Trono (Yaoi/BL)

Epílogo

–Que tal si hacemos un viaje? –Preguntó Enzo mientras dejaba que yo le recogiera el pelo en una coleta alta.

–A donde quieres ir? –Dudé enredando sin querer mi anillo con su pelo.

Enzo se quejó por el tirón, pero lo conseguí desenredar sin que nadie saliera perjudicado abrazandolo con los brazos y las piernas una vez termine.

–Italia no lo hemos terminado de ver de cuando ocurrió lo de Ella, también podríamos ir a Australia, o Canadá, pero Canadá me gusta más en invierno –Respondió cogiendo una de mis manos para besarla.

Lo ocurrido con ella... sonaba tan lejano ya.

Dentro de poco haría 5 años.

–Y por que no Venecia? El carnaval de Venecia dicen que es genial –Sugerí besando su cuello.

–Entonces Venecia, en cuanto vuelvan Leon y mi padre de Irlanda se lo diremos, nosotros también nos merecemos un capricho –Contestó girándose para poder besarme.

Con la tranquilidad que teníamos ahora era raro pensar en tantas cosas ocurridas hace unos años. Parecía que en cualquier otro momento volvería a aparecer Central por la puerta molestando o algo así, aunque ahora Central lo dirigía Ehud gracias a Dama... el viejo presidente no hizo bien desafiandola.

Aunque saber eso no hacía que dejara de pensar que en cualquier momento volverían a necesitarnos.

–Ha llegado Laila para la reunión –Comentó una sirvienta interrumpiendo el momento.

Mejor, las manos de Enzo ya querían colarse por debajo de mi camiseta.

–Venga, tienes que atender tus responsabilidades –Piqué intentando que se levantara.

–Ven conmigo al menos –Pidió poniendo pucheros para que fuera con él.

Acepte solo por hacer que me cargará y él me llevó hasta la entrada sin quejarse llevándome solo agarrado por un brazo.

Esperaba que todo lo que nos quedaba de eternidad juntos fuera siempre así.

    *.    *.    *.    *.

–Canek? –Pregunté una vez salir de la ducha y no lo ví en la habitación.

–Mirando los libros nuevos que se han comprado –Contestó Bastian terminando de hacer la cama.

Al menos ahora Bastian ya estaba más relajado, los primeros meses de Canek de nuevo conmigo fueron... difíciles, Bastian quería cargarselo.

Mientras le dejaba terminar de hacer la cama me fuí directo a la biblioteca.

Canek estaba ahí solo con una camiseta y unos calzoncillos tumbado en el sofá bebiendo sangre por una pajita mientras leía ya uno de los libros de los varios que estaban sin colocar.

–Buenas noches precioso –Saludé dándole un beso en la cabeza para no molestar su lectura.

–Uriel ha llamado, dice que seguramente se vayan de viaje cuando regresen Leon y Azael –Explicó sin apartar la mirada del libro.

–Eso es genial. Hoy me quieres acompañar a una reunión con Iñigo? –Sugerí jugando un poco con su pelo entre mis dedos.

–Iremos a la ciudad? –Preguntó apartando la mirada del libro interesado por lo que dije.

–Si.

–Pues entonces iré a dar una vuelta mientras tenéis la reunión, después podríamos ir a tomar algo –Contestó cerrando el libro sin marcar la página.

–Claro, le diré a Iñigo si también le interesa –Acepté dejando que se levantara y me besara al fin.

Ahora él estaba enamorado de mi, y aún así tenía tantas ansias de libertad que me daba miedo y al mismo tiempo quería alimentarlas. Ya lo enjaule estando vivo, ahora tenía que dejarle vivir.

Aunque admito que no era difícil ponerme celoso, pero él siempre me recordaba en todo momento lo enamorado que estaba de mi y lo feliz que era haciéndome imposible tener alguna inseguridad o miedo, simplemente me encandilaba más a cada día que pasaba a su lado.

Tal vez cuando llegue verano podríamos plantearnos ir también de viaje, él no había visto mundo ni nada, así también podría probar nuevas comidas.

Si, podría prepararlo como sorpresa, aunque eso haría que estuviera separado de Skippy mucho tiempo, tal vez podía mirar para también llevarlo.

Tenía que pensarlo.

–Eres feliz? –Pregunté mientras el se vestía pasando mis dedos por su nuca haciéndole cosquillas.

–Claro, por que no iba a serlo? –Dudó apartándose de mi entre risas por mis cosquillas.

–Tal vez no llegó a cumplir tu deseo de un precioso romance eterno como e...

Pero mi explicación quedó callada por completo entre sus labios, se había tenido que poner de puntillas para llegar a mis labios y abrazarme.

–Tu cumples más deseos de los que yo jamás creí que tendría –Respondió entre mis labios antes de volver a unirlos.

Solo escuchar eso me llegó para sonreír.