Capítulo 6: Descanso

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Sábado 18 de noviembre del 2016, 00:45 a.m.

Etapa 27 del Coloso, Acapulco de Juárez.

  La puerta del departamento en el quinto piso se abrió y los seis chicos entraron de manera tranquila, totalmente mojados y cansados. Andy presionó el botón de la luz, pero el foco apenas e hizo un destello antes de fundirse. Todos giraron al verlo.

  — Les juro que pagué la cuenta de luz. — comentó Andy mirándolos.

  Magda dejó otra vela en el comedor y se acercó a Johan, el chico estaba sentado en una silla mientras Dafne limpiaba sus heridas. Amanda se sentó junto a Leyva, ambos miraban por una ventana la noche lluviosa.

  — ¿Tienes otros departamentos? — preguntó Amanda poniendo una mano sobre su cabeza y apoyándose en el soporte del sofá.

  — Son de seguridad. — respondió Andy. — Pasa algo malo, me dan un disparo, debo esconderme por un instante o sólo quiero estar con una dama de compañía en un lugar rápido y pasajero, entonces vengo a las casas de seguridad.

  — ¿Las usas muy seguido? — sonrió Amanda. — Te creo si me dices que sí.

  — No, la verdad no. — le dijo Andy sonriendo. — Es la primera vez que vengo a una, es una lástima que no sea una emergencia.

  — Casi nos matan a todos, ¿eso no es una emergencia? — expresó Amanda poniendo un rostro confundido mientras Sofía regresaba de la cocina.

  — Bueno, puedo decir que... — intentó responder Andy.

  — Tenemos que hablar. — le interrumpió Sofía de golpe. — A solas.

  Amanda giró la vista y se levantó, dejándolos solos en el sofá.

  — ¿Quiénes son ellas? — le preguntó Sofía sentándose a su lado.

  — Amigas. — respondió Andy mientras Dafne giraba a verlos de reojo.

  — ¿No te cansas de mentir? — la voz de Sofía fue casi un grito. — No puedo ni siquiera ir a ver a alguien porque vienes a matarlo sólo por tu puta postura de macho.

  — Creo que nadie necesita escuchar esto. — comentó Andy. — No deberías...

  — Vamos afuera. — ordenó ella. — O vamos afuera o te grito aquí, tú decides.

  Todos observaron a la pareja de jóvenes, Andy suspiró y la miró a los ojos.

  — ¡¿Acaso el que me sienta igual a basura te excita de alguna manera?! — exclamó Sofía levantando la mano y señalándolo mientras ambos estaban afuera del sitio, en la terraza del piso. — ¡No puedo estar contigo, pero tampoco con alguien más!

  — Lo estás dramatizando todo. — contestó Leyva rascándose la cabeza.

  — ¡¿Lo estoy dramatizando?! — volvió a exclamar ella. — ¡Acabas de matar a alguien delante de mí sin siquiera reparar en que me estaba asustando!

  — No tienes que gritarlo, Sofía. — le advirtió Andy en voz baja.

  — ¡Sí! ¡Voy a gritarlo! — le contestó ella señalándolo con un dedo. — ¡Eres un maldito idiota que sólo está jugando conmigo porque tiene algún fetiche!

  — Eso no es verdad. — dijo Andy en voz baja.

  — ¡¿No?! — gritó Sofía poniendo una expresión de sorpresa fingida. — ¡Eres un puto celoso de mierda!, tal vez lo aguantaría si fuéramos algo... ¡Pero no somos nada! ¡Tú lo dijiste! ¡No somos nada! ¡¿Ahora vienes a mí porque te dejó tu puta zorra de novia?! ¡Estás mal! ¡Tienes problemas, Leyva! ¡Tienes jodidos problemas!

194: InsurrecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora