Eran casi las nueve de la noche cuando entró a través de la entrada de Villa Marie, saludó al guardia con la mano y condujo por la avenida de la urbanización hasta detenerse frente a su casa. Su estómago rugía con fuerza, en todo el día no había comido nada. Lo único que quería ahora era salir de su coche, entrar en casa y comer la deliciosa cena que Rosé siempre preparaba. Dejaría su coche en la calle y esperaría a que Marcus volviera para que él mismo lo guardase en el garaje. Sabía cómo sacarlo de él, pero no como entrarlo de nuevo.
No se percató de que en la misma calle aparcaba otro coche hasta que se bajó del asiento de piloto. Brenda acababa de llegar con su Mercedes y la observaba desde su interior.
Antes de que Victoria entrase en su casa, Brenda bajó del coche y la llama.
—Es muy bonito. —dijo mientras observaba el coche nuevo de su amiga.
—Gracias. —Victoria no tenía el ánimo suficiente para alardear de coche nuevo.
—Vic, no quiero que nadie sepa lo de mi madre. ¿Puedes guardar mi secreto?
Brenda no solo le había mentido sobre algo crucial para todos, para estar un paso más de Sara, sino que ahora le pedía que ella mintiera también. Y no quería hacerlo. Toda esta situación no solo afectaba a ella o a su familia, prácticamente todas las personas estaban en peligro ya que había una malvada bruja en la ciudad.
—No me...
El sonido de la puerta de su casa abriéndose la interrumpió. Su padre salía de casa con prisas y nervioso. Tal vez era la primera vez que Victoria veía a su padre tan nervioso. Algo estaba pasando.
—¿Marcus? —la voz de Victoria sonaba preocupada.
—Sube al coche. —dijo deteniéndose frente la puerta del copiloto esperando a que su hija reaccionara y abriese el coche. Pero no lo hacía, lo observaba esperando algo más a lo que reaccionar. —Alicia ha despertado.
Victoria abrió el coche y se subió en un santiamén, su padre también lo hizo y Brenda no lo dudó dos segundos y también se subió en la parte trasera.
—Voy con vosotros.
Mientras conducía hacia el hospital miles de cosas se le pasaron por la cabeza. Miles de palabras que decirle a su hermana. Todas las cosas que soñaba hacer cuando ella despertase y ahora por fin podía hacer realidad esos sueños. Ni su padre, ni Brenda dijeron una sola palabra, tampoco ella.
El último semáforo justo frente del hospital estaba a punto de cambiar a rojo, era lo único que ahora las separaba. Victoria presionó el acelerador para hacer rugir el coche y pasar la calle a gran velocidad. Marcus se tuvo que sujetar varias veces con fuerza de la puerta.
Cuando llegaron al parquin del hospital y aparcó, Victoria fue la primera en salir corriendo hacia las escaleras, su padre y Brenda la siguieron tan rápido como podían.
El pasillo donde se encontraba la habitación de Alicia estaba repleto de policías y de mucho jaleo. Por un momento la joven tuvo miedo. "¿Y si le ha pasado algo a Alicia?"
Martha Thompson se encontraba justo en frente de la puerta junto con el habitual ya guardia que vigilaba la habitación durante las noches. Cuando vio a Marcus llegar por el pasillo, se apresuró hasta llegar a él.
—Ha despertado, ha despertado, ha despertado... —dejo mientras se abrazaba a él con lágrimas en los ojos.
Marcus la estrechó y observó la puerta de Alicia cerrada.
—¿Por qué no estás junto a ella?
Victoria también se percató de ello. No entendía porque sus padres no se encontraban con ella, dándole su cariño, su apoyo. Su hija había estado durante varios meses en coma, lo que necesitaba ahora era a sus dos padres con ella.
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LAS BRUJAS DE VILLA MARIE
FantasíaPARTE UNO Victoria una joven aparentemente normal llega a la ciudad donde nació después de la muerte de su madre. En Dembourne el pasado y una cruel maldición la persigue a ella, a su familia y a sus amigos. Tendrá que enfrentarse a una enemiga mor...