Cap. 28

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Ver su ataúd ahí no hacía esto mucho mas fácil aunque no estuviera tapada, pero ya había pasado todo el día y en cualquier momento podía despertar.

Las flores que compartían el espacio con su cuerpo empezaban a pocharse.

–Crees que se despertara tranquilo? –Preguntó Leon agarrando mi mano con tensión.

Pero ni de lejos esa tensión se asimilaba a la de Uriel, vivir esto de nuevo había abierto viejas heridas y apenas había descansado.

Él miraba simplemente en silencio el cuerpo de Canek toqueteando su collar con una mano y la otra guardaba en su estuche las gafas de Canek mientras Enzo lo abrazaba por detrás. También como protección por si Canek se despertaba con agresividad, aun con las luces brillando tanto podía intentar atacarnos en su ceguera.

–Eso espero, pero no lo se –Conteste suspirando ligeramente.

Tras decir eso note a Enzo tener un escalofrío y decidí retroceder unos pasos manteniendo a Leon detrás de mi.

–Sabes lo que hacer? –Pregunte mirando a Enzo.

–Tengo que ser firme –Respondió asintiendo con la cabeza apretando más a Uriel.

El cuerpo de Canek no tardo más de unos minutos en comenzar a moverse llevándose las manos a la cara para cubrirse de la luz.

Sus ojos tendrían que acostumbrarse ahora a la luz artificial y a mirar en la oscuridad.

–Buenas noches –Lo saludo Enzo manteniendonos el resto en silencio.

Tenía que memorizar la voz de Enzo.

Canek se decidió a moverse al escuchar la voz tratando de hablar pero sin producir ningún tipo de sonido al no respirar, se incorporó tanteando con las manos el terreno, pero al intentar levantarse sus piernas no resistieron el peso y cayó al suelo.

–Primero intenta acostumbrarse a la luz, para hablar tienes que respirar, sin aire tus cuerdas vocales no producirán ningún ruido –Explicó Enzo sin retroceder ningún paso al ver a Canek caer.

Él obedeció y se dejó estar de rodillas apoyando sus manos en el suelo intentando abrir los ojos poco a poco.

Parecía que iba a ser obediente, tal vez no fuéramos a tener muchos problemas con él.

Cuando consiguió mantener los ojos abiertos y analizó bien el sitio sin entender muy bien nada, pero su mirada al final se quedó fijamente en Enzo y Uriel. Aunque con lo ciego que estaba sin gafas creo que lo hacía más bien por instinto que por saber quién estaba ahí.

–Bue... nas no... ches –Consiguió pronunciar sin controlar el aire que bebía respirar y soltar para producir un sonido firme y sin interrupciones.

Le pasaba muy habitualmente a los recien convertidos.

–Te llamas Canek, así que, como crees que estas? Bien? –Le presentó su nombre consiguiendo que Canek abriera los ojos todo lo que podía como recordando de repente que tenía el lujo de permitirse un nombre.

–No... se, n... o mi... ro bien –Respondió agachado la mirada para llevarla a sus manos.

Las movió como si tuviera que recordar el movimiento de sus dedos y Enzo soltó a Uriel.

–Uriel tiene algo para solucionar eso –Respondió pidiéndole que le diera las gafas con un gesto.

Pero Uriel no hizo caso y se acercó a Canek poniéndose de cuclillas antes de ponerle las gafas consiguiendo que él levantara la vista.

Trono (Yaoi/BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora