— Creí que Sofía vendría con nosotros. — comentó Johan observando desde las gradas en la plaza de la secundaria. — ¿Otra vez te peleaste con tu mujer?
— Tal vez no está de mucho cariño para verme. — dijo Andy a su lado.
— Ya deberías entregarle lo que quiere, Andy. — sonrió Johan haciendo un movimiento con su mano de arriba hacia abajo. — Yo digo que mínimo se la metas un poco, niñas ricas como ella pueden llegar a ser un buen alimento para perros callejeros, como tú, por ejemplo.
— A veces siento... — esbozó Andy mirándolo. — que ella no es el problema, soy...yo...
— Claro que lo eres, demonios, lo eres desde siempre.
— Me refiero a que estuve tanto tiempo buscando quererla...que olvidé quererla...
— Eso no tiene el mínimo puto sentido, Andy.
— Lo que quiero decir es que, tal vez debí decírtelo, pero...
— ¿Sí?
Andy giró y juntó sus manos, la expresión en su rostro era inocente, muy infantil y preocupada.
— No soy virgen. — confesó Andy con nervios.
— ¡Oh por Dios! — se burló Johan fingiendo sorpresa. — ¡¿No eres virgen?! ¡Oh por Dios! ¡Eso es algo que no puede ser! ¡No lo puedo creer! ¡Se me está bajando la presión!
— Es verdad... — dijo Andy en voz baja e infantil.
— Claro que no lo eres. — sonrió Johan poniendo una mano en su hombro. — Eres una maldita zorra, no sé por qué no tienes alguna enfermedad sexual.
— No tengo sexo con medio mundo.
— Veamos; Amanda, Dafne, Amayrani (lo sé, no te hagas estúpido), Nicole, esa chica loca de la pandilla de Giselle, las gemelas, tal vez esa tipo con el que siempre estás, y creo que son lo que usas por esta semana.
— ¿Cómo...?
— Lo gracioso es que te coges a todas, menos a la que de verdad quiere ser clavada por ti.
— Sofía fue mi primera vez.
— ...
— ...
Johan comenzó a reír mientras le daba palmadas en la espalda.
— Al menos ya recibió su ración de potasio. — comentó Johan. — ¿Y tiene una linda vagina? ¿De qué color es un pezón suyo?, siempre tuve la teoría de que eran rosaditos, ya sabes, por ser pelirroja, ¿así es?
— No me siento cómodo diciendo cosas sobre ella. — dijo Andy. — Pero son rositas, mucho.
— ¡Lo sabía! — exclamó Johan sonriendo. — ¿Sabe chuparla?
Andy levantó los hombros y los dos empezaron a reír.
— Por cierto. — mencionó Johan limpiando su ojo. — Tu mujer se siente celosa por ese tipo medio marica con el que estás, ¿acaso ya te besó?
— ¿David? — preguntó. — Bueno, yo no lo pondría así, pero no.
— Vamos, no me mientas, dime lo que siente besar a un hombre.
— ¿Yo qué voy a saber?
— ¿Me estás diciendo que nunca tuviste esa curiosidad?
— ¿Y tú la tienes?
— Bueno, todos la tenemos.
— ¿Besarías a un hombre sólo para saber lo que se siente?
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194: Insurrección
AksiUna droga peligrosa, un laboratorio secreto, un tiroteo que cobra la vida de más de 12 estudiantes y demás peligros llegan al puerto de Acapulco, la policía intenta lidiar con eso, pero detrás del telón, cuatro jóvenes son buscados por el causante d...