Los meses pasaban como ráfaga, dejando que la población de Santa Cecilia terminará el tema de la desaparición de Marco y su madre.
Poco a poco, todo volvía a la normalidad para muchos, poco a poco la tranquilidad y la paz volvían a las tierras del pueblo mágico.
La terrible escuela era sin duda una de las cosas que cada estudiante deseaba que terminase.
Noviembre se acercaba y para eso la mayoría de las familias comenzaban lo preparativos para el día de muertos.
Miguel por su cuenta, contaba los días para salir de una vez de vacaciones y estar en familia el día de muertos, con su música, y mas importante con aquellos que y no estaban. Incluido papá Héctor.
Pero un dolor y un hueco se apoderaban en en corazón del Rivera, dadas las próximas fechas y celebraciones.
Hubiera pensado que todo seguiría igual, hubiera pensado que todo lo que pasaba se quedaría en el olvido y en un vago recuerdo que se lo devoraría el mismo tiempo.
Pero lo que no contemplo fue ese día, ese mismo día en donde todo parecía normal, hasta llegada después de las cuatro de la tarde. Hora, en la cual su jornada académica terminaba, en donde todo volvería a la normalidad.
¿Qué pasaba?
Pues eso es exactamente lo que Miguel se pregunto, una vez que unas manos le taparon la boca y lo jalarán hasta ir a uno de esos pequeños callejones, del cual nadie atravesaba por los estúpidos rumores donde extrañas cosas pasaban.
Rivera pensaba que algo así le pasaría, de alguna experiencia paranormal que al final contaría. Pero tal parecía que no iba a ser así, no hasta que choco sus orbes con aquel color ambarino y brillante.
Su cuerpo; antes tenso y rígido, se relajo al mirar esa imborrable mirada ámbar. Esos ojos que transmitían más que mil palabras y parecían tan avivados en ese momento.
── … ¿Marco? ── murmuró, una vez que los guantes negros con estampado de chalaca se apartaron de su boca.
Las exhalaciones fuertes por parte del de la Cruz era su única respuesta.
¿Por qué?
¿Por qué ahora que olvidaba todo y vivía con plenitud y felicidad?
¿Por qué cuando mas estaba tranquilo?
Los orbes marrones de Miguel se acuaron por la acumulación de las lágrimas retenidas.
──… ¡Marco! ── exclamó el menor, lanzándose a los brazos del de la Cruz, sin objeción alguna de ser rechazado el acto repentino.
── Callate, Rivera. Sigues siendo un maldito llorón ── reprocho el castaño, su voz aterciopelada acariciaba sin dudar el frágil y tan preocupante corazón, una inevitable sonrisa había aparecido en sus labios.
Tanto tiempo, tantos días preocupado por el susodicho y sin tener respuesta alguna.
── Eres un tonto, Marco ── sollozo el morocho, golpeando débilmente el pecho del mayor, sacando así sus lágrimas retenidas, sacando aquello que no había podido sacar después de la noticia.
Sin duda alguna era un momento que Miguel atesoraría bastante, algo que guardaría con recelo en sus recuerdos. Pero para Marco era lo contrario, aquel recuerdo solo era mas que una cruel tortura sin poder acabarse, y realmente no deseaba que se acabase. Sabía que si se terminaba su pequeño encuentro, de igual manera se terminaría aquella calidez que Rivera le transmitía, la que tanto adoraba sentir.
── Lo siento, Miguel ── susurró audible, pasando sus dedos; tapados por los guantes, entre los marrones cabellos del menor, regalándole así cálidas caricias ── Tienes razón, soy un completo tonto ── siguió, dejando escuchar las leves risas del Rivera.
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Masoquismo
Fanfic#COCO [ Musicshipping ] 【Él hizo realidad el sufrimiento a causa de su comportamiento... ahora solo vería como el amor de su vida era feliz con alguien más, estaría cerca del amor de su vida, a pesar del dolor que le causaba pero fue por su altanerí...