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» depresión

Pese a tener que compartir a su amigo con la argentina siempre tenían un momento para ellos dos, esta vez acordaron quedarse en casa a beber como los buenos alcohólicos que eran y ver quién tenía más aguante con el alcohol, por sugerencia de Manuel terminaron jugando al "yo nunca nunca, consistía en decir por ejemplo, yo nunca nunca robe en un supermercado, y si el otro si lo había echo tenía que tomarse un trago de alcohol, finalmente el juego terminaría cuando estuvieran ebrios o aburridos del mismo. Se la pasaron diciendo cosas absolutamente obvias para en parte exhibir al otro o más bien para emborracharlo con más rapidez, llego un momento en el que se les había agotado el suministro y tenían una cantidad considerable de alcohol corriendo por sus venas. Intentaron salir a comprar más a la botillería pero se dieron cuenta de que estaban demasiado ebrios para eso.
En algún momento de la noche ambos estaban hombro con hombro bailando con la música de la radio de fondo ¿como se prendió? Ninguno lo sabe.

Los recuerdos entonces se vuelven borrosos, ambos bailando de una manera bastante ridícula, ese momento en el que tropezó con sus propios cordones desabrochados y termina cayendo sobre el pobre Pedro en una pose bastante comprometedora, el beso que en un momento se atrevió a dar, también recordaba cómo lo había empujado pero estaba demasiado ebrio para sentirse mal, Pedro lleva una mano a sus labios sin creerse lo que acababa de pasar, pero para sorpresa del contrario este se vuelve a acercar para devorar su boca, no opuso resistencia. Pronto se vieron enredando sus piernas con las contrarias a la par que intentaban respirar entre medio de cada beso, en algún momento se pusieron en pie para a punta de tropiezos por estar demasiado ocupados despeinando sus cabellos o explorando en cuerpo ajeno debajo de sus ropas, terminaron en la habitación de Pedro por ser la más cercana entregándose a un deseo salido a flote por el alcohol, fue el mismo Pedro el primero en aventurarse lejos de sus labios para llegar hasta el cuello contrario y dejar una serie de marcas sobre este, en esa situación Manuel tendría menos oportunidades de controlar su errática respiración, en cambio aprovecha para rodear con las piernas su cintura y así atraerlo más a si, el choque de sus intimidades le provoca un ruido ronco.
Pronto la camisa blanca pierde un par de botones y termina en algún lugar del piso junto a la de Pedro que se la había quitado momentos antes, los pantalones no tardaron en seguir el mismo camino, y así ambos en bóxer seguían moviéndose de forma frenética como si pensaran que de esa forma podrían fundirse con el otro, aunque... había otras formas, Manuel fue el que sintió unas manos tibias colarse en sus bóxer, cubrió su boca con ambas para evitar que sus jadeos fueran más audibles. Estaba totalmente cegado por el deseo.
Su compañero ni corto ni perezoso deja su trabajo un momento para de un tirón quitarle la ropa interior dejando el problema perfectamente visible a sus ojos, subió ambas piernas a sus hombros y Manuel no tardó en sentir la intromisión, muerde su diestra todavía en el proceso de regular su respiración. Al principio dolió bastante pero después de una lluvia no pronosticada de piedras era prácticamente soportable, pero cuando lo sintió entrar también sintió como su espalda se arqueaba y sus jadeos poco a poco se iban transformado en gemidos, gemidos que iban aumentando a cada movimiento contrario, no podía explicar cómo se sentía en realidad, su cuerpo y mente se habían entregado por completo a el, prefería no pensar en nada más al menos por este momento.

Mientras que Pedro, volvió a atacar su boca sin dejar de moverse, está de más mencionar que la competencia de aguante al alcohol la había ganado Manuel. Siguieron así un tiempo, entregándose uno al otro hasta llegar a su limite, se quedaron un momento así calmado sus respiraciones, hasta que el lento vaivén pronto les dio sueño, Pedro ya se había retirado de su interior pero aún seguía encima de Manuel con una leve sonrisa, acomoda sus cabellos revueltos por el frenesí antes de caer dormido, el otro en cambio siguió despierto un par de minutos más, sin creerse todavía lo que acababa de pasar.

Cuando despertó eran sus brazos los que rodeaban el cuerpo de Pedro y no tardó mucho en darse cuenta de que había ocurrido anoche, una vergüenza lo invade e intenta por todos los medios soltar a la persona que yacía a un costado suyo poniendo especial cuidado en no despertarla, lo primero que hizo fue recoger todas sus cosas y darse un baño rápido para despejarse, y también tratar de quitarse la resaca de encima. ¿Como pudo pasar eso? Los recuerdos de la noche anterior parecían bajar más rápido con el agua, no quiso saber más de la ducha al darse cuenta. Cuando ya estaba completamente vestido le dio un vistazo a su habitación, seguía durmiendo, era una buena oportunidad para salir a despejarse.
Dando vueltas en aleatorio por las calles se dio cuenta en lo que estaba metido, aparte de que por su culpa el otro había engañado a la argentina sabía que no fue una "noche loca" que solo ocurrió, el habia empezado todo, el dolor físico igualaba el dolor psicológico que estaba sintiendo, solo estaba intentando olvidarlo de una maldita vez y el... Ahora sentía el roce de sus labios en los propios o sus tibias manos recorriendo su cuerpo y no pudo evitar sonreír, para después sentirse fatal por creer que algo de una noche cambiaría las cosas. Niega con la cabeza y decide volver a casa para encerrarse en su cuarto por todo el día, cuando Pedro quien se veía devastado por una resaca terrible sobre la mesa de la cocina le preguntó que dónde había ido solo respondió que a caminar pasando olímpicamente de el.

Los días siguientes la actitud aparentemente relajada  de Manuel fue dejando paso a una mirada más seria y melancólica, por muchos medios intento ver que le ocurría pero solo recibía respuestas afirmativas, ya no comía lo suficiente y sus ojeras se marcaban cada vez más un su pálido rostro, aún pese a sus esfuerzos seguía recibiendo negativas. Incluso comenzó a ignorarlo, siempre pasaba fuera de casa y no le dirigía mucho la palabra, parecía más empeñado en conseguir rápido un empleo.
Quizás pensaba que quizás estaba aprovechándose mucho de el y por eso quería partir cuánto antes, por eso un día lo sentó en el sofá para explicarle que no era ninguna molestia y que se tomará su tiempo para conseguir trabajo, sus ojos solo vieron la respuesta afirmativa de Manuel, no vio como los músculos de sus ojos ni se movieron, ni esa sombra de tristeza detrás de sus ojos, pobre muchacho, cada vez iba cayendo más bajo en un desprecio a si mismo.

The angst challenge 『  MexChi 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora