Cap. 9

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Casi sin introducir sus dedos en mi interior me preparo con prisas mientras nos besábamos demasiado excitados y yo trataba de controlar mi voz para que no nos escucharan.

Se me hacía muy complicado al saber él, demasiado bien, mis puntos de placer para hacerme perder el control.

–Adoro verte así de excitado solo por mi –Murmuro colocándose entre mis piernas sin dejar de jugar con uno de mis pezones con sus dedos y sujetando una de mis piernas en alto para lamerla.

Casi sin avisar comenzó a introducirse en mi interior teniendo que tapar mi boca al ser completamente incapaz de controlarme, pero él no se detuvo, solo parecía excitarse más por mi desesperación por no hacer ningún ruido.

–Te hago daño? –Preguntó una vez estábamos unidos por completo inclinándose hacia delante.

Al negar con la cabeza él lamió mi mejilla limpiándome las lágrimas que salían solas, y comenzó a moverse sabiendo lo acostumbrado que estaba mi cuerpo a él por mucho tiempo que pasara.

Escarbando en mi interior no le costó encontrar mi punto teniendo que besarme para conseguir tapar mis gemidos mientras me aferraba a él dejando mis uñas marcadas en su espalda según aceleraba el ritmo provocando que nuestros cuerpos hicieran ruidos húmedos.

Antes de correrse sacó su miembro de mi interior y se corrió en mi pecho pillándome por sorpresa.

–Si me corría dentro tendrías que ducharte y eso ahora sería un poco molesto –Contesto sin necesidad de que yo le preguntara comenzando a masturbar mi miembro.

Al estar tan excitado al sentirlo meter un dedo en mi interior de nuevo para tocar mi próstata me corrí en su mano tapándome la boca con fuerza curvándose mi espalda por el placer.

–Ahora duerme, si? –Pidió lamiendo mi pecho.

Pero estaba tan agotado que por mucho que intente quejarme caí rendido en los brazos de Morfeo.

Cuando desperté estaba vestido entre los brazos de Enzo y él dormía completamente como un tronco. La casa estaba completamente en silencio excepto por la televisión que tenía hipnotizad a la pareja, así que suponía que aún era de día.

Estaría bien que aprendiera a callarme las cosas cuando estaba cansado, no es precisamente que fuera el mejor momento para haberlo hecho.

Le di un ligero beso en los labios sabiendo que no se despertaría y me libre de sus brazos para levantarme.

El cuerpo aún lo sentía pesado, pero estaba mil veces mejor que ayer, baje hasta la cocina encontrándome nuestras cosas ahí, el reloj marcaba las 7, así que estaría atardeciendo con lo cual dentro de poco tenían que despertarse todos.

Aprovechando que la pareja tenía la nevera bastante llena cogí una pieza de fruta como desayuno y la comí con calma extendiendo sobre la mesa algunas cosas.

Habíamos avanzado bastante en solo una noche, si seguíamos así podríamos llegar 3 días antes que Ella, así que ese sería el margen que tendríamos para cualquier incidente.

–Te levantaste pronto –Saludo Leon entrando en la cocina.

–Quería mirar una cosa –Conteste dejando de atender a las canicas girando sobre la mesa–. Que tal descansaste?

–Bien –Respondió abriendo la puerta de la nevera y sacando una bolsa de sangre–, descanse lo suficiente para hoy continuar, y tu?

–Estoy mucho mejor que ayer, así que podré continuar el viaje perfectamente.

–Que envidia –Murmuro tras tomar un trago de sangre como si debiera haberlo solo pensado.

–Por que? –Pregunte sacándolo de sus pensamientos.

Trono (Yaoi/BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora