S.D.E. Ágape

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"La poesía sirve para que las almas extraviadas se encuentren"

Todo tiene un motivo en esta vida, hay algunos más raros o inusuales que otros pero nada es al azar, todo es resultado de lo que decimos pero sobre todo de lo que hacemos.

La primera vez que me le declaré a mi primer amor no fue como yo hubiera querido, recuerdo que tenía mucho miedo de decirle lo que sentía por ella, así que usé el método que juré nunca más usar para esas situaciones: el chat.

10 años antes...

Había sido un día largo en la escuela, lo único que quería era sentarme detrás de ese escritorio frente a esa pantalla y escribirle. Procedí a iniciar sesión y a esperar que ella hiciera lo mismo, estaba a punto de levantarme para buscar algo de beber cuando vi la ventana de chat que anunciaba su llegada junto con su estado de aquel entonces, el cual puedo recordar con exactitud: "Pretendo que surja ese silencio para poder robarte el primer beso". En aquel entonces no conocía el significado de aquellas palabras -lo había googleado y sabía que pertenecían a una canción- ni a quien iban dirigidas pero no me importaba, para mi únicamente el ver esa frase significaba que por fin podría hablar con ella, así que di doble click sobre aquella ventana emergente y procedí a escribirle:

S

"Hola, ¿Que tal tu día?

M

"Bien, muy cansado en mi nueva escuela, ¿Y el tuyo?"

Y así transcurrían las horas, con preguntas que a la vista del mundo podrían ser simples, banales, indiferentes pero que para mi lo eran todo, porque a veces el verdadero placer de la vida lo encontramos precisamente en ese tipo de cosas que la gente no suele valorar, por eso el saber lo "usual" de ella para mi era lo máximo. Precisamente por esa sensación de "éxtasis" en cada plática con ella fue que decidí realizar una de las acciones más precipitadas de mi vida, no porque no quisiera hacerlo sino porque el medio no era el idóneo:

S

"He estado pensando mucho en ti, pero no de la forma que quizás tu creas -a saber como amigos- sino como algo más, pienso que tú también tienes los mismos sentimientos es por eso que me animo a hacer esta pregunta: ¿Te gustaría ser mi novia?"

Justo al enviar el mensaje -que en aquel entonces no estaba tan bien redactado como ahora pero la idea es la misma- me sentí un poco aliviado pero con miedo, con temor, como si en el momento me hubiera dado cuenta que no era el medio adecuado para hacer una pregunta de esa envergadura. A pesar de que nuestras edades podrían no prestarse a la seriedad aún así no me sentí cómodo haciéndolo de ese modo, sin embargo en aquel tiempo una vez que enviabas un mensaje no había forma de eliminarlo, se quedaba flotando en la otra ventana para siempre. Su respuesta tardo un poco en llegar, aunque menos de lo que me hubiese gustado porque eso solo significaba una cosa.

M

"Me halaga mucho tu propuesta pero con todo lo que ha pasado en los últimos meses y las relaciones que hemos perdido debido a nuestra amistad no quisiera que iniciáramos algo que podría derivar en la perdida de nuestra propia relación -de amistad- así que ¿Por qué mejor no continuamos como amigos?"

Aquello no fue tan duro como esperaba sobre todo porque no dijo que no le gustara sino que no querías perderme aunque me quedé inquieto porque en aquellos tiempos ya empezaba a analizar a la gente, así que no pude ver su rostro cuando leyó aquello ni cuando decidió rechazarme amablemente mucho menos el momento exacto en el que lo hizo.

Tiempo después fue ella quien me confesó todo lo que sentía por mi y esta vez hice la pregunta en persona, aunque podría deducir que la respuesta hubiese sido la misma si lo hubiera preguntado nuevamente por chat -ya que ella me lo confesó por ese medio- pero no quise arriesgarme nuevamente. Cuando lo hice al día siguiente justo en la entrada de su casa pude ver que mi decisión había sido la correcta, porque pude ver la felicidad en su rostro, pude tomar su mano y empezar una historia de amor que marcaría mi vida tanto para bien como para mal, pero si no lo hubiese hecho así, si las cosas las hubiese hecho nuevamente como no me habían resultado entonces la lección podría no haber sido tan clara.

Desde ese momento juré que todas las situaciones que a mi parecer fueran importantes o relevantes las resolvería de frente, en persona, incluso si eran muy difíciles lo haría.

Presente...

Ahora lo sabes, esa es la verdadera razón por la cual no me gusta decirte las cosas importantes por mensaje, no porque no confíe en ti, porque lo hago, quizás hasta más de lo que debería, no porque sea malo sino porque nadie debería confiar totalmente en otra persona... o quizás si y allí sea donde estoy mal, al no cambiar contigo las actitudes aferradas que tengo debido a acciones o situaciones del pasado, quizás he olvidado que todas las personas son diferentes y cada quien toma las cosas distinto.

Así que por esa razón no quería decirte todo por mensaje, pero no la cumplí -a saber mi primer regla- porque sabía que entre mas lo postergara más daño nos podríamos hacer y como te he repetido infinidad de veces había algo que quería cuidar sobre todas las cosas, inclusive sobre mis sentimientos mismos:

Nuestra amistad.