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Fue el lápiz labial rojo que llevaba puesto lo que comenzó todo, contrastaba tanto con su tono de piel, y hacía que sus labios parecieran tan dulces y besables, y tu lo sabías bien, Lucy y tú tenían la regla de que cada vez que alguna llevaba un brillante color de lápiz labial, los besos estaban fuera.
Normalmente no te quejarías, pero hoy estabas tan caliente y con el solo hecho de mirárla te hizo sentir tantas cosas a la vez, querías arrastrarla al baño más cercano y besarla hasta que el lápiz labial rojo estuviera sobre tus labios. Todo lo que querías era hacer que se sintiera bien, pero ese maldito pintalabios era un bloqueo de boca y te ponía tan caliente al mismo tiempo.
Además, no ayudó que estuvieran en la fiesta de la novia de Gwilym, y que estuvieras rodeada de todos tus amigos que, si te vieran, nunca olvidarían lo caliente que estabas por Lucy. Así que hiciste un plan, harías bromas a Lucy hasta que ella no pudiera más y finalmente ustedes dos pudieran hacer algo.
Todo comenzó con ligeros toques en sus brazos, en su rodilla, una mano en su cadera todo el tiempo, tratando de arreglar su cabello mientras tus dedos cepillan suavemente su punto dulce en su cuello.
Lucy se estaba poniendo al día con lo que estabas haciendo y, siendo sincera, le encantaba eso, el vestido que llevabas puesto la estaba volviendo loca, la manera en la que se veía tu trasero hizo que Lucy quisiera agarrarlo, pero al igual que tú, ella sabía que era mejor no hacerlo. Así que ella comenzó a jugar también.
Todos estaban listos para cenar, y por alguna extraña razón, Lucy decidió sentarse contigo casi al final de la mesa, todos los demás estaban junto a Lucy y tú estabas a punto de quejarte diciendo que sería difícil hablar con alguien hasta que sentiste su mano en tu rodilla, ella le dio un ligero apretón, lo que hizo que dejaras de lado tus quejas, abres las piernas anticipando el toque de Lucy. Se estaba tomando su tiempo, sus dedos trazaban patrones lentos en el interior de tu muslo, querías agarrar la mano de Lucy para moverla donde más la necesitas, pero en el momento en que te mueves, Lucy se detiene y te mira seriamente.
- ¿Qué crees que estás haciendo?- Lucy te dijo en un tono tan serio que tenías que controlarte para no gemir su nombre- Hoy has sido tan malcriada, te burlas de mí delante de todos, quieres que te castigue ahora mismo, ¿verdad?
Lucy estaba susurrando en tu oído, su tono te hacía temblar, estabas tan tentada a decirle que sí, pero temías que su castigo detuviera lo que estaba haciendo. En el momento en que meneas la cabeza, Lucy comenzó sus movimientos debajo de la mesa de nuevo. Estaba tan cerca de donde estabas deseando su toque, no estabas prestando atención a la conversación hasta que escuchaste que alguien mencionaba tu nombre.
