Hay un chico nuevo...

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17 años después

El pueblo estaba tranquilo, hacía mucho no se veía un clima tan soleado como ese día. En la casa todo estaba en orden, justo como a Liliana le gustaba. Emiliano abrió la puerta de la casa y entró.

-Buenos días- gritó e inmediatamente Lil salió de la cocina a recibirlo.

-Buenos días Emi- dijo dándole un beso en la mejilla. Casi 18 años habían pasado desde que se conocieron en ese día tan extraño para Emiliano.

-Traje la leche- dijo sonriendo y poniéndola en la mesa. Lil asintió y terminó lo que estaba haciendo.

-A desayunar- gritó para que los dos chicos la escucharan.

-Dante, despierta- dijo Alba moviendo a su hermano. - Mamá nos está llamando a desayunar.

-10 minutos más- dijo e hizo un movimiento con la mano que cerró la cortina para que la luz del sol no entrara a la habitación.

-Nos va a regañar- Alba se cruzó de brazos y pensó qué hacer. Con un movimiento de la mano volteó el colchón en que dormía Dante y casi lo tira de la cama, pero él se quedó acostado en el aire cayendo lentamente sobre el colchón volteado.

Corrió al baño y llenó un vaso con agua, se lo arrojó a su hermano en la cara y éste saltó de la cama.

-Sólo lo hubieras pedido- dijo el chico viendo a su hermana y agarrando sus cosas rumbo al baño.

Bajaron 5 minutos después. Su cabello rojo de Alba se deslizaba sobre sus hombros pálidos como la nieve. El cabello dorado de Dante estaba mojado por la rápida ducha que había tomado unos minutos antes.

-Buenos días, mamá- dijeron ambos al unísono-. Hola, tío Em.

Lil sonrió ya que siempre hacían eso sus hijos. Se acercó y los abrazó. Alba había sacado la piel de Alex, muy blanca, casi transparente y la forma alargada de su cara. Dante había sacado sus ojos, dorados como el oro al igual que el cabello, sólo que con una pequeña mancha color violeta en el centro del iris.

- ¿Por qué tardaron tanto? - preguntó con una mano en su cintura.

Ambos se voltearon a ver, pero no dijeron nada, Lil siempre presentía que se podían comunicar telepáticamente, aunque ellos jamás se lo hubieran dicho.

-Perdón- dijeron ambos, pero no contestaron a la pregunta.

-Bueno, ya siéntense o no llegarán a tiempo a clases.

Los 4 se sentaron a comer y cuando hubieron terminado subieron por sus cosas para ir a la escuela, era su último año de preparatoria, pero ninguno sabía si irían a la Universidad.

-Nos vemos ma- dijo Dante dándole un beso a Lil y Alba hizo lo mismo.

-Que les vaya bien, mis niños- dijo despidiéndolos en la puerta.

Ambos caminaron por el mismo sendero que habían recorrido por casi 17 años. Siempre habían vivido en el mismo pueblo, a su mamá le habían ofrecido la oportunidad de irse pero ella jamás había querido hacerlo. Siempre decía que Alex le había dicho eso antes de morir en ese accidente de coche.

-¿Hoy la tía Sara vuelve en la noche? - preguntó Alba mientras caminaban a través del bosque. Su casa era la más alejada del pueblo, siempre tenían que caminar casi medio kilómetro de bosque para llegar a la escuela. Podrían llegar más rápido, pero no tenían permitido usar sus poderes fuera de casa.

Por fin después de un tiempo llegaron y cruzaron la carretera para entrar al centro del pueblo. A unas calles estaba la escuela.

Dante asintió ante la pregunta de su hermana y la volteó a ver.

SANGRE DE BRUJODonde viven las historias. Descúbrelo ahora