CAYDEN CONNOR

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—¿Victoria?, ¿Victoria? —la joven escuchaba la voz de Rosé de fondo.

Abrió los ojos despacio, aún se encontraba en el salón, tirada en el suelo. Rosé la miraba preocupada.

—¿Estás bien? ¿Puedes levantarte?

La mujer la ayudó a levantarse.

—¿Qué ha pasado? —preguntó Rosé.

—Me he mareado un poco y me he desmayado. La verdad es que no lo recuerdo muy bien —mintió. Lo recordaba todo perfectamente.

Rosé la cogió del brazo.

—Ven, te acompañaré a la cama. Menos mal que a tu padre se le olvidó la tarjeta y yo he tenido que regresar a casa.

—Por favor, no le digas nada a Marcus. Estoy bien, no necesita preocuparse por nada.

Rosé asintió conforme.

Victoria no pudo dormir después de lo sucedido, sus poderes habían sido desbloqueados, eso lo sentía, sentía el poder recorrer por su cuerpo como una corriente de electricidad.

Buscó el libro de la familia en el armario escondido entre sus ropas. Lo abrió y rebuscó en él algún hechizo fácil de hacer.

Fijó sus ojos en un reloj de mesa, un objeto mediano sin mucho peso.

—Esto servirá —se dijo a ella misma.

Leyó las instrucciones del hechizo memorizándolo.

LEVITACIÓN NIVEL UNO

-Concentra tu capacidad visual en el objeto elegido, no dejes de visualizarlo.

-Imagina como se eleva en el aire. Mantente concentrada en todo momento.

-Desliza tu mano hacia arriba y hacia abajo con suavidad y delicadeza, una y otra vez. Hasta que sea efectivo y el objeto levite en el aire.

· Capacidad de concentración: 80%

· Capacidad de poder: 10%

· Capacidad de agilidad: 10%

Después dejó el libro sobre la cama y se colocó frente al reloj que estaba situado encima del escritorio de estudio.

Cerró los ojos, buscó la concentración respirando varias veces, abrió sus ojos y los detuvo sobre el reloj. Intentó no perder su visualización en ningún momento. Extendió su mano hacia él y empezó a deslizar su mano de arriba abajo como el libro indicaba.

El objeto reaccionó de inmediato, pero no de la forma que ella esperaba, salió disparado por la ventana rompiendo el cristal.

—¡Madre mía!

Rosé no tardó en aparecer en su habitación.

—¿Victoria que has hecho? —preguntó sorprendida.

—No lo sé, creo que soy sonámbula. —dijo lo primero que se le ocurrió.

La mujer la miró confundida.

—Tú padre no me había comentado nada de esto.

—Él no lo sabe.

"Él no sabe nada de mi vida" pensó la chica para sus adentros.

—Está bien, acuéstate. Mañana llamaré a alguien para que lo arregle. No le comentes nada a tu padre.

Victoria asintió y se acostó.

LAS BRUJAS DE VILLA MARIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora