8: Truth

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—Tú... —Jimin estaba paralizado, tanto que ni siquiera sentía miedo; solo estaba ahí, observándolo con los ojos como platos.

—¡Jimin! —habló JungKook, alterado, poniéndose de espaldas al chico— No mires, puede darte impresión.

El pelinegro recién se había percatado de la situación: estaba frito... en todos los sentidos. ¿Cómo haría ahora para explicarle?

Entonces, una leve corriente de olor entre podrido y a carne quemada llegó a la nariz del castaño, obligándolo a taparse la nariz, haciéndolo reaccionar por fin.

—No te haré daño, solo... quédate lejos unos segundos —volvió a hablar intentando evitar que Jimin viera su rostro, prácticamente, en llamas.

No estaba seguro de lo que ocurría, solo sabía que Jungkook estaba herido.

—¿Necesitas algo? —preguntó, preocupado, acercándose paso por paso.

—No, voy a estar bien —dijo Jungkook, el dolor físico se notaba en su voz, pero lo menos que quería era alarmar más al menor.

Entonces sintió cómo alguien se agachaba a su derecha, para luego acariciarle la espalda con cuidado.

—Dije que no necesitaba nada...  —repitió avergonzado, volteando la cabeza hacia el lado contrario del más bajo.

Jimin seguía haciendo caso omiso a sus palabras. Respiró profundo, aquel aroma nauseabundo se había ido.

Con delicadeza para no lastimarlo, tomó el mentón del chico entre sus dedos índice y pulgar.

—Déjame ver —le pidió, dulce.

Así fue que, despacio, fue girando el rostro de Jungkook en su dirección, quien aún cubría el lado izquierdo con ambas manos.

Lo miró a los ojos de nuevo. Veía la pena a través de aquellas perlas sin vida.

Posó su mano libre sobre las del mayor, para luego acariciarlas con el pulgar.

—Por favor... —volvió a pedir Jimin, comenzando a sentir un nudo en su garganta.

Sin más, Jungkook retiró sus manos, dejando su apariencia al descubierto, en primera plana para el chico.

Jimin reprimió un grito.

Su piel estaba carbonizada, cuarteada cual roca, dejando ver en algunas partes el músculo debajo de esta.

Sin poder aguantar la curiosidad, tocó la herida por un instante, pero por reflejo la quitó: se sintió como tocar lava ardiente.

—¡Sss..! —se quejó Jungkook, cerrando los ojos.

—Lo siento... Estás ardiendo —dijo sorprendido—. Literalmente estás ardiendo.

—Ya se curará —le restó importancia.

Y como si se tratara de una orden, su piel empezó a regenerarse cubriendo la herida como si nada hubiese pasado.

—¿Cómo...? —Jimin iba a formular una pregunta, pero en ese momento su vista se posó en la boca de Jungkook.

Por si el impacto fuera poco, de los labios del pelinegro sobresalían dos largos y afilados colmillos.

—No actúes como si no supieras lo que pasa —soltó Jungkook, ya curado del todo—. La pregunta puedes responderla tú mismo.

—Eres... eres un vampiro —dijo, mirándolo a los ojos, sintiendo como si todas las dudas que pudo haber tenido sobre el chico se aclararan al instante— ¿En verdad existen?

Tanofobia ☀ [KookMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora