"El destino es sabio, sabe bien a quien ponerte en el camino, ya sea para que se quede contigo, o para que te deje una gran lección"
Nunca he negado mi locura, principalmente porque creo que todos estamos un poco zafados, pero también porque sé que estoy arriba del promedio y como tú me conoces sabrás que eso a mi me agrada.
No pude ignorarte más, estuvimos platicando aunque en lapsos muy prolongados pero la plática por mensaje ya no cesó, mi terquedad desapareció.
No obstante lo que seguía sería aún más difícil, porque ya estaba convencido de que tenía que decirte lo que sentía por ti, la cuestión era ¿Cuándo? así que decidí empezar a hacer obvias las cosas, a tratarte con más cariño que antes con la vaga esperanza de que algún día fueses tú la que me cuestionara por mis sentimientos hacia ti.
Era algo difícil ya que muchas actitudes de ese tipo entre nosotros solían ser broma, por ejemplo hubo un día en que te envíe una imagen que decía algo mas o menos así:
"Ponte al tiro porque me voy a casar contigo"
Y tú contestabas con un "ora ora" de forma natural, sin pensar mal de mi. Odiaba eso, que no hubiera un "límite" que cruzar, que cada vez sentía que era necesario decírtelo de frente, sin tapujos, pero no me creía tan valiente para hacerlo.
Pasaron las semanas y tú te preparabas para el evento anual del club ya que ibas a participar en el, mientras tanto yo seguía apoyándote y dando ánimos como buen amigo que siempre he sido pero ahora también lo hacía con la intención de que supieras que sin importar nada SIEMPRE estaría allí. Podría pasar horas escribiendo todas las pláticas que hemos tenido pero esta obra no es acerca de ello, además que todas son nuestras y de nadie más, así que pasaré a la primera vez que estuve a punto de decirte lo que siento por ti.
Era un Viernes, justo una semana antes del "gran evento" -así lo llamaremos- el cual se llevaría a cabo en uno de los recintos más conocidos de la Ciudad que tú y yo habitamos, estábamos a punto de terminar labores cuando surgió la idea de ir a beber algo a lo cual yo acepté. Entre los que iban estaba mi camarada Brock ya que -como recordarás- tiempo después de su "ruptura" comenzamos a laborar juntos.
-Ya hacía falta ¿No crees? -preguntó-.
-Si, mucho estrés últimamente -contesté-.
Fuimos a un lugar cercano a nuestro lugar de trabajo junto con 2 compañeras más, allí tomamos bastante pero yo veía a Brook feliz con una de nuestras acompañantes así que deje de sentirme mal por él, por el hecho de que te perdió y de que ahora yo tenía sentimientos por ti, porque a pesar de que siempre decía que no le dolía yo no podía concebirlo así porque siempre había pensado que eras lo mejor que le podías haber pasado y ahora con lo que sentía por ti estaba convencido que serías lo mejor que le podía haber pasado a cualquier persona, porque eres increíble y aunque lo he dicho muchas veces a lo largo de este libro nunca serán suficientes ni mucho menos me cansaré de repetirlo.
La verdad es que pasé un momento muy agradable pero como siempre seguía pensando en ti y escribiendo para ti, intercambiamos muchos mensajes, imágenes, te conté mi ubicación -aunque tú no me dijiste aquel día la tuya- y recuerdo que cuando pagamos íbamos todos juntos, pero en un punto nos dividimos, Brock se fue con quien estuvo platicando toda la tarde/noche y los demás nos fuimos cada quien por su lado, me sentía mareado, sin ganas de caminar y procedí a sentarme en la banqueta unas calles antes de llegar a mi casa, allí te marqué:
-Hola -dije con tono indispuesto- ¿Que haces?-pregunté riendo-.
-Hola -te diste cuenta de mi voz- salí un rato pero ya voy de regreso a mi casa, ¿Tú donde estás? -preguntaste-.
-Aquí en una esquina descansando, pensaba ir por algo de cenar, tacos quizás -contesté-.
-Deberías ir ya porque es noche, suenas extraño -reíste mientras decías aquello-.
-Ya sabes por que es -dije y empecé a reír como idiota-.
Y es que además del el alcohol a través de mi sangre el solo escuchar tú voz ocasionaba una felicidad indescriptible en mi, pero ni aún en ese momento me sentía con el valor suficiente para confesarte mis sentimientos.
-Bueno, ya tengo que colgarte, ¿Hablamos luego?
-No me cuelgues, quiero seguir hablando contigo -rogué-.
-Tengo que hacerlo, voy a entrar en el metro y no quiero hacerlo con el celular en la mano, mejor ve a comer algo.
Y colgaste a pesar de que iba a rogar que no lo hicieras. Así que procedí a levantarme y dirigirme a comprar algo de cenar mientras seguía mandándote mensajes, una vez terminé de comprar comida te marqué de nuevo, y a decir verdad no recuerdo mucho de lo que dije, supongo fue algo así.
-Estoy muy mal -dije mientras una carcajada escapaba de mi- ¿Se me oye?
-No, para nada -mentiste- ¿Ya comiste? -cuestionaste-.
-No, compré algo pero aún no llego a mi casa.
Y de la nada empecé a decir cosas que sinceramente no sé porque no te hicieron darte cuenta.
-Te quiero mucho, ¿Lo sabes? -mi tono había cambiado de manera drástica, ya no bromeaba ni reía-.
-Si lo sé -contestaste normalmente- yo también te quiero.
-No tienes idea de cuanto te quiero yo -dije nuevamente- ni de lo importante que eres en mi vida, no sé que haría sin ti -confesé-.
Y quizás pensaba que era el alcohol y tienes razón, en parte, pero era mi corazón el que hablaba en aquella ocasión aunque impulsado por ese combustible peligroso que nos hace ser honestos como jamás lo seríamos de otro modo.
-Bueno, tengo que colgar porque voy a hacer unas cosas que me encargó mi mamá, me avisas cuando llegues a tú casa por favor.
-No, no me dejes por favor, no así.
-No te va a pasar nada, pide un Uber y ya.
Y colgaste diciendo eso, yo creo que en aquel momento pensabas que me sentía inseguro por el alcohol y que me pasaría algo pero no era eso, supongo ahora lo comprenderás; cuando te dije "No me dejes por favor" no me refería a aquel momento, sino a toda la vida, y hoy nuevamente te lo digo, aunque un poco distinto el sentimiento es el mismo:
"No me dejes nunca, por favor"
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S.D.E. Ágape
Romans¿Amor o encaprichamiento? Después de haber superado sus problemas Savant se da cuenta que está enamorado de Bianca, aquello le da más miedo que nada porque no quiere arruinar su relación, así que empieza a pensar que sufre de S.D.E. = Síndrome de Es...