SACRIFICIOS

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Victoria estuvo a punto de soltar todo su poder contra Sara, pero la bruja antigua fue más rápida y ahora amenazaba con la daga el cuello de Margarett. Aunque eso no evitó ordenar a las raíces que soltaran al resto de sus amigos.

—¿A qué esperas? —le preguntó un ansioso Dylan.

—Yo no pongo en peligro a mis amigos —respondió, pero aquella respuesta iba más dirigida a Brenda que al chico que la miraba desconcertado. Brenda agachó la cabeza. En el fondo Victoria tenía las esperanzas de que recapacitara y las ayudase en el último momento.

April dio unos pasos adelante, quería atacar a Sara mientras tuviera los ojos puestos en Victoria.

—¿Quieres que muera? —dijo la antigua mientras hundía el filo apenas unos milímetros más en el cuello de Margarett. El corte que eso le provocó hizo que un hilo de sangre empezara a derramarse por el cuello.

—¡Detente! —gritó Victoria. April se detuvo y le dedicó una mirada fulminante. Estaba claro que ni a ella, ni a su hermano le importaba la vida del resto. Lo único que les importaba y deseaban era la muerte de la bruja malvada.

Victoria observaba a Sara detenidamente, intentando averiguar por qué la venganza era tan importante para ella. "¿No está cansada?" "¿Por qué está tan empeñada en devolver todo el daño que le hicieron?"

—Te hemos dicho lo que pasará si realizas el ritual, aunque resucites o resucites a tu hijo, no cambiará nada. Los espíritus brujos nos matarán a todos. ¿No ves que no sirve de nada todo esto?

Sara le sonrió.

—Intentas persuadirme, pero no lo conseguirás. ¿Sabes por qué? —no obtuvo respuesta y continuó hablando —Aunque no me crea todo eso, ni tan siquiera lo que he visto en la cabeza de esta —dijo mientras cogía con fuerzas el cuello de Margarett, la presión que omitía sobre él hacía que el hilo de sangre se deslizara con más rapidez. —Si eso llega a pasar habré cumplido con mi venganza en un solo golpe. Por eso no me importa, no tengo nada que perder.

Y tenía razón, ella ya estaba muerta de todos modos, ¿cuánto tiempo más podría aguantar en el cuerpo de Rosé?, no lo sabía con certeza, pero sentía que ese tiempo era escaso. Debería de buscar otro cuerpo que poseer y volver a las andadas con la venganza. Victoria supo por su respuesta que estaba cansada, quería arriesgarlo todo por salvarse o morir en el intento. Sin embargo, quería arrastrar a todos lo brujos y brujas con ella.

—¿Cómo murió? —preguntó la chica con sus ojos puestos en el pequeño ataúd.

Sara la miró desconcertada, confundida. Echó un pequeño vistazo a su bebé y Victoria pudo ver su amor por su hijo en sus ojos.

—Hasta ahora he escuchado tu historia contada por otras personas, quiero saber la historia contada por ti.

—Se llamaba George, fue mi único amor, mi gran amor. Sabía que era el marido de Alice Kyteler, pero no me importó, a ninguno de los dos nos importó, estábamos enamorados. De ese amor nació nuestro hijo Julen, éramos muy felices hasta que... —sus ojos parecían oscurecerse al recordar el pasado. — Ella me lo arrebató todo, se llevó a mi bebé, quemó nuestra casa con nosotros dentro. George no sobrevivió al fuego, él no era brujo, pero eso Alice lo sabía muy bien. No pretendía matarme, solo hacerme sufrir quitándome todo lo que era importante para mí.

"Acaba con esto ya Victoria" —Dylan.

"Sí, no necesitamos escuchar su historia, no nos interesa" —April.

"¡Mátala, mátala, mátala" —Claire!

Sabía del dolor que acarreaba la muerte de Amanda, ella misma lo estaba sintiendo en sus propias carnes. Pero debía de intentar llegar hasta Sara, intentar que párase toda esta locura. Si no podía hacer que cambiara de opinión, al menos tenía la esperanza de distraerla lo suficiente, para darle tiempo a su abuela, necesitaba su ayuda.

LAS BRUJAS DE VILLA MARIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora