Capítulo 17: Dayana Leyva

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Lunes 27 de diciembre del 2016, 03:30 p.m.

Secundaria 194, Acapulco de Juárez.

  Una chica de piel clara más no blanca ni morena, cabello castaño rojizo corto en forma de hongo con un fleco que tapaba su frente, belleza rara y atractiva, complexión esbelta y atributos de mujer bien definidos, pero no exagerados, se mantuvo de pie frente a la residencia de la familia Abarca con una maleta café que combinaban con su pantalón negro, su chaqueta de cuero marrón y su mirada asombrada, idéntica a la de Andy Leyva.

  — Es linda. — dijo Dayana Leyva en voz baja y tocando el timbre.


*


  Andy observaba a la chica de manera seria mientras ella se esforzaba en quitar la mirada tierna que tenía.

  — ¡¿Es su hermana?! — le preguntó Johan a Chester totalmente sorprendido. — ¡¿Cómo?!

  — Creo que antes era un poco ebrio al momento de ir a visitar personas en otros países. — respondió Chester Leyva sonriendo.

  — Pero, ¿cómo no supimos nada de ella desde hace mucho? — preguntó Sofía observando a la chica desde cada ángulo. — ¿Por qué ahora?

  — Mi mamá ha muerto. — le respondió Dayana. — Viajé desde Japón para conocer a mi padre.

  — ¿Era esa japonesa? — esbozó Chester. — Ahora entiendo que seas muy hermosa, pero no entiendo por qué te pareces bastante a Andy.

  — Tal vez porque es tu hija y es su hermano. — dijo Johan. — Dime ignorante, pero esa es mi teoría.

  Dayana se acercó a Andy, ambos quedaron muy cerca el uno del otro, siendo casi idénticos, a excepción del cabello, la piel más clara de ella y sus pechos. Ella lo miró a los ojos con una mirada más inexpresiva que seria.

  — Supe que tu madre también murió. — comentó Dayana y Johan se llevó una mano a la cabeza.

  — No sólo son idénticos físicamente, también soy unos malditos sin corazón. — añadió Sofía cruzando los brazos. — Definitivamente son hermanos.

  Dayana le dio la mano a Andy, ambos se miraban de maneras diferentes, pero el parecido era innegable.


*


  Una patada cayó sobre Andy, quien apenas logró verla. Dayana dio una vuelta en el aire y le pegó en la cara que lo tiró al suelo.

  — Es una maldita ninja. — comentó Johan sentado en una silla del patio, observando con un vaso en la mano.

  — Su madre era igual. — dijo Chester a su lado. — Tan agresiva, delicioso.

  — Lo va a matar. — añadió Amanda observando los golpes.

  — ¿Los detenemos? — preguntó Dafne asombrada.

  — No. — respondió Sofía a lado de Johan. — Hay que dejarlos un rato, son hermanos, creo que sólo están dándose cariño de hermandad.

  Dayana pisó la cara de Andy en el aire, saltando y tirando al chico en el suelo de forma violenta.

  — Me encanta esa chica. — sonrió Sofía levantando un pulgar.

  Andy intentó golpearla, pero Dayana detuvo el golpe con la palma de su mano de manera elegante.

  — Eres muy lento. — dijo Dayana con una voz muy dulce. — Creí que nuestro padre te había entrenado por casi diez años...

  — Lo hizo. — contestó Andy.

  — Entonces no lo hizo bien. — añadió Dayana tomando de su brazo y cargando de él hasta lanzarlo al suelo de forma agresiva, se sentó en su espalda y apretó su cabeza. — Lo diré en palabras que entiendas; al pelear, usas cierto porcentaje calculado de manera personal. Un experto diría que estoy usando el 40% de todo lo que puedo hacer, pero yo siento claramente que apenas y uso el 14%, en tu caso, apenas y usas 1% de tu capacidad de pelea en este momento.

  — ¿Cómo puedes estar tan segura de eso? — le preguntó Andy en el suelo.

  — Vi la grabación de seguridad en la que matas a casi 321 personas. — le respondió Dayana.

  Todos los presentes giraron la vista entre ellos y terminaron observando a Chester, quien miraba a Dayana con seriedad.

  — Y sé que no fue todo lo que podías dar. — siguió hablando ella. — Te estoy vigilando desde hace unas semanas, presencié tu pelea contra esos diez chicos y John Belch.

  — ¿Lo conoces?

  — Te limitaste a un 20%, sin embargo, cada vez que te golpeaban o te hacían algo, bajabas ese porcentaje hasta que Felipe Santos enterró su cuchillo en tu saco blindado, entonces bajaste todo a un simple 6% para sólo pegarle sin matarlo, ¿por qué?, supongo que hay algo en hacerlo que te gusta. Es mi teoría.

  — Maldita loca.

  — Entonces, no te importará que te haga batalla con un... ¿40%?

  — Adelante.

  Dayana se levantó, acomodando su playera blanca ajustada y moviendo sus caderas para mantenerse en posición de pelea.

  — Es muy sexy. — comentó Amanda.

  — Bastante. — añadió Sofía.

  Andy se puso en posición de pelea, apretando los jeans en sus piernas y con la playera blanca sucia.
  Fue Dayana la primera en atacar, se acercó lanzando varios golpes a la cara de Andy con los puños cerrados, pero el chico se cubrió con los brazos. Ella volvió a golpearlo varias veces hasta que se agachó y le dio un golpe en el vientre que hizo retorcer a Andy, luego saltó para darle una patada que le hizo caer al suelo.

  — 1% — dijo ella en posición de pelea y sin dejar de verlo.

  Andy giró sobre su eje, intentando golpearla con una patada, sin embargo, la esquivó y lo tomó de su pierna, levantando al chico y haciéndolo caer para mantener agarrada su pierna con fuerza. El chico hizo un alarido de dolor mientras su hermana ejercía más fuerza en su pierna.

  — 0% — dijo Dayana. — ¿Por qué?

  — Basta...

  — ¿Temes lastimarme?, dímelo, si quieres detener a García no puedes jugar a la compasión.

  — ¿Qué sabes tú de García?

  — No te lo puedo decir.

  Andy la quitó de un empujón y se levantó para lanzar varios golpes sorpresivos que Dayana esquivó de manera fácil, sin embargo, los golpes se volvían más fuertes.
  "2%, 3%, 5%, 7%", decía Dayana en su mente al recibir cada golpe. "8%, 10%, 12%, 14%", cada golpe era más fuerte hasta que logró darle un puñetazo en la cara tan fuerte que la chica bajó la guardia. El golpe se escuchó muy doloroso, tanto que Johan y Chester se levantaron de inmediato.
  Dayana estaba de pie, observando el suelo con la mejilla roja.

  — 17% — dijo ella con una voz débil.

  La chica se lanzó contra Leyva, lanzando patadas tan fuertes que hacían al chico ahogar gritos por el dolor, Dayana parecía una máquina golpeando cada parte de Andy hasta que se acercó y lo golpeó múltiples veces en el vientre, lo tomó por una pierna, lo tiró al piso y se lanzó para caer en su pecho sentada, dándole una bofetada demasiado fuerte que le hizo sangrar el labio inferior.

  — 4% — dijo Dayana. — Mal.

194: InsurrecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora