Así era mejor, si ella escogía la comida dentro de aquel banquete, no tenía porqué tomar cosas que no le gustaran.

   Ruki se sentó y ella le dio un mordisco a los camarones fritos ¡Que delicia! No tenía idea de que estuvieran tan buenos, con razón tanto escándalo.

     —¿Los hiciste tú, Ruki?— preguntó terminando de masticar.

     —Sí, ¿por qué?

     —¡Estan deliciosos! No sabía que cocinaras tan bien— a pesar del enojo, tenía que soltar un halago por aquel increíble sabor.

     —Gracias.

     —¡Oi, Yuma! Ya se me acabaron, dame mas.— pedía Kou.

     —Has comido un montón, así que no, gordo.

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