Capítulo 5: Fraternizar

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Sábado 18 de noviembre del 2016, 00:35 a.m.

Secundaria 194, Acapulco de Juárez.

  El mazo caía con fuerza sobre un montón de carne que alguna vez fue el bello rostro de uno de los chicos más guapos de la secundaria 194, la violencia y energía con la que Andy Leyva empuñaba la herramienta y gritaba sonriendo sobre un montón de carne, huesos rotos y ropas sucias, hizo que Sofía se mantuviera sentada en el suelo, aguantando las ganas de llorar y observando cómo el chico que amaba destruía a otro chico sólo porque intentó besarle. Leyva terminó con un último golpe seco y giró para ver a la joven en medio de la lluvia.

  — ¿Tienes una caja de cigarrillos? — preguntó Andy jadeando y tirando el mazo a un costado de los restos de Sergio Cárdenas.

  — No... — respondió Sofía mirando a otro lado. — Ya no fumo desde...

  — ¿Desde que te dije que no lo hicieras? — se burló Andy. — No puedes mentirme, mi amor. ¿Acaso no hablamos de eso? ¿Quieres verme enojado, Sofía?

  La chica se mantuvo callada, observando su rostro mojado y su cabello en el que caía la lluvia de forma violenta. Se puso de pie y se acercó a él.

  — Pídemelos con amor. — le ordenó. — Te los voy a dar, pero pídelos con amor.

  Andy sonrió y se puso delante de ella, parecía más alto, apenas y Sofía pudo seguir mirándolo sin bajar la mirada, pero se siguió firme.

  — ¿Me podrías dar un cigarrillo, preciosa? — volvió a preguntar Andy sonriendo.

  — Están en mi bolsa, en el auto de Sergio. — le dijo Sofía. — Pero se me perdió el mechero, supongo que debes tener uno.

  — Ya me las voy a arreglar, vámonos. — contestó él. — Por cierto, tengo a otras dos chicas en mi auto, supongo que no te importa, ¿o sí?

  Le dio una cachetada, pero la mano de la chica fue detenida de inmediato, Andy la observó sonriendo. Quitó su mano y se fue caminando, tomó la maleta negra y luego giró a verla. Ella se mantuvo seria.

  — ¿Podrías traer el mazo, cariño? — le pidió Andy sonriendo.

  Sofía obedeció, fue por el mazo y se dirigió de manera agresiva al chico, lanzó un golpe con el mazo que él esquivó, le dio a la silla, destruyéndola de inmediato.

  — ¡No soy tu puta! — gritó Sofía tirando más golpes con el mazo que Leyva seguía esquivando sin problemas. — ¡Deja de darme órdenes, puto loco de mierda!

  Pasaron varios minutos, Sofía no se detenía, destruyó por completo la silla y le pegó a la maleta de Andy, tirándola a un lado, justo unos segundos antes de lograr golpearlo con el mazo en la cabeza, sonó el teléfono móvil de Andy. Los dos se mantuvieron quietos mientras seguía sonando.

  — ¿Quién te está llamando? — le preguntó Sofía con el mazo en el aire.

  Andy sonrió y sacó el teléfono móvil, contestó.

  — ¿Sí? — contestó Andy con el teléfono en el oído.

  — Hay un problema. — le dijo Dafne al otro lado. — Estaba hablando con Amanda y vimos un auto estacionarse cerca de la secundaria, salió un tipo alto que llevaba a Johan a la fuerza, creo que...acaban de entrar, entraron, ¿qué pasa?

  — Tenemos compañía. — comentó Andy sonriendo. — Dile a Amanda que hay un arma en la guantera, si pasa algo, ella sabrá qué hacer.

  Colgó y observó el rostro furioso de Sofía, quién seguía con el mazo en el aire.

  — Eres muy hermosa enojada. — le dijo Andy antes de que ella volviera a lanzar un golpe con el mazo que casi le da en la cabeza.


*


  García tiró a Johan en el suelo, la tierra lleno la cara del chico, ni siquiera se molestaron en pasar a un salón o algo parecido. Magda comenzó a llorar mientras el hombre sacaba un arma.

  — Es tu última oportunidad, Johan. — le dijo García bajando el seguro del arma y apuntándole. — Dime todo lo que deba saber sobre ese chico.

  Magda le gritaba a Johan que le dijera algo, García se mantenía quieto con el arma apuntando y sus dos hombres detrás sonreían al ver a la chica lloriquear.

  — No sé nada. — contestó Johan en el suelo.

  — Respuesta equivocada. — esbozó García apuntando. — Te juro que te voy a ir a visitar al infierno algún día, niño.

  — ¿Lo harías? — preguntó Andy Leyva detrás de los hombres de García con un hacha y una mirada rojiza.

  Todos voltearon a verlo, sin tiempo para decir o hacer nada, el chico se movió rápido y clavó el hacha en la espalda de uno de los hombres para luego subirse en su espalda y sacarla de inmediato, giró y le dio una estocada al otro hombre, cortando su garganta de golpe, volvió a sacar el hacha y la lanzó a García, pero logró caer al suelo antes de que le diera. El hombre empezó a disparar y casi le daba a Magda de no ser porque Andy la cubrió con su brazo, las balas le dieron y apenas se vio algún detalle, la ropa sólo mostró pizcas de pólvora. Andy sacó un revólver y disparó, pero García le lanzó una roca que le pegó en el pecho. Cuando Andy se recuperó del golpe, pero notó que García desapareció.

  Sonrió y se acercó a Johan, lo desamarró quitando las cuerdas jalándolas de golpe, el chico blanco dio un grito de dolor y luego se sentó al mismo tiempo que Magda lo abrazaba llorando. Andy sacó su teléfono móvil y empezó a leer todos sus mensajes de texto, sonriendo y mirando algunas fotos que le mandaban.

  — ¿Qué haces aquí? — preguntó Johan limpiándose la sangre en su boca.

  — Venía a matar a un tipo que se quería coger a una de mis chicas. — respondió Andy guardando su teléfono y llevándose el hacha a su hombro, como si fuera un juguete de niños. — ¿Y tú que hacías con García?

  — Fue a la casa de Magda y nos atacó. — le dijo Johan. — Él ya sabe que estás buscando su droga y matarlo.

  — ¡¿En serio?! — exclamó Andy mirando al cielo, la lluvia seguía cayendo. — Eso es muy desafortunado, supongo que las cosas se dificultan.

  Johan se puso de pie, después se acercó a Andy de manera agresiva.

  — ¡Nos van a matar, Andy! — le gritó Johan. — ¡¿Eso es todo lo que vas a decir?!

  — Será mejor irnos. — comentó Andy. — Creo que todos sufrimos un poco de estrés... ¿Quieren comer algo de pizza?

194: InsurrecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora