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"Aprende el ayer, vive para el hoy, ten esperanza en el mañana..."

Empecé la semana con la idea en mi cabeza de que no hablaría contigo hasta que tú tomaras la iniciativa en hacerlo, así es, aquel pensamiento estúpido seguía dominando mi mente. Así que procedí a reanimar algunas viejas amistades para no sentirme tan solo aquellos días, entonces buscando en mis contactos vi a una de las mejores personas que he tenido el placer de conocer, a quien le decía mi BFF en tiempos pasados, que por una u otra razón de índole laboral o educativo no había podido estar al día, una de esas personas que entran en tu vida y que por mucho que físicamente no se encuentren sabes que sus almas siempre estarán conectadas, no de una forma romántica sino una forma "familiar" por así llamarlo, y que sin importar cuanto tiempo pase nunca dejarían de confiar el uno en el otro... y esas personas son limitadas. Al no saber si aún tenía ese número decidí tantear el terreno al mandarle un mensaje en igual de llamarle.

S

"BFF soy yo Savant, ¿Me recuerdas?"

Pasaron las horas y empecé a pensar que había cambiado su número, así que justo cuando iba a buscarla en las redes sociales mi teléfono vibró.

BFF

"Hola! Claro que te recuerdo, aún tengo tú número, Duh! JAJA, ¿Cómo has estado?"

Vaya, como si nada hubiese cambiado.

S

"Bien, bueno no tanto, pero no hablemos de mi ¿Tú que tal estás?

Pero la conocía y sabía que -aunque por horarios y otros asuntos casi no hablábamos- cuando nos mandábamos mensaje y necesitábamos el uno del otro allí estaríamos.

BFF

"Yo estoy bien, pero no te leo muy convencido, ¿Que pasó?"

S

"Es una larga historia, no podría decírtela toda por mensaje"

BFF

"Siempre hay tiempo para las "historias largas" , ¿Café el Sábado?"

Verás uno conoce a sus amigos en este tipo de momentos, porque yo sé que ella tiene una agenda muy apretada pero sobre todo que nuestros horarios rara vez coinciden pero cuando un amigo necesita ayuda eso no importa, se está allí, sin importar nada.

S

"Si, te veo donde siempre a las 5, ¿Te parece?"

BFF

"Si, hasta entonces"

Y eso me tranquilizó un poco, porque -como podrás deducir- el no hablarte me estaba inquietando, te habías convertido en una droga para mi y estaba experimentando la abstinencia de tus palabras, de tus risas, de tu mirada, de tu voz, de todo lo que estuviese relacionado o aquello que alguna vez siquiera hubieses mirado o tocado, todo cuanto era sinónimo de ti me hacía extrañarte.

Joder, que difícil era aquello, pero una pequeña parte de mi creía estar en lo correcto al dejarte que tú me demostraras el mínimo de interés.

Pasaron los días, 4 para ser exactos y no pude más, sabía que tenía que mandarte mensajes, pero era en estos momentos donde dudaba de lo que sentía por ti, porque a veces eras solamente una necesidad, parecería que en igual de quererte solamente estaba obsesionado por ti y eso me aterraba, que todo lo que sentía por ti no fuera más que un deseo de que fueras mía y después se acabara, tan rápido como la vida misma, no quería eso, así que dejando mis temores de lado decidí escribirte.

S

"Hola, ¿Cómo estás?"

B

"Bien ¿Y tú?"

S

"Igual bien, bueno no tanto ya que tenía días que no hablábamos, ¿Todo bien?"

B

"Cierto, disculpa he estado muy ocupada, de hecho ahorita estoy en las mismas, ¿Te mando mensaje mañana?"

Y a pesar de mis dudas de que no fuese cierto y simplemente no quisieras conversar conmigo decidí respetar tu decisión y esperar, no había más.

S

"Claro, espero tú mensaje, cuídate"

B

"Gracias, igual tú"

Así que sin más que escribirte quise dejar mi celular, pero mi instinto -uno estúpido por cierto- fue revisar si seguías en línea, y cada vez que lo hacía y te veía pensaba ¿Está tan ocupada para hablar en general o solo conmigo? Aquello me ponía triste porque al parecer solamente hablar conmigo te quitaba tiempo, y pensé que en realidad no éramos tan amigos como creía, que mi cariño hacia ti era únicamente mío y que no lo compartías, porque no te sentías como yo cada día que no hablábamos, no revisabas tú celular para saber si estaba en línea hablando con alguien que no fueses tú, estaba seguro de que no hacías las mismas cosas locas que hacia yo. Y cada vez que volvía a mirar a nuestra conversación y observaba el mensaje de "En Línea" me ponía peor, porque me daba cuenta que yo no significaba para ti lo que tú si para mi, así que mis ganas de contarte mis sentimientos, de abrir mi corazón se iban esfumando poco a poco, y sabía muy en el fondo -aunque en ese momento no lo admitiese- que aquello -a saber el no decirte lo que sentía- me iba a destruir.

Pero me decidí a esperar tu mensaje, al día siguiente me levanté temprano como era usual en mi y revisé mi celular: nada.

-Bueno, quizás en la tarde que ya esté libre -pensé-.

Pero cuando estaba por ocultarse el sol para dar fin a la tarde y cederle el paso a la noche tú mensaje aún no llegaba a mis notificaciones, así que empecé a pensar en yo mismo escribirte pero... algo dentro de mi me lo impidió y supo que no era lo mejor escribirle a alguien que claramente no quería hablar conmigo, así que procedí a refugiarme en donde mejor sabía: en la música. Pero esta vez no quería solamente escucharla, quería sentirla, saborearla, así que fui a mi teclado después de algunas semanas de no haberlo usado para tocar algunas melodías para ti, pero esta vez no tenía inspiración, las palabras ni los sonidos venían a mi mente, como si el hecho de que no estuvieses en mi vida -aunque fuese por mensaje- cortara toda mi inspiración, y allí nuevamente sentado detrás de ese maravilloso instrumento confirmé nuevamente que mi corazón te pertenecía, porque no hay nada más magnífico para un músico que el saber que ya no escribe para si mismo, sino para una inspiración, aquello que llamamos una musa.

Así es, te habías convertido para mi en aquello que inspiró a John Lennon a escribir 'Oh Yoko' pero también "Imagine", o la que inspiró 'I'm looking through you' entre otras canciones de Paul McCartney.

Así que créeme cuando te digo que al convertirte en mi inspiración supe aún más que no eras una obsesión, porque no me abandonabas ni siquiera cuando no tenía tu atención, porque aún en lo que más me gusta hacer -a saber escribir- tú estabas presente, incluso en los momentos que cerraba los ojos e intentaba tener un poco de paz venías tú a mi mente, no podías escapar de mi, ya eras parte de mi día a día...

Así que derrotado y sin poder escribir nada decidí terminar ese día al irme a dormir, mañana vería a una persona que fue muy especial para mi y esperaba poder encontrar más respuestas a mis dudas.

Y esta vez la vida quiso que así fuera.

S.D.E. ÁgapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora