Capítulo 20: Reto

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  — Creí que Sofía vendría con nosotros. — comentó Johan observando desde las gradas en la plaza de la secundaria. — ¿Otra vez te peleaste con tu mujer?

  — Tal vez no está de mucho cariño para verme. — dijo Andy a su lado.

  — Ya deberías entregarle lo que quiere, Andy. — sonrió Johan haciendo un movimiento con su mano de arriba hacia abajo. — Yo digo que mínimo se la metas un poco, niñas ricas como ella pueden llegar a ser un buen alimento para perros callejeros, como tú, por ejemplo.

  — A veces siento... — esbozó Andy mirándolo. — que ella no es el problema, soy...yo...

  — Claro que lo eres, demonios, lo eres desde siempre.

  — Me refiero a que estuve tanto tiempo buscando quererla...que olvidé quererla...

  — Eso no tiene el mínimo puto sentido, Andy.

  — Lo que quiero decir es que, tal vez debí decírtelo, pero...

  — ¿Sí?

  Andy giró y juntó sus manos, la expresión en su rostro era inocente, muy infantil y preocupada.

  — No soy virgen. — confesó Andy con nervios.

  — ¡Oh por Dios! — se burló Johan fingiendo sorpresa. — ¡¿No eres virgen?! ¡Oh por Dios! ¡Eso es algo que no puede ser! ¡No lo puedo creer! ¡Se me está bajando la presión!

  — Es verdad... — dijo Andy en voz baja e infantil.

  — Claro que no lo eres. — sonrió Johan poniendo una mano en su hombro. — Eres una maldita zorra, no sé por qué no tienes alguna enfermedad sexual.

  — No tengo sexo con medio mundo.

  — Veamos; Amanda, Dafne, Amayrani (lo sé, no te hagas estúpido), Nicole, esa chica loca de la pandilla de Giselle, las gemelas, tal vez esa tipo con el que siempre estás, y creo que son lo que usas por esta semana.

  — ¿Cómo...?

  — Lo gracioso es que te coges a todas, menos a la que de verdad quiere ser clavada por ti.

  — Sofía fue mi primera vez.

  — ...

  — ...

  Johan comenzó a reír mientras le daba palmadas en la espalda.

  — Al menos ya recibió su ración de potasio. — comentó Johan. — ¿Y tiene una linda vagina? ¿De qué color es un pezón suyo?, siempre tuve la teoría de que eran rosaditos, ya sabes, por ser pelirroja, ¿así es?

  — No me siento cómodo diciendo cosas sobre ella. — dijo Andy. — Pero son rositas, mucho.

  — ¡Lo sabía! — exclamó Johan sonriendo. — ¿Sabe chuparla?

  Andy levantó los hombros y los dos empezaron a reír.

  — Por cierto. — mencionó Johan limpiando su ojo. — Tu mujer se siente celosa por ese tipo medio marica con el que estás, ¿acaso ya te besó?

  — ¿David? — preguntó. — Bueno, yo no lo pondría así, pero no.

  — Vamos, no me mientas, dime lo que siente besar a un hombre.

  — ¿Yo qué voy a saber?

  — ¿Me estás diciendo que nunca tuviste esa curiosidad?

  — ¿Y tú la tienes?

  — Bueno, todos la tenemos.

  — ¿Besarías a un hombre sólo para saber lo que se siente?

194: InsurrecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora