Victoria se quedó inmóvil frente al ordenador, con sus ojos fijos en la pantalla, fijo en aquella mujer que le producía escalofríos. Por un momento sus ojos parecían moverse en su dirección y mostrar una sonrisa en sus labios que casi podía rozar a la locura.
Ella sabía que esa noche no podría pegar ojo y de pronto sintió un fuerte anhelo por la presencia de Cayden. Con él podía sentirse más segura, la ayudaba a tranquilizarse en estos momentos tan horribles.
A las seis de la mañana, se levantó bostezando. Se miró al espejo y vio unas ojeras oscuras que la acompañarían durante todo el día.
Rosé se encontraba también despierta sentada en el salón frente a la apagada televisión. Victoria la contemplaba de espaldas, por lo visto su madrastra aún no se había percatado de su presencia. La joven se acercó a ella silenciosamente para aprovechar y gastarle una broma. En aquel momento pensó en su madre, ambas se hacían lo mismo en el apartamento de Nueva York, eran recuerdos que dolían demasiado.
Se detuvo de golpe al ver que Rosé se levantaba del sofá y de espaldas a ella su cuerpo empezó a dar fuertes espasmos. Victoria se acercó a ella rápidamente.
—Rosé ¿qué te pasa? —la voz le sonaba temblorosa, mientras la cogía por los hombros.
Su madrastra no respondió, su cara estaba totalmente descompuesta y sus ojos totalmente blancos. Era como si estuviera poseída.
De pronto cerró los ojos y cayó sobre el sofá.
—¡Despierta Rosé!
Pero no tenía respuesta de ella.
—Voy a buscar a papá, aguanta. —Era la primera vez que pronunciaba aquellas palabras "Papá". El miedo de perder a Rosé había hecho que las pronunciara.
Cuando la joven iba a marcharse para buscar ayuda, sintió la mano de Rosé cogiéndola con fuerza la muñeca.
—Estoy bien Vic. —Su voz sonaba extraña, forzada.
Su agarre era tan fuerte que le oprimía la circulación de la sangre y le hacía daño. Se deshizo de su agarre con delicadeza y se sentó a su lado aún preocupada.
—¿Qué te ha pasado?
—He tenido un ataque de epilepsia. Hacía tiempo que no los tenía.
—Marcus no había dicho nada de esto. ¿Te encuentras mejor?
—Sí, estoy un poco mejor. No le cuentes nada a tu padre por favor.
—Pero... —A Victoria le parecía algo serio e importante para ocultarlo.
—Pero nada Victoria. Tu padre ya tiene bastantes cosas de las cuáles preocuparse. No quiero darle más problemas.
Victoria asintió. Rosé parecía molesta y no quería molestarla más y preocuparla en su estado. Le guardaría el secreto por el momento.
Al llegar al instituto se encontró con Claire y Amanda en las taquillas.
—No tienes muy buena cara, ¿lo sabías? —murmuró Amanda, mientras le ofrecía una crema para las ojeras.
—Gracias, la usaré bien. Te lo prometo. —Dijo Victoria con ironía.
—¿Qué te pasa? —Preguntó Claire mientras cerraba su taquilla y colocaba el último libro en su mochila.
—Tengo novedades, vamos a esperar a Christ.
El chico no tardó en llegar. Victoria les contó desde el principio, como había conseguido los archivos, les detalló cada palabra del archivo y todo lo que había visto en el video.
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LAS BRUJAS DE VILLA MARIE
FantasiaPARTE UNO Victoria una joven aparentemente normal llega a la ciudad donde nació después de la muerte de su madre. En Dembourne el pasado y una cruel maldición la persigue a ella, a su familia y a sus amigos. Tendrá que enfrentarse a una enemiga mor...