Al llegar la mañana me desperté y descubrí que el joven Adrián Aldama, ya se había marchado de mi casa... llevándose con él a mi hermano.
Y por supuesto, pregunté el motivo.
Resulta que Adrián y Julio se levantaron muy temprano a platicar. Se hicieron muy amigos y toda la cosa.
Mi hermano le contó que le estaba siendo muy difícil conseguir trabajo en el pueblo, a lo que Adrián le respondió con euforia, que ¡justamente él estaba buscando un encargado para dirigir el hotel de su familia!
Según, no tardó en preguntar si a lo mejor Julio quería ir a ver el hotel, para quedarse en el puesto.Mi hermano se quedó anonadado con semejante ofrecimiento y encantado aceptó.
Así que Julio ya tenía trabajo. Y no cualquier trabajo, uno con buena paga y buenas prestaciones.
Eso no fue todo, a los días Adrián volvió a la casa con una pierna de cerdo. Dijo que la trajo en agradecimiento por haberlo socorrido sin interés alguno.
Le pidió a mi madre que la preparará y que hiciera el favor de dejar que el almorzará con nosotros, pues sus padres y hermana, vivían en otro pueblo, y hacía años que comía solo y lo odiaba.Por supuesto que mi madre aceptó, y no solo eso, lo invitó a comer todos los días y a la hora que él quisiera.
Si piensan que mi padre estaba en desacuerdo, déjenme decirles que no. Cecilio Romero, estaba encantado con el amigo de mi hermano. Más después de que Adrián le pidiera que arreglará algunos muebles de su casa y algunas puertas de sus caballerizas. Le pagó muy bien, y además hizo un buen enganche con más gente del pueblo, para contratarán los servicios de mi padre.
Gracias a eso nuestra economía fue mejorando.
Ahora podíamos ir al mercado por carne y verduras una o dos veces por semanas, y ya no cada mes.Incluso mamá me cosía más vestidos que antes, y con el tiempo todo parecía fluir bien, por ese entonces.
Adrián ya era un miembro más de la familia. A mi padre no le preocupaba que me sonriera o me platicará de vez en cuando, pues él decía que sabía que, un tipo tan fino y rico como Adrián, nunca se fijaría en alguien tan insignificante como yo. Además, según, sabía de muy buena fuente que Adrián estaba interesado en Romina, la hija de un acomodado mercader.
—Ya verás que se casaran— comentaba.
*
Una mañana cuando Julio, Adrián y yo volvíamos de misa, Julio le preguntó sobre Romina y sus planes de cortejarla y de casarse. Pero en vez de sonreír, Adrián frunció el ceño y serio dijo que nada de eso era cierto.
—No me interesa para nada.
—Los del pueblo dicen...
—Los del pueblo dicen de todo, menos lo que es correcto—espetó Adrián—. No tengo ni tendré ningún plan de matrimonio con ella.
—Ya. Pero deberías cortejarla, Romina es acomodada y muy guapa— aportó mi hermano.
—Quizás para ti lo sea.
— ¿Para ti no?
— No. Y no me importa en lo absoluto.
— Debes estar bromeando, ¡Hablamos de Romina, por Dios! — se burló Julio.
— No bromeo, Julio. La verdad yo ya tengo los ojos puestos en alguien mucho más inteligente y hermosa— dijo mirándome con fijeza y sonriéndome mínimamente.
Desde ese día... desde ese segundo, mi corazón nunca más pudo estar quieto al lado de Adrián Aldama.
Su presencia se convirtió en algo que me alegraba y a la vez me descomponía.
Él hacía muchos esfuerzos por hablarme y ser simpático. Era todo un caballero dulce a la hora de cruzar palabra conmigo, pero, yo siempre arruinaba el momento con mis nervios.
Me sonrojaba y trababa... o simplemente salía corriendo de su presencia. A veces lo hacía disimuladamente y a veces no.***
Un día Julio llegó a la casa con un par de libros que Adrián le había obsequiado, me los regalo ni bien entró.—Dios, trae una historia de romance ñoñas como las que te gustan. Son tuyos, si me cuentas en que acaban y no le dices a Adrián que te los di— me dijo, y por supuesto que acepté.
Estos serían los primeros ejemplares que serían oficialmente míos y no prestados.Mentalmente di las gracias a Adrián, por haberle regalado estas maravillas a Julio.
Y desde entonces en cada viaje que Adrián hacía, le traía a mi hermano más libros (para que se informará) como ya era costumbre, yo los leía y le contaba a Julio de que se trataban. Y así, esas maravillas se quedaban bajo mi propiedad.
Gracias a la generosidad de Adrián y a esos libros empecé a soñar en comprar otros y formar una biblioteca personal... era un tanto descabellado pensar así, para alguien sin dinero. Pero lo bueno de esta vida, es que los sueños son gratis.
También desde entonces yo trataba de no ser tan huraña con Adrián. Trataba de sonreírle y ser amistosa.
Dentro sabía que él era bueno. Había algo que me decía que podía cerrar los ojos y quedarme dormida a su lado, y Adrián nunca se aprovecharía de eso. Me cuidaba. Nos cuidaba a todos, y esa bondad a veces podía quitarme el sueño en su nombre.
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Emma. A Solo Un Beso Del Pecado. (Terminada)
RomanceEmma es una muchacha dulce y tímida, nacida en una época pasada, bajo el seno de una familia religiosa y muy conservadora. A la edad de trece años, Emma sufre la desgracia de enterarse que padece de un mal, algo que no va a matarla, pero definitiva...