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"El día que tú no ardas de amor, muchos morirán de frío."

La codependencia emocional es algo muy dañino, a veces la confundimos con la dependencia emocional, pero son cosas muy distintas.

Siento que en algún momento tuve ese sentimiento contigo, al realizar todas mis acciones de forma "altruista" y "por tú bien" estaba siendo una persona tóxica, dañina para ti, sin darme cuenta te lastimaba más y más con mis decisiones justificándolas en mi amor hacia ti. Dejaba que mis emociones hacia ti controlaran todo y no racionalizaba, aún recuerdo la última vez que -sin tú tener conocimiento de ello- pensé en controlarte porque me parecía lo mejor:

Todo comenzó el día del aniversario de tus mejores amigos, sabes a quien me refiero, cuando me contaste lo que había sucedido aquella noche fue cuando me di cuenta de muchas cosas que había negado acerca de ti, aunque no fue el climax de mi aceptación hacia lo que siento por ti.

-Hablé con el - dijiste refiriéndote a tú mejor amigo- acerca de lo que ambos significábamos en la vida de la otra persona, y quedamos en hablar mañana que salgamos para poner en claro nuestra situación.

Aquello me tomó por sorpresa, sabía lo mucho que le querías pero ambos estábamos seguros que no era de esa forma, ¿Es una reacción al fin de lo tuyo con Brock?, ¿Buscas darle celos de la forma más infantil que existe? Y mientras pensaba todo esto, me fui dando cuenta que tenía fuertes sentimientos, pero no eran sentimientos de un amigo frustrado porque no le hacen caso al mejor consejo que puede dar, no, era un sentimiento que empezaba con ardor en los ojos, que va bajando lentamente hasta encontrarse con la garganta y forma un nudo, aquel nudo te corta la respiración por unos instantes que parecen horas y después baja aún más a aquel lugar donde no hay vuelta atrás una vez que los sentimientos han llegado, y duele de la forma más terrible que una persona se puede imaginar.

Allí fue cuando empecé a dudar de mis intenciones contigo, pero mientras me contabas esto supe que debía dar un paso atrás hasta no estar seguro de que sentía por ti, tenía que hacer que tú tomaras la decisión esta vez. Creo que el quererte me hizo dejar un poco la toxicidad de lado -aunque después volvería a ella- así que limité mis comentarios sobre lo que pensaba y me propuse apoyarte, solo así sabría si sentía algo por ti y no sería en poco tiempo sino que llevaría un proceso, o al menos eso pensé.

-¿Qué deseas tú con el? -inquirí-.

-Conocerlo, pero no como amigo sino como algo más.

Aquello me calaba aún más. ¿Necesitas conocer de otra forma a una persona que conoces desde la infancia? ¿Quieres que actúe distinto debido a tú interés? ¿No prefieres basarte en lo que ya conoces de él para saber si merece la pena como novio? Entonces me enojé, porque para mi aquello era una necesidad de no perderle, una respuesta desesperada a que él sentía algo por otra persona, a que te había dejado de dar el interés que te gusta tanto. Pero entonces vi que mi opinión dejaba de ser objetiva, por lo tanto decidí continuar al margen y posteriormente cambiar de tema.

-Pues espero puedas arreglarlo y queden en algo -sentencié y di por terminado el tema- por cierto ando súper aburrido, quiero salir pero no tengo plan.

-Si, espero podamos quedar en algo -respondiste- y no eres el único aburrido.

-Deberías invitarme a salir a algún lado, a mi siempre se me ocurre el plan para no aburrirnos -sugerí-.

-No, no tengo ganas de salir, además ¿Por qué tendría yo que invitarte a salir a algún lado? -cuestionaste-.

Y aquello terminó con el poco aguanté que tenía debido a la situación que se estaba dando, porque me preguntaba ¿Habrá mal entendido mi "invítame a salir algún lado"? ¿Le desagrada mi compañía y solamente me usa para resolver sus problemas? Y como sabía que mis palabras podrían herirte ya que en mis pensamientos lo hacían decidí mejor enojarme y no hablar más.

-Tienes razón, ¿Por qué? Adiós.

-Adiós.

Y si tenía alguna intención de que habláramos a pesar de mi enojo con tu respuesta indiferente se esfumó por completo, no iba tampoco a permitir que después de todo me trataras así, y en parte era gracias a ti que estaba dejando de hacerlo.

S.D.E. ÁgapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora