El futuro nos espera

36 4 0
                                    

Alba abrió los ojos y pudo sentir una mano sujetándola, vio a Edahí sentado en una silla junto a la camilla y recargando su cabeza en ésta. Estaba dormido, se notaba que estaba cansado.

Se movió un poco y abrió los ojos, cuando sus ojos se conectaron Edahí se incorporó inmediatamente.

-Despertaste- exclamó sonriendo. Se acercó a Alba y la besó, la besó hasta que los dos se tuvieron que separar para jalar aire.

-¿Cuánto llevo inconsciente?- preguntó Alba después de que recuperara la respiración

-4 días- Edahí no dejaba de hacer círculos con su pulgar en la mano de Alba.- Todos estaban muy preocupados, creí que nunca despertarías. Muchos se han regresado a Erytinen en cuanto los curaron, ahorita se están llevando a cabo los juicios menores para dictar la sentencia de los de sangre especial que apoyaron a Tharos, pero el juicio de tus abuelos y el de Sebastian es en dos semanas.

Alba asintió, se sentó en la cama y trató de ponerse de pie, pero las piernas le fallaron y cayó en los brazos de Edahí.

-Tranquila Alba, apenas despertaste, necesitas reponer fuerzas.

-Ya descansé demasiado, mi pueblo me necesita- las palabras salieron de su boca sin analizarlas. Acaba de decir su pueblo, era su gente, ella era la heredera al trono de Erytinen.

-Ya suenas como toda una reina- dijo Edahí sonriendo y haciendo que su hoyuelo se marcara.

-En la celda- comenzó a decir Alba- tuve mucho tiempo para pensar, quiero tomar mi lugar en Erytinen, creo que puedo ayudar a que las cosas para los de sangre especial sean mejores. Quiero hacer lo que a mi padre le negaron.

-Lo harás Alba, sé que sí. Y yo estaré apoyándote en todo, serás una gran reina.

Alba sonrió y asintió, quería cambiar las cosas, y sabía que podía hacerlo.

Enterraron a todos los caídos en la batalla afuera de Londres, en unos campos rodeados de árboles y esperanza.

Alba trataba de ser fuerte, pero lágrimas silenciosas recorrían sus mejillas. Edahí la abrazó, él igual lloraba la muerte de su madre y su padre, que al final también murieron por esa guerra. Tizoc abrazaba a Violeta y Alana a Dante, estaban destrozados. Era como si los campos sintieran la tristeza de todos los presentes.

-Adiós mamá- susurró Alba acercándose a la lápida recién puesta con el nombre de Lili grabado en ella.- Te amo, nunca lo vayas a dudar.- Volteó al cielo que estaba nublado.- Cuídala bien papá, sé que ahora por fin podrán estar juntos.

-Estarán bien- dijo Dante poniéndose a su lado- ahora mamá por fin podrá estar con él, completarán su historia de amor- dijo Dante sonriendo. Los hermanos se abrazaron y lloraron su perdida, lloraron porque todo había terminado y porque al final comenzaba a salir el sol de nuevo.

2 semanas después

-Hay algo que no entiendo- le dijo Alana a Dante mientras veían los campos de Jalisco, México- ¿por qué si pudieron salvar a Edahí, no curaron a tu mamá también?

Dante la volteó a ver y esbozó una sonrisa triste.

-Mi mamá murió en cuanto le enterraron esa daga en el corazón, a Edahí lo curamos, todavía estaba vivo, aunque demasiado débil, mamá ya estaba muerta como para siquiera intentarlo. Podemos curar Al, no revivimos a los muertos.

-¿Y entonces por qué escuchan a su papá?

-Antes de morir conjuró un hechizo para que su alma se quedara en mamá y por lo tanto, como ella estaba embarazada, en nosotros.

-¿Entonces su alma vivirá siempre que ustedes estén vivos?

Dante asintió y la abrazó, desde que todo se había calmado un poco Alana no dejaba de hacer preguntas sobre su mundo. Unas semanas antes eso le habría dado miedo, ahora disfrutaba contestar a cada una de ellas.

-Estaba pensando que en cuanto terminen los juicios de mis abuelos y la coronación de Alba, podría regresar a Eslovaquia y terminar la escuela, podría estudiar la universidad allá. La casa de mamá es de Alba y mía. Podríamos estar juntos.

-Dante, no estoy segura, estarás solo allá. No tendrás a nadie de tu familia contigo. ¿No va a ser algo solitario eso?

-Te tengo a ti Alana, con eso es más que suficiente. Te amo y no voy a dejar que nos vuelvan a separar.

-¿Pero Alba no se enojará? Al final eres el príncipe de Erytinen.

-Hablé con ella y está de acuerdo conmigo, si me necesita puedo venir en cualquier momento, pero sé que ella va a poder con esto.

-Entonces- exclamó Alana con alegría- claro que sí- corrió a abrazar a Dante- estaremos juntos.

-Sin más magia, ni secuestros ni guerras, te lo prometo.

-Y yo que me empezaba a acostumbrar- exclamó sonriendo Dante y besó a Alana. Un buen futuro les aguardaba, y no iba a dudar ni un minuto en ir a por él.

SANGRE DE BRUJODonde viven las historias. Descúbrelo ahora