LAS BRUJAS DE VILLA MARIE

LA HISTORIA DE UN LOCO

"Me llamo Charles Neermen un descendiente de William Stone y por lo mismo una nueva generación de brujos.

Antes de contar mi historia, es apropiado terminar la historia de nuestro antepasado. Ya que ayudará mucho en el futuro para aclarecer muchas cosas. He investigado durante años e incluso viajado a otro país para averiguar todo sobre nuestro antepasado.

Esta es su historia...

William Stone era el hombre más cotizado de la ciudad. Su familia muy adinerada hizo renacer la ciudad de Dembourne después de la guerra.

Por supuesto todos los hombres de la familia eran brujos.

Los padres de William le concertaron un matrimonio arreglado con una preciosa chica de ojos y pelo oscuros

Se llamaba Margarett Perther. Ambos se enamoraron a primera vista, por lo que ninguno de ellos se opuso al matrimonio.

Ambos estaban siendo tremendamente felices, pero el destino les había preparado una gran desgracia. Margarett murió al dar a luz a su primera y última hija.

William cayó en depresión, en un pozo difícil de salir y que ni tan siquiera su pequeña lo ayudó.

Odió la idea de enterrar a su esposa bajo la tierra por lo que él mismo se encargó del cuerpo.

¿Pero que hizo William con el cuerpo de su mujer?

Escondió el cuerpo de Margarett en el sótano de la casa donde vivía, nadie podía entrar allí, excepto él.

Mantenía congelado el cuerpo en el interior de una especie de cubito enorme

William había escuchado muchas veces sobre la resurrección, por lo que investigó mucho hasta llegar al punto de obsesionarse.

La gente del pueblo hablaba de él a su espalda, había rumores sobre su estado mental. Decían que estaba verdaderamente loco.

Pero hablaban así porque desconocían del poder que guardaba en secreto la familia Stone.

La familia tenía en su poder un objeto muy valioso. Se trataba de una piedra pequeña rojiza, la llamaban "La piedra del renacer"

Pero alguien más deseaba aquella piedra, alguien más aparte de William iba detrás de la piedra. Sara Hellen"

—¡Lo sabía! —exclamó Christ en un grito.

"Sara acababa de perder a su hijo de una forma horrible y quería lo mismo para él, su renacer.

Se acercó a William descaradamente y desesperada, le prometió que lo ayudaría, le ofreció el hechizo y el ritual para hacerlo posible, a cambio de que cuando su mujer volviera a la vida le entregase la piedra. William aceptó el trato y le mostró a Sara donde escondía la piedra.

Pero lo que no sabía William era que la piedra solo podía ser usada una vez cada diez años.

Sara Hellen la deseaba más que a nada en el mundo y no podía esperar diez años. Una noche mientras todos en la casa dormían, bajó al sótano para intentar robar la piedra, pero William ya se encontraba allí, esperándola, pues él estaba loco, pero no tonto.