Sin ser invitado me adentré hasta el taller de Eduardo, y lo encontré trabajando.
Cuando me vio, no mostró ninguna emoción, yo tampoco lo hice.
—Buenos días— saludé cuando ya estuve frente a él.
—Espero que vengas a decirme que vas hacerte cargo del hijo que espera mi prima. Porque si no es así, voy a emparejarte la otra ceja y el otro lado del labio.
Me sorprendió su sinceridad y todo lo que sabía.
—¿Cómo sabes que Emma, espera un hijo mío? —pregunté.
Eduardo sonrió, dejando de lado su trabajo y se limpió las manos para decirme:
—Me lo contó un pajarito. Ahora lárgate de aquí, niño rico.
Desesperado dije:
—Eduardo, por favor, vengo en son de paz.
—¿Cómo puede traer paz alguien que casi a matado a una inocente? — me reclamó.
La ira hirvió bajo mis venas y apreté los puños conteniéndome.
—Yo no he sido quien le hizo daño a Emma. Fue el canalla de don Cecilio—dije entre dientes—, mi único error, y por el cual me torturaré toda la vida, fue el no haber estado junto a ella, para enfrentar a don Cecilio, y así evitar que esta desgracia pasara.
Eduardo se quedó mirándome, tal vez decidiendo si echarme a patadas o no. Al final termino por resoplar.
—Es muy fácil darse cuenta que estás enamorado de ella, solo al ver como la mirabas, y ella a ti. Además, la noche de la fiesta de confirmación de Emma, acompañé a mi tía a casa para ayudarle con Julio y mi tío Cecilio, era ya de madrugada y estaban muy ebrios. Entonces los vi. A ti y a Emma, dormían ambos abrazados en su cama. Y también una vez fui a preguntar por ella a la iglesia, pero no me dieron razón, supongo que se había ido contigo.
—Si— reconocí—, estaba conmigo.
—Lo sé. Por eso sé que esa criatura es tuya.
—Yo amo a Ema…
—Nadie aprobará su relación.
—¡Eso no me importa!
—¿Eso fue lo que le dijiste a Julio, para que te dejara así?
Respire largo.
—Escucha, Eduardo—dije tratando de recuperar la calma—, no vengo para armar lio. Estoy desesperado, sabes. Solo quiero saber dónde está mi Emma. Estoy volviéndome loco. Sé que ella está muy herida y necesito encontrarla para ayudarla y estar con ella y con mi hijo. Por favor, te suplico, dime donde la llevaron.
Otra vez me quedé bajo la mirada escudriñadora de Eduardo. Tenía muchas ganas de perder la paciencia y los estribos… pero no podía, necesitaba de él.
Al final dijo:
—Ve al norte. Pasando el pueblo San Bernardo, hay una casa de religiosas retiradas. Son muy buenas ayudando a los viajeros que pasan y precisan ayuda. Llevamos a Emma ahí, estaba muy mal herida.
—¿La señora Rosaura, está con ella?
Eduardo asintió.
—Mis padres la acompañaron unos días… pero luego regresaron a buscar a mi tío Cecilio. Estás desaparecido—bajo la cabeza—, no sabemos dónde está desde que hizo lo que hizo.
—Mejor así—dije con sinceridad. De verdad que no me iba a medir si me llegaba a ver a don Cecilio. El respeto que le había criado, se había evaporado en el segundo en que tocó a Emma.
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Emma. A Solo Un Beso Del Pecado. (Terminada)
RomanceEmma es una muchacha dulce y tímida, nacida en una época pasada, bajo el seno de una familia religiosa y muy conservadora. A la edad de trece años, Emma sufre la desgracia de enterarse que padece de un mal, algo que no va a matarla, pero definitiva...