DESBLOQUEO

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Victoria fue a ver a Alicia al hospital, seguía en coma pero estable. Los médicos no supieron decirles cuando podría despertar. Las heridas estaban sanando, pero aun así ella no despertaba.

Tenía un poco de miedo de coger la mano de su amiga, miedo a qué las visiones aparecieran de nuevo.

Martha entraba y salía de la habitación nerviosa, a Victoria le parecía que se sentía incómoda con su presencia.

De pronto escuchó a Martha hablando acaloradamente con alguien frente la puerta de la habitación. La joven se acercó y pudo ver a Claire, Amanda y un chico rubio de ojos azules.

—Vosotras podéis entrar, pero él no.

La madre de Alicia señalaba al chico furiosa.

—Claire, sabes perfectamente mi opinión de este...—se paró para pensar la palabra exacta. —Individuo —terminó por decir. —No sé cómo has sido capaz en traerlo aquí.

—Está bien. Christ, espéranos fuera ¿vale?

El joven hizo mala cara y se alejó por el pasillo. Victoria volvió a la silla rápidamente.

Las tres entraron a la habitación y Claire se molestó al verla allí.

Pasó un tiempo desde que se produjo el silencio más incómodo de la historia, cuando Martha decidió marcharse a casa, se despidió de las chicas, de su hija, y salió por la puerta.

Victoria sintió la mirada fija de la rubia clavada en ella.

—Sé que no te gusto. Pero ella también es mi amiga.

—Es algo más. —se le escapó a Amanda. Claire la fulminó con la mirada.

Victoria no entendió a qué se refería. Después pensó que se refería a la palabra que últimamente empezaba a odiar "brujas".

—No soy una bruja, si es eso lo que os preocupa.

Amanda y Claire intercambiaron miradas confundidas.

—Ya se lo dije a Brenda, no poseo ningún tipo de poder, no lo siento. Además...—la joven levantó su camiseta y mostró su espalda. —No tengo el símbolo.

Claire se levantó sorprendida.

—No puede ser. —dijo una Amanda asombrada.

La rubia se acercó a ella con el ceño fruncido y le extendió la mano.

—¿Puedo? —preguntó la joven a una Victoria confusa.

"No confíes en ellas" las palabras de Brenda resonaban en su cabeza, pero aun así las ignoró y colocó su mano sobre la de la rubia. Esta cerró los ojos y las tres se quedaron quietas y muy calladas. Luego abrió los ojos.

—Sí lo eres. —Victoria sintió las palabras como una sentencia mortal. —Puedo sentir un pequeño cosquilleo, es débil, creo que tu poder está bloqueado.

—¿Bloqueado? —preguntó la joven mientras alejaba su mano de la de Claire.

—Así es. Algo o alguien bloquea tu poder, mi opinión es que está bloqueado desde hace tiempo.

Claire se alejó de ella y se sentó en la otra silla al lado de Alicia.

—¿Quieres un consejo?

—¿Otra amenaza? —dijo Victoria arqueando una ceja.

—Olvídalo —Claire se levantó enfadada de la silla y se dirigió hacia la puerta.

Victoria se interpuso en su camino.

LAS BRUJAS DE VILLA MARIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora