Lo primero que hago por la mañana al levantarme es correr directamente al baño. Siento que voy a explotar.
Escucho la risa de Damien a mi espalda, pero lo ignoro. Hago mis necesidades básicas mientras doy un largo suspiro, pensé que no lograría llegar.
−Te ves muy gracioso tratando de correr con esa pancita –ríe acostado en la cama cruzado de brazos y sin camiseta.
Dios, que ganas de lamerle ese abdomen.
− ¿Pancita? Estoy que ruedo, Damien.
−Que exagerado eres, bebé. No estas gordo, solo estás llevando a nuestra hija –me jala a su pecho cuando me subo a la cama –Y te ves hermoso.
−Gracias, pero no me vas a convencer –río –Me dijiste gordo.
Damien suspira.
−No te voy a convencer, ya lo sé. Así que mejor no cambiamos de tema, como por ejemplo...que te tengo un regalo.
Me sorprendo y me siento en la cama, casi dando brinquitos de felicidad. Damien tiene un regalo para mí.
−Cierra los ojos –dice escondiendo algo que ha sacado de debajo de la almohada.
Cierros los ojos y mantengo la respiración.
−Ábrelos.
Lo hago y justo frente a mi me encuentro una pequeña caja roja. Lo miro confundido.
−Feliz cumpleaños, mi amor –me sonríe –Adelante, ábrela.
−Cierto, hoy es mi cumpleaños –río− No lo puedo creer, ya pasó un año.
−Yo no puedo creer que olvidarás tu cumpleaños. Anda, ábrela.
Abro la caja y me encuentro con una llave. La llave de lo que parece ser de una casa. Miro confundido a mi marido.
−Saldremos en una cita.
− ¿Saldremos? –lo miro sorprendido.
−Si, claro que irá seguridad detrás de nosotros –ríe y me acaricia el cabello –Pero es tu cumpleaños, así que preparé un lugar solo para nosotros, hable con tus padres y amigos y estuvieron de acuerdo en que hasta mañana haremos fiesta con todos.
− ¿En serio hiciste todo eso?
Asiente y me sube un poco más a su pecho, mi vientre está casi por completo encima de abdomen.
−Vendrán mañana y comeremos pastel, traerán regalos para ti y Ellie. Pero mientras tanto, hoy. Es solo para nosotros –me jala de la barbilla y me besa.
−Muchas gracias –susurro sobre sus labios –Te amo.
−No tienes que agradecerme bebé, te mereces todo.
−A todo esto... ¿De dónde es la llave? –la miro por todos lados.
−Es una sorpresa –me aparta despacio y se levanta de la cama.
Le miro la espalda hasta que entra al baño, suspiro y me acuesto sobre las almohadas. Me duele un poco la espalda baja.
Estoy por cumplir los ocho meses y el agotamiento físico por el peso se siente cada día más. Desde la semana pasada Cristian ha ido preparando todo para cuando dé a luz.
Damien y mi suegro consiguieron que Cristian sea quien realice la cesárea en el hospital donde la familia Akron tiene el seguro. Así que él está muy emocionado porque desde hace años legalmente no podía realizar operaciones por ser omega.
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Jamás te olvide.
RomanceDamien es un alfa francés que a los nueve años no logra entender porque tiene que ser perfecto ante la sociedad y su familia. Hasta que un día tras ir a una fiesta social de Alfas y Omegas de las familias más conocidas de Francia, conoce a un pequeñ...