S.D.E. Ágape

3

"El hombre que se levanta es aún más grande que el que no ha caído"

No recuerdo como ibas vestida las primeras veces que salimos juntos, y al principio aquello me resultaba preocupante ¿Cómo podía quererte tanto si ni siquiera recordaba como ibas vestida? Y entonces me di cuenta que precisamente por eso es que te quería de esa forma. Por que nunca se trato de como te veías, de lo que llevabas puesto o de tus hermosos atributos físicos, no, fueron las cosas que me decías, las pláticas sinceras que teníamos, la forma en que me veías y comprendías mis tonterías, porque ninguno actuó de forma hipócrita, sino que ambos éramos nosotros mismos cuando estábamos con el otro, no teníamos que aparentar ser quien no éramos; y quién eres tú realmente me atrae como no tienes idea, me vuelve loco, no me quita el sueño sino que lo hace mas ameno, no me deja sin respiración sino que ahora mis respiraciones tienen sentido, tienen un nombre, a saber el tuyo...

Aquella noche a pesar de mis problemas e inquietudes recientes pude por fin descansar como no lo había hecho antes, como si el haber admitido que podía tener sentimientos por ti me hubiese relajado, y aquello por la mañana me asustó aún más, porque una parte de mi seguía negando las señales de mi amor hacia ti, confundiéndome aún más.

Decidí ir al club a pesar de que podría encontrarte allí, y mientras estaba en mis asuntos Brock me mandó nuevamente mensaje:

Br

"No creo después de todo ir al cine"

Aquello dibujo una sonrisa estúpida en mi rostro.

S

"Deberías hacerlo"

Mentí.

Br

"No es porque no quiera sino porque sería ya muy tarde, además que quiere ir con alguien más"

Aquello me encendió algo dentro y las ganas de estrangularlo fluyeron como nunca lo habían hecho, pero contuve mis sentimientos a fin de averiguar más.

S

"¿Por qué supone eso un problema? ¿Que tienes planeado hacer?"

Cuestioné.

Br

"Nada, ¿Por qué la pregunta?"

Y entonces me plantee ser directo y no andarme con rodeos, pero con cuidado de que no supiera mis intenciones.

S

"Bueno, supuse que con la historia que tenían ustedes dos habían por fin superado sus problemas y lo iban a intentar de nuevo"

Justo después de eso me respondería algo que no me dejaría ya ninguna duda de cuales eran mis intenciones y mis sentimientos hacia ti Bianca.

Br

"¿Problemas? ¿Intentar de nuevo? Si sabes que es mi mejor amiga desde la infancia."

Y entonces recordé que su mejor amiga y tú compartían nombres similares y por eso les decía de la misma forma -¡Qué original!-.

En ese momento toda la furia, el enojo, la frustración, la desesperación, la incertidumbre se desvanecieron... y en mí reino una calma como no la ha habido desde el día de mi concepción hasta ese día que Brock envió tal mensaje, y allí en ese momento me deje de engañar, pero en igual de enojarme o frustrarme o hasta quizás decepcionarme sonreí.

Y es que fue en ese preciso momento que supe que no había marcha atrás y que yo te pertenecería hasta que tu quisieras que fuese así y aún no siéndolo estaba seguro que parte de mi siempre estaría contigo, siempre sería parte de tu vida, e inmediatamente en una fracción de segundo paso por mi cabeza todo lo que habíamos vivido, así que me deje de engañar y por fin deje de negar que cada vez que te veía una sonrisa se dibujaba en mi rostro, que cada vez que te enojabas mi mente pensaba -aunque muy profundamente- "que hermosa se ve", que cada salida contigo me reía como en ningún otro lugar, que aquella vez que bromeamos tomándonos de las manos y sonriendo en aquella terraza habían conectado una parte de mi alma con la tuya, que había sentido tú hermoso ser y tú hermosa persona y se había apegado a ellas como ningún otro ser humano lo ha hecho en la historia, y por último lo que paso en mi mente fue la primer salida que tuvimos, aquella complicidad entre tú y yo siendo completamente extraños, sabiendo que hay personas que sin ningún motivo te inspiran confianza, te inspiran ganas de estar con ellas y tú mi querida Bianca eras la persona mas atrayente a mi, mi imán personal le podríamos llamar.

Pero aquella tranquilidad que sentí por unos instantes al saber que tú y Brock no iban a salir se desvaneció casi de inmediato, y fue sustituida por una ansiedad, por un miedo, por un terror a perderte. Porque ahora yo sabía lo que sentía por ti pero se que tú no me veías de esa forma, que para ti yo era únicamente tú amigo, y entonces supe que se había terminado, que todo cuanto habíamos construido solo podría tener dos posibles desenlaces, y fue mi pesimismo el que dominó en aquel momento; y me sentí miserable, solo, empecé a pensar que en el momento en que te dijera mis sentimientos todo cambiaría para ambos, para bien o para mal, también comprendí en aquel momento que mis decisiones respecto a ti, mis consejos, todo cuanto te implicaba ya no serían los mismos, y me sentí aún peor, porque antes de todo siempre recordaría que primero fuimos amigos.

Y entonces llegó tú mensaje.