Cap. 31

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Cuando Uriel y Azael regresaron yo estaba probando el helado, así que me tocó vivir una ligera situación algo incómoda mientras ellos se saludaban con besos y abrazos mientras yo únicamente seguía comiendo mi helado de nata.

Estaba rico.

-Te eche de menos -Susurraba Uriel en los brazos de Enzo abrazando lo con las piernas para asegurarse de no caerse.

Besar a alguien se sentía tan especial?

Tal vez fuera por que si querías a la otra persona podía ser tan dulce como el helado que me estaban comiendo.

-Nos podremos bañar juntos de nuevo en el jacuzzi -Murmuro Leon en los labios de Azael abrazándo todo lo que podía a Azael.

Mientras Leon le abrazaba por detrás del cuello para ayudarse a llegar a él por la diferencia de alturas Azael lo abrazaba por la cintura con una mano mientras la otra agarraba su trasero a través de la tela poniendo a Leon colorado.

Manosear el culo de alguien podía hacer que se pusiera colorado?

No terminaba de entender el tema relacionarse con alguien, menos aún físicamente.

Quitandome de mis pensamientos Uriel me abrazo de repente poniéndome algo tenso al no esperarmelo.

-Tu estas bien? Has estado durmiendo y comiendo bien? Como va tu hambre? -Pregunto sin soltarme.

Sabía que no podía sentir cambios de temperatura ni nada, pero su abrazo me hizo sentir un calor extraño... pero agradable.

-Si... todo a estado bien -Respondí algo dudoso pero devolviéndole el abrazo.

Abrazar a alguien se sentía bien.

-Se ha comportado bien y no ha perdido la calma, yo creo que ya podemos intentar que duerma en su habitación, pero quería esperar a que volvieras para hablarlo -Comentó Enzo hablando con Azael.

Al soltar a Uriel me quedo una extraña sensación en el cuerpo, si abrazaba a otras personas sería igual.

Mientras hablaban y pillando por sorpresa a Leon lo abracé descubriendo que se sentía igual, era cálido abrazar a a la gente.

-Estas bien? -Pregunto Leon algo extrañado.

Normal, nunca había hecho esto, así que lo solté volviendo en mis cabales.

-Si... solo, abrazar se siente bien, no lo sabía -Respondí volviendo a meter la cuchara en el helado para terminarlo.

Algo me decía a demás que me había puesto colorado, era como si algo cosquilleara en mis mejillas.

-Ay! Que mono -Salto Uriel despeinandome con una sonrisa tierna por mi contestación.

Supongo que así se sentía la vergüenza.

Azael aceptó la sugerencia de Enzo y cenamos todos, aunque yo solo tome la tercera taza de sangre del día, me había llenado a helado y no tenía mucha más hambre.

-El diario esta aquí, no tienes por que leerlo todavía, pero es tuyo, tu decides cuando lo haces -Comentó Uriel dejando la libreta sobre la mesilla al lado del estuche de mis gafas.

Ya me había cambiado y la tela se sentía suave y reconfortante, la otra ropa ya la tenía gastada y sucia, así que una sirvienta se la llevó para tirarla. También me había podido duchar y Uriel me seco el pelo al no acostumbrarme al chirriante ruido del secador, ahora ya metido en cama me sentía fresco y cansado, a demás la cama era mullida y la habitación olía muy bien.

-Acuerdate de quitarte las gafas antes de acostarte o las romperas -Comentó Enzo en la puerta dejando salir a Uriel.

Los dos me desearon un buen día y se fueron cerrando la puerta.

Trono (Yaoi/BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora