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"A veces uno sabe que se va a estrellar... y acelera"

No paraba de revisar mi celular en busca del mensaje que confirmara nuestra cita de ese día, me encontraba tomando café cuando por fin llego.

B

"Si voy a poder, pasas por mi a las 4:30."

S

"Allí estaré"

Y sonreí mientras terminaba mi café porque por fin podría decirte, pero un cosquilleo empezó a subir a través de mi espina, a pesar de que confiaba en ti ciegamente también era consciente que decirte lo que sentía por ti no sería algo sencillo, daba gracias porque no lo fuera, porque los amores complicados son los que valen la pena, lo fácil aburre pero en aquel momento los nervios podían más que cualquier cosa.

Salí temprano de trabajar aquel día, llegando a mi casa procedí a cambiarme de ropa y a salir por ti. Allí estabas parada en la entrada de tu edificio esperándome, cuando te vi no pude evitar sonrojarme y quedarme sin palabras, nunca en la vida me había sucedido con nadie, porque claro que me habían interesado otras personas, claro que había estado enamorado antes pero nunca nadie había conocido a alguien imponente como tu, normalmente cuando alguien me gustaba o en las pocas veces que me había enamorado realmente solía decir tonterías debido a los nervios, pero contigo no era así, tú me dejabas sin palabras, me "imponías", tu simple presencia causaba un escalofrío -en el buen sentido- a mi cuerpo... y por eso es que te he llegado a querer tanto, ¿Sabes por qué más? No recuerdo como ibas vestida, y para mi es importante porque recuerdo cada movimiento que hiciste, cada sonrisa al estar a mi lado, cada ves que te asombraste cuando te contaba una parte de esta gran historia mía contigo, pero no recuerdo algo tan superficial como la ropa, quizás pueda parecer desinterés pero precisamente esa falta de interés por ello es lo que me hace saber que siempre ha sido acerca de QUIÉN ERES y nunca acerca de como te ves, o de como te vistes. Y sé que lo he dicho muchas veces, a tal grado de ser repetitivo, pero lo hago porque para mi es importante que sepas porque te quiero tanto y sé que aquello -mi falta de interés por como te vistas- es parte fundamental.

Entonces te saludé y podía ver tu cara de ¿Satisfacción?, o quizás eran los nervios que sonreían por ti o que te gustaba verme en situaciones en las que me apenaba duramente porque me sonreías de una forma tan bonita que ni siquiera podría ponerle un nombre a ese tipo de sonrisa tuya, creo que si lo intentará lo único que le podría llamar sería tu "marca personal". Fuimos a comer algo y entonces estabas ansiosa de saber:

-Cuando tú quieras -dijiste-.

-Estoy nervioso, pero bien, todo empezó el día que ibas a hablar con tu mejor amigo, empezó a molestarme aquello, aunque lo que me hizo notar que te quería de otra forma no fue eso -confesé-.

-Entonces ¿Qué? -tu mirada era ansiosa-.

-Ese mismo día hablé con Brock y mal interprete sus palabras, pensé que saldrías con él y me ardió la sangre como no tienes idea, empecé a ponerme realmente mal, hasta que me di cuenta que iba a salir con otra persona que claramente no eras tú -agaché la mirada- allí fue cuando supe que te quería de otra forma.

-¿Por qué tardaste tanto en decírmelo? -preguntaste-.

-Por miedo, de arruinar nuestra amistad, de que te sintieras incómoda -mi mirada seguía baja-.

-Nada tiene que cambiar, que tu sientas eso no cambia nada -dijiste-.

Y allí caí en la cuenta: tú no sentías lo mismo. Entonces decidí guardarme las demás confesiones, no podía declararte todo mi amor allí porque entonces sería más raro, pero a pesar de lo que dijiste respecto a que no cambiaría lo que tu y yo éramos sabía que eso era mentira, que la línea se había cruzado, que no es cuestión de "madurez" el aceptar que alguien no te quiere y seguir allí, más bien es falta de amor propio, pero decirlo era mucho más fácil que hacerlo, quizás por eso en aquel momento acepte ser el único enamorado.

Y tenías prisa por irte, se que en algún punto de la plática tu también pensaste como yo, que aquello era el principio del fin, que nuestros caminos habían llegado al punto en el que se separan. Así que te conté algunos detalles más.

-Varias veces cuando salía a tomar quería hablarte, confesarte las cosas pero no tenía el valor, ni siquiera el alcohol me hizo tenerlo, si te fijas la última vez que te hablé en estado inconveniente te dije muchas veces que te quería -mencioné-.

-No recuerdo la verdad, disculpa.

Las señales seguían presentes, tú no sentías lo mismo que yo, ni siquiera ponías atención cuando te decía lo mucho que te quería, lo importante que eras para mi, pero no podía evitar mis sentimientos, no podía dejar de verte como un ciego miraría la luz por primera vez en toda su vida, no podía admirar todos y cada uno de tus bordes alrededor de tus ojos, y te dabas cuenta y te molestaba un poco pero también te hacía sonrojarte, no sé si no estabas acostumbrada a que te vieran así o sentías raro porque no era nuestra "dinámica" pero ahora que sabías todo -bueno, lo más relevante- ya no tenía porque ocultar más mis miradas.

Y creo que esperabas que te quisiera, que esperabas que declarar mi amor hacia ti, lo que jamás he podido descifrar es ¿Porqué? y ¿Sabes que más creo? Que ni siquiera tu sabes porque, y que eso te asustó de alguna forma, eso te hizo querer irte rápido en aquel momento, porque estoy seguro que tú me quieres -aunque quizás no con la intensidad que yo te quiero a ti- y el que te fueras una vez supieras todo lo que sentía por ti fue algo que me dolió mucho, esperaba que al ser un momento tan importante para mi, un momento en el cual dejé de lado mis miedos de volver a ser vulnerable por alguien y te entregué la llave de mi corazón, de mi alma y de mi ser, tan solo pudieras regalarme más tiempo del que me diste, y te lo pedí pero no quisiste otorgármelo, allí nuevamente me di cuenta que nada volvería a ser lo mismo.

Te deje en tu casa y procedí a ir a la mía, quizás no lo admitía en el momento pero esperaba que tu me dijeras "Siento lo mismo", entonces al estar decaído porque las cosas no salieron como mi subconsciente quería procedí a acostarme, mientras me encontraba en mi cama decidí mandarte varias notas de voz con aclaraciones acerca de porque te quería, de como me había dado cuenta, y me dijiste

B

"¿Por qué no me dijiste todo eso hace rato?"

S

"Me intimidas, siempre tengo las palabras correctas pero contigo no, me dejas hasta sin aliento."

B

"Gracias, nunca creí que intimidaría a alguien, mucho menos a ti."

Esa última frase me gusto mucho porque me hizo ver la opinión que tenías de mi pero también hizo que mis miedos mas ocultos vieran la luz, porque por una parte admitías que era una persona fuerte a tus ojos, pero por otra me daba cuenta que te seguía entregando mi corazón y no estaba seguro de que no lo rompieras, no por ti sino por mi.

Mi mayor temor siempre fue interno.

S.D.E. ÁgapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora