LA MALDICIÓN DE CAYDEN

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Despertó aún refugiada con las mantas, con la cabeza completamente tapada. Sintió en la cama otro peso aparte del suyo. Alguien estaba sentado a su lado, quizás esperando a que despertase. Al destapar su cabeza reconoció aquella sonrisa alegre muy bien, se abalanzó hacia ella, abrazándola con ganas.

Era como abrazar a su abuela, su tía era el puro retrato de ella. Ojos verdes, rubia casi platino y aquella sonrisa igualita a la de su abuela.

—Ya estoy aquí pequeña. —dijo mientras le rodeaba completamente con sus brazos.

Por primera vez desde su regreso a Villa Marie se sentía segura. Ahora con la presencia de su tía esperaba que todo se solucionara.

—No sé cómo solucionar esto. Alicia está en coma, Claire, Amanda, Brenda, Christ o yo podemos ser los siguientes. O algo peor. —cubrió su rostro con ambas manos, tenía miedo, demasiado miedo para afrontar lo que venía.

—Nada malo os pasará mientras yo esté aquí. Tu hermana se recuperará. No te preocupes.

Victoria la observó sorprendía. "Ella también lo sabía"

—Tu abuela me lo contó antes de desaparecer. En cierto modo sabía lo que iba hacer, pero no la detuve. Tenía sus razones para marcharse. Aún las tiene.

Lana se levantó de la cama ocultando el dolor que causaba la ausencia de su madre. La joven se levantó rápidamente, antes de que su tía también desapareciese, llevándose los secretos con ella. La cogió por el brazo obligándola a mirarle a los ojos.

—¿Qué te dijo?

—Me hizo prometerle que os protegiera en el caso de que os acechara algún tipo de peligro y en el caso de que ella no estuviera ya aquí. —Lana se frotaba las sienes, recordando cada palabra de aquella vieja conversación. —Protegeros con mi vida a ambas. A las pequeñas Victoria y Alicia.

—Es imposible, vi la visión. Ella rechazó a Alicia como su nieta.

—Lo hizo para protegerla Victoria. Pensó en la maldición, que Sara no la encontraría. Se equivocó, claro.

Victoria intentaba asumirlo todo. Claro que se equivocó, se marchó dejándolas a merced de aquella bruja. Alicia estaba en coma y ahora era su turno.

De pronto el sonido del móvil de su hermana avisó de un mensaje. La joven lo buscó y abrió el mensaje. "Por supuesto de X".

"Otra bruja más en la ciudad, interesante..."

—Ella sabe que estás aquí. —le mostró el mensaje a su tía.

—Lo sabía. Esta mañana antes de aparecer por aquí, me he paseado con glamur por la ciudad. Hacía tiempo que no tenía un paseo tan agradable.

—Es peligroso hacerlo así tía. No le gustan las provocaciones. —dijo mientras buscaba ropa en el armario, en un par de horas tenía que presentarse en la comisaría.

—A mí no me gusta que se meta con mi familia, menos con mis sobrinas. Es una poderosa bruja antigua, pero yo no me quedo atrás.

Ambas bajaron a la cocina. Rosé como siempre se encontraba metida en ella, ajetreada preparando los desayunos. Lana y Victoria la ayudaron con amabilidad. Marcus llevaba toda la mañana haciendo llamadas, hablando con su abogado y buscando uno más para el caso de su hija. "Sigue sin confiar en mí"

Echaba de menos la presencia de Cayden, desde anoche no lo había visto más. Seguramente la bruja que le ordenaba protegerla estaba furiosa por lo ocurrido ayer. Y seguramente sea por eso por lo que aún no lo había visto.

LAS BRUJAS DE VILLA MARIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora