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» adicciones

El incidente que había vivido Manuel con sus abusadores fue el mayor escándalo que había tenido el colegio desde que dos amigos se pusieron a pelear hasta con los cinturones en pleno horario de clases, y a desgracia de un muchacho que siempre pasaba desapercibido por sus compañeros de pronto fue el más popular de la sala, había recibido varias invitaciones a almorzar con algunos grupos o para hacer los típicos trabajos que eran de tres o más, después de años los demás mostraban preocupación y decían que el no estaba solo, no podían ser más hipócritas. Incluso Pedro, que estaba haciendo todo lo posible para acercársele más, le decía que había escuchado la verdadera razón del porque querían hablar con el, debido a que el trío era ampliamente conocido querían saber todos los detalles de ese incidente, como no había ocurrido en horario de clases solo contaban con lo que les dijo su profesor jefe y el discurso que dio en la mañana el director de lo importante que es denunciar los casos de bullying. Manuel maldijo a sus compañeros mientras recibía la bandeja de la Junaeb cuando le comentó aquello.

Pese a estar rodeado de gente que fingía interés en el había alguien en especial que le daba confianza, y este era Pedro, incluso cuando había permanecido hospitalizado fue el único (además de su madre) que lo fue a visitar aunque se viera imposibilitado de hablar con el, ese día le había explicado lo que hicieron en clases y las reacciones de sus compañeros al enterarse de la noticia. Pero ahora ya estaba recuperado y podía volver a comer manzanas y otros alimentos duros con normalidad.
Se habían hecho particularmente cercanos, Manuel se sentía infinitamente feliz de ver una muestra de preocupación genuina después de tanto, incluso le dio el privilegio de entrar a su vida, se enteró de la difícil situación con su madre y algunos detalles de tantos años de maltrato por parte del tan famoso trio, ahora la vida íntima de Manuel era como un libro abierto para sus ojos. Siguieron hablando hasta su graduación, momento en el cual le perdió la pista

Debido a la complicación en su muñeca tuvo que olvidar su futuro como músico, así que mientras buscaba lo que quería ser en la vida trabajaría en la empresa de su padre, más que nada para ganar el suficiente dinero y tener su propia casa, consiguió un departamento y tras despedirse de su familia emprendió su vida en solitario. Poco sabía que Manuel volvería de una forma que nunca se imaginó.
Producto de los nervios que le produjo la prueba de actitud (que más tarde sería conocida como PSU) sucumbió ante sus inseguridades y su desempeño en esta fue desastroso, no pudo tanta presión sobre sus hombros, sintiéndose como un fracasado por fallar en la bendita prueba comienza a buscar distracciones que le den paz mental aunque sea unos segundos, aprovechando que ya no era un estudiante y tenía muchísimo tiempo libre empieza a salir mucho más a la calle, a su parecer no encuentran nada mejor que salir a disfrutar el ambiente nocturno, fue seducido por los ritmos bailables y el alcohol que le ofrecían sin reparo. Pronto sus visitas se hicieron más frecuentes e incluso comenzó a desarrollar una abstinencia aún cuando consumía alcohol, y cuando vio que este ya no cumplía su misión de distraerlo comenzó a experimentar con otro tipo de cosas.
Allí, en una discoteca cualquiera comenzó a beber sin parar para olvidar su fracaso, para olvidar la cara de decepción de su madre, para olvidar que estaba presente en ese mismo lugar ahora en vez de la seguridad de su casa, bebió toda la noche y en algún momento le entregaron pastillas para "alargar la diversión" y no dudó en mezclarlas con alcohol, solo bajo este estado podía soltarse y dejar de ser ese Manuel que a veces detestaba, ahora era alguien completamente nuevo, continuó bebiendo hasta la madrugada. Salió porque  necesitaba aire luego de casi sofocarse allí adentro, sus piernas tambaleantes intentaron sin éxito mantener una línea recta, ahora lo esperaba en casa el reclamo de su madre por llevar en semejantes condiciones a casa y no quería tener que aguantar eso, su plan fue preguntar en casa al azar si lo podían esconder de su madre, según sus propias palabras, pero las personas interrumpidas a altas horas de la noche apenas sentían el olor nauseabundo del alcohol en su aliento le cerraban la puerta. Por esto cuando Pedro lo encontró vagando cerca de su casa casi no lo reconoció.

Aún así lo lleva consigo mientras el ebrio comentaba la divertida historia de cómo había encontrado viente mil pesos en el piso de la disco, a medio camino y aún pese a las advertencias de Manuel de que no se sentía bien intenta llevarlo a su casa, en parte para evitar tener interactuar con su madre porque su permanente rostro serio lo intimidaba demasiado, para su sorpresa y susto, terminó por desmayarse aún apoyado en sus hombros, y luego de casi una hora y media intentando despertarlo que pareció más pensó en el escenario más dramático posible luego de tantas telenovelas, por suerte para Manuel lo llevó a un hospital y allí le informaron que tenía un coma etílico por tanta bebida, la situación empeoraba al darse cuenta de que había consumido otro tipo de cosas, la vida del muchacho dependía únicamente del el, si no se resistía lo más posible era que falleciera en el lugar. Todo ese tiempo de mantuvo afuera de la habitación en el hospital con los nervios a flor de piel e increíblemente tenso. Nadie le decía nada respecto yo a su estado y comenzaba a  desesperar, haga que por fue supo algo pero hubiera preferido que no, en algún momento Manuel que se encontraba conectado a unas máquinas que estaban monitoreando  sus signos vitales, siente ese desagradable sonido cuando el corazón deja de latir y una tromba de enfermeros entraron en la sala, el solo aprovechó la confusión del momento para entrar ignorando a todos aquellos que le pedían retirase de la habitación, ahí estaba el, con el cuerpo conectado a tantas máquinas en el intento de mantenerlo con vida, cosa que no parecía resultar al ver ese, llamémosle zigzag, sobre la pantalla no era nada más que una línea, se queda paralizado un momento y por instinto toma su mano pidiéndole a Dios, la virgencita, Ganesha, Buda o a quien fuera que por favor no se lo llevaran aún, Manuel solo tenía 19 años para morir de esta forma cuando solo buscaba distraer su mente a como diera lugar, aunque desconociera esto último. Y cuando los doctores estaban por darse por vencidos su latido volvió, débil, pero lo hizo para el festejo de los profesionales, no se atrevió a soltar su mano en toda la noche que se mantuve en pie a un costado de Manuel, quien batallaba por su propia vida.

The angst challenge 『  MexChi 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora