Ágape

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Cuando empecé a escribir pensaba que mi amor hacia ti era algo parecido al síndrome de Estocolmo, pero después de una ardua investigación dentro de mi ser me he dado cuenta que es todo lo contrario. Hay una palabra que usaban los griegos y que ahora emplearé yo en esta mi segunda obra acerca de ti: Ágape. Permite que te diga el porque la usé contigo.

Mi amor por ti es incondicional, puro, nunca he tenido en cuenta mis propios intereses sino los tuyos, a pesar de que muchas cosas que han pasado me podrían dañar no me importaba en lo absoluto, para mi el que tu estuvieras feliz, satisfecha, completa, era más que suficiente, no necesitaba siquiera que sintieras lo mismo, bastaba con que te sintieras bien tú, sin importar si yo no lo hacía. Sé que en su momento podrías pensar mal acerca del amor ágape que te tuve, pero ¿Quiénes somos nosotros para contradecir a la cultura que nos dio a Sócrates, Platón, Aristoteles? No me considero lo suficientemente sabio como para hacerlo, además que no tendría sentido porque no están equivocados respecto a la clase de amor que te tengo.

Sé que en el momento que te escribo esto no estoy más a tu lado, pero precisamente esa fue la mayor prueba de que mi amor por ti es Ágape, que cuando supe que tenía que irme a arreglar lo que estaba roto en mi, me fui solo, de la única forma -que tu bien conoces- que podría separarnos del todo, porque sabía que con mis problemas solamente te atormentaría al darte la carga de reparar un ser irreparable para alguien ajeno a mi, que tu me querías de una forma distinta a la que yo te quiero pero eso no quería decir que no fuese buena, o que fuese menor a la mía, y precisamente ese cariño que me tienes haría que sacrificaras tu bienestar personal para contener el daño que te ocasionaba.

Por eso es que estoy feliz, aunque fue difícil afrontar la vida desde esta perspectiva sé que así tu puedes ser feliz, que nada te retiene, que estás viviendo la vida que te mereces.

Para mi siempre serás una persona muy especial, tu corazón es lo más importante para mi, quisiera algún día poder ser el motivo por el que late, pero si no es lo que tu quieres sé muy bien que al haber dado todo lo que tenía en mis manos para hacerte mejor la vida, con eso bastará.

Si tuviera que dar mi vida por ti, estoy seguro que la daría sin dudarlo ni un instante, pero te soy honesto: preferiría vivir por ti.

Si algún día me necesitases aunque estuviese en el lugar en el que me encuentro parado hoy, estoy seguro que acudiría a tu llamado.

Si por lo contrario algún día me pides que me aleje entonces te prometo que lo haré sin preguntar razones, sin cuestionar motivos, porque mi amada Bianca sabes que para mi tu felicidad se ha vuelto en mi estilo de vida.

Si tan solo este miserable mundo pero sobre todo tu me permitiesen algún día ser el dueño de tu corazón y de tus pensamientos, entonces te puedo asegurar que jamás me apartaré de tu lado, en las buenas pero sobre todo en las malas. No te podría prometer nunca equivocarme porque sabes bien como yo que tengo mas errores de los que me gusta admitir, pero lo que si puedo prometerte es hacer todo lo posible por que te conviertas en la mujer mas dichosa que ha pisado este miserable mundo, prometo estar siempre a la altura de tu cariño, prometo nunca volver a irme como lo he hecho en este tiempo.

Pero nada de esto es cuestión de decisiones, no te estoy pidiendo -y jamás lo haré- que elijas que quieres, me he dado cuenta que ese fue mi error, solo te pido que cuando lo sepas -pienses que es bueno o no- me lo hagas saber, y te prometo por último que tu decisión siempre será respetada, podría mentirte y decirte que no aceptaré cambios pero me conoces, y sabes que por ti haría lo que fuera. Te pertenezco, desde el momento que nos conocimos.

Mentira.

Desde el número 18.

Allí me volví tuyo.

S.D.E. ÁgapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora