Capítulo 10: Día de entrega

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Jueves 01 de diciembre del 2016, 4:30 p.m.

Secundaria 194, Acapulco de Juárez.

  Johan Wayne, Nicole, Kevin, Amanda y Magda subían por unas escaleras hasta llegar a la plaza cívica de la secundaria. Todos cargaban bolsas y cajas llenas de mercancía que debían entregar a García. Nicole era la única complacida con acabar con el encargo desde hace cuatro horas.

  — ¿Ya son las 4:30 p.m.? — preguntó Johan cuando llegaron a la mitad.

  — Sí, exactos. — respondió Kevin observando su reloj de bolsillo.

  — Deberían llegar a tiempo. — dijo Amanda dejando un par de cajas que tenía en sus brazos. — Son muy desconsiderados.

  — ¡¿Desconsiderados?! — exclamó una voz femenina riéndose. — No te estoy matando, deberías ser más agradecida, rubia tonta.

  Giselle Vázquez saltó desde las gradas cercanas; su cabello negro lacio que brillaba con el sol, su piel morena clara, su belleza y su buen cuerpo se acercaron a ellos. La chica vestía con una bermuda ajustada y corta, una playera gris que hacía relucir su busto sin exponerlo, en sus manos tenía un tubo de metro y medio que jugaba en el aire.

  — Creo que deberíamos enseñarles algunos modales. — comentó Michael Jefferson caminando en medio de la plaza. — ¿En dónde está Andy?

  — No lo sé. — respondió Johan notando que otro chico aparecía detrás de Michael. — Nadie sabe de él.

  — Ese no era el trato. — dijo Simón Terrazas rascándose el cabello negro.

  — ¿Y Andy? — preguntó otra chica apareciendo a un lado. — ¡¿En dónde mierda está?!

  La chica; de piel clara, cabello negro rizado y largo hasta la espalda, ciertos rasgos de psicopatía y una vestimenta muy casual, pareciendo que estaba saliendo con unos amigos al cine. Se mantuvo observando a todos, buscando a Andy por todos lados.

  — ¿Por qué...? — esbozó Jocelyn Cielos bajando la vista. — Dijiste que él estaría aquí.

  Otro chico apareció detrás de Giselle; de piel morena, cabello corto al estilo militar, una gran cicatriz en su rostro y una complexión robusta, su altura no dejaba que desear.

  — Te presento a uno de mis chicos, le decimos Pinzas. — sonrió Giselle tocando el pecho del chico. — Ya verás la razón de su apodo.

  — Es aburrido. — bostezó otro chico pasando a lado de Amanda. — Nada interesante, la verdad.

  Santiago Velázquez se mantuvo de pie en medio del lugar, a centímetros de Johan. De piel clara, cabeza totalmente rapada, ojos rasgados y mejillas ligeramente hinchadas, Santiago mostró una actitud relajada al ver a Johan.

  — Da igual. — expresó Ismael, otro de los chicos que entraban al lugar.

  Piel morena clara, cabello negro sin peinado, complexión esbelta y una altura considerable. Ismael caminó hasta llegar a lado de Giselle.

  — ¡¿De dónde salen tantas personas?! — exclamó Amanda.

  — No quieres saberlo. — dijo una de dos gemelas detrás de ellos.

  Vera y Noria Ríos estaban sonriendo mientras empuñaban un par de cuchillos. Piel blanca, cabello castaño y rizado que estaba bien peinado, vestían con el mismo uniforme escolar que resaltaba su belleza.

  — ¿En dónde mierda está la perra de Andy? — preguntó Vera observando a cada persona del grupo de Johan.

  — Ya te dije que lo superes. — le respondió Noria. — Sólo te cogió por ser mi hermana, va a pagarmelas a mí, de eso estoy segura.

194: InsurrecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora